Palo Alto, Stanford y el deporte: Sports Bars | Ladelponcho Verde´s… Daily Tales >

Blogs

Ane Arruabarrena

Ladelponcho Verde´s… Daily Tales

Palo Alto, Stanford y el deporte: Sports Bars

Hace demasiado calor como para estar en casa -28 grados a las ocho de la tarde-, y el Científico está demostrando sus dotes futbolísticas en el campeonato de la ciudad. Así que he decidido venir a escribir un poco a un bar al que soy asidua. Y aquí estoy, tomándome un Chardonay bastante decente en una mesa minúscula, rodeada de botes de kétchup, mostaza, sal y pimienta. No podían faltar.

Acostumbro a sentarme en el patio del local, pero hoy he decidido quedarme dentro para hacer trabajo de campo. Lo hago por vosotros (espero que haya alguien ahí, al otro lado), pero es un esfuerzo supremo. He contado trece televisores de plasma en las paredes, aunque seguro que me dejo alguna. Y nada de poco volumen para no molestar. A tope, como a ellos les gusta. La mayoría están dando la misma programación -en estos momentos en una de sus cientos de pausas publicitarias-, así que supongo que habrá algún partido importante. ¿Los Giants, igual que ayer, y el día anterior, y el anterior…? No, error, es baloncesto. Pero creo que da bastante igual lo que pongas. Si pusieran un episodio de Barrio Sésamo, por ejemplo, estoy convencida de que la clientela gritaría enfervorizada cada vez que Chema vendiese una barra de pan.

Porque los partidos dan un poco igual, o esa al menos es mi impresión, confirmada por algunos nativos. Lo que importa es tener una buena excusa para juntarse en una mesa a beber y lanzar gritos a la pantalla. Porque lo de salir a tomar algo sin más, para charlar con amigos, lo que nosotros conocemos como ‘alternar’, no tiene justificación si es entre semana. Y digo yo, ¿quién necesita excusas?

Algunos me miran extrañados. Como diría el cantante de Burning con esa voz profunda: “¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?”. Pues yo tampoco lo tengo muy claro. ¿Pero es que acaso hay sitios diferentes por aquí? Imagino una pre-cena romántica en Palo Alto, una pedida de mano, las bodas de plata… y de fondo las cornetas del fútbol americano y todos los clientes lanzando gritos como si el mundo se fuera a acabar. Los sports bars, como aquí los llaman, son puro romanticismo. Y soy muy repetitiva con esto, pero cómo es posible que en un bar, durante prácticamente todo el día, no haya música sino retransmisiones de partidos a todo trapo? He llegado a ver teles en los baños de uno de los bares de esta ciudad. Aunque hay que decir que el mismo local tiene un toro mecánico en la mitad de la sala para uso y disfrute de su clientela.

Mientras escribía estas letras (momento poético) he levantado la vista y creía haber ligado, porque había un chico enfrente que no dejaba de mirarme. Hasta que me he percatado de que el chaval no tenía un problema de foco, sino que hay una televisión encima de mi cabeza. Mi gozo en un pozo. Pues tendremos que seguir viendo el partido. Sea el que sea. ¡Ay! Déjate de Sports Bars, ¡cuánto echo de menos el Bar Sport de Donosti!

Temas

Historias, ideas, curiosidades y reflexiones de una donostiarra en la Bahía de San Francisco

Sobre el autor


mayo 2013
MTWTFSS
  12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031