Llegaba mal, todo hay que decirlo. Como me recomendaba hoy un amigo alemán, es mejor no marcharse a casa. Para poder mantenerse estable. Porque si no te pierdes. Con el jet lag puesto encima, después de un agotador viaje de veintisiete horas, decidí aproximarme al ‘centro’ de la ‘ciudad'(sí, todo entre comillas simples). Y no había […]