En este país también encuentro a gente fascinante. Como Joe. Igual que muchos norteamericanos, Joe utiliza Craigslist para casi todo. Para comprar un coche, una bici, un tostador,… para encontrar habitación en un piso compartido, para conocer a personas extranjeras que quieren practicar inglés, para buscar trabajo,… en fin, que es LA página en Estados Unidos. Cualquiera que, como yo, haya venido a vivir por aquí desde otro país y se haya encontrado descolocado con todo, habrá recibido el mejor de los consejos: “Mira en Craigslist”.
Joe sabía que había personas que prácticamente vivían a base de lo que encontraban en la página, pero él se planteó cómo sería vivir a base de lo que él encontara en Craigslist, sin el ‘prácticamente’. Y así pasó treinta días, sin dinero, sin poder contactar con su gente, y con la única ayuda del ordenador portátil y de un teléfono nuevo para poder contactar exclusivamente con los anunciantes de la página. Igual que lo que le ha ocurrido a Joe, la respuesta de la gente me ha sorprendido muy gratamente. Muchas veces hablo por aquí del individualismo imperante en Estados Unidos, y no me retracto. Pero también hay otro espíritu, el de la solidaridad, que emerge en experiencias como ésta. A lo largo de su viaje, Joe vive momentos de una intensisdad brutal, como la noche que pasa en casa de una familia iraquí que le cuenta, con una sonrisa, los problemas que tienen en USA por ser iraquíes, y en Irak por ser ‘los americanos’. También en uno de los trabajos que realiza como voluntario, en el que ayuda a una mujer con el Síndrome de Diógenes a ordenar su vivienda.
Y entre todos esos momentos, la experiencia del viaje por gran parte del país, con distintas personas que se ofrecen a llevarlo. Y lo increíble que es descubrir que más de una de esas personas se dedican precisamente a eso, a viajar y descubrir, casi sin dinero, viviendo a base de trabajillos que hacen por el camino o de la ayuda de los ‘buenos samaritanos’. Parecen espíritus libres y felices.
Hoy leía el Manifiesto de Marx y Engels (suena pedante, lo sé, pero es que estoy recuperando algunas lecturas) en el que hablan del trabajo como forma de encontrarnos con nosotros mismos vs. el trabajo como alienación, propio del capitalismo. En el primero, lo que ‘construimos’ es para nuestro disfrute personal; así, nos sentimos realizados y orgullosos de nuestra labor, de la que podemos ver el resultado. Para Marx, en el sistema capitalista -en el que producimos para otros sin poder apreciar el resultado final-, la sensación que tenemos es la opuesta.
Y esa forma de hacer las cosas -de producir y disfrutar, sin intermediarios-, para que nos enriquezcan y nos lleven a alcanzar la verdad -de alguna manera-, también implica intercambiar y compartir. Y de eso va también Craigslist. Como lo define su creador: “un mercadillo tradicional, de los que visitaba mi madre cada semana”.
La experiencia de Joe me ha llegado incluso más que la lectura de Marx. ¿Por qué no coger la mochila y salir a ver qué se encuentra? Ese miedo a lo desconocido, esa necesidad de estabilidad, ¿no son también una forma de alienación? Creo que todo lo bueno que encontremos por el camino superará con creces a lo malo. Sólo hay que salir como Joe, con la mente y el corazón abiertos (momento Paolo Coelho). Y si nosotros compartimos, otros compartirán con nosotros. Es el karma. Y el camino para encontrar la verdad.