La imagen pública de Miguel Santos es la de un tipo simpático, afable, ambicioso, exigente; pero en absoluto duro. Pero Miguel Santos es un tipo duro, un tipo que sabe como reaccionar en momentos críticos. Un líder que se inventó un equipo ACB en Gipuzkoa.
En la temporada 2005-2006 el Bruesa llegó a la LEB Oro con más ilusión en las alforjas que dinero o experencia. En realidad, apenas tenía dinero y en la categoría, experiencia ninguna. Eso sí, ilusión tenía para repartir. Hacia el final de la primera vuelta, llegaron las lesiones, unas cuantas derrotas consecutivas pusieron el panorama oscuro y hubo que fichar. Entre los jugadores que llegaron destacó Danny Lewis, un base con experiencia ACB y calidad reconocida, pero cuya edad y, sobre todo, su estado físico generaban muchas dudas.
Y la realidad es que en San Sebastián aterrizó un tipo bajito y gordito. Decir que Danny Lewis estaba fuera de forma era una afirmación optimista. Entonces Eugenio Rodríguez, el preparador físico del Bruesa se hizo cargo de él. Cuando pensemos por qué en el GBC apenas hay lesiones de importancia y por qué siempre se acortan los plazos de recuperación, hay que pensar en Eugenio Rodríguez. Pocos saben cuánto trabajo bien hecho hay en la preparación física del GBC sin hacer ruido…
Eugenio cogió a un Danny Lewis destrozado físicamente y en unas semanas lo convirtió en un jugador capaz de marcar las diferencias de nuevo. Danny Lewis no tardó en hacerse un sitio en el equipo, un sitio relevante; en pocos partidos era el general dentro de la pista. Los que iban al Gasca se dieron cuenta rápido: Lewis significaba un salto de calidad.
Acabó la temporada y llegaron los play-off con el Bruesa disparado. La confianza del equipo estaba por las nubes, el ambiente dentro del vestuario era inmejorable y se viajó a Inca para afrontar la primera ronda de los playoffs por el ascenso sin nada que perder y con muchísimo que ganar.
El Bruesa dio la sorpresa y se llevó el primer partido en Mallorca. La alegría era total. Porfirio Fisac decidió dar un descanso mental a sus chicos y permitió una salida nocturna, eso sí, con toque de queda a una hora prudente. Los jugadores pudieron festejar, pero a medida que la hora de llegada establecida se acercaba comenzó el goteo de los miembros de la plantilla en el hall del hotel. Todos llegaron a la hora salvo uno.
Las horas fueron pasando, poco a poco, y el único ausente en su habitación seguía sin llegar. Así, hasta que la noche se junto con el día y por fin Danny Lewis se presentó en el hotel. Se presentó y allí estaba Porfirio.
El enfado del entrenador fue mayúsculo -y lógico-, los acontencimientos se sucedieron y el técnico, caliente por el acto de indisciplina de su jugador, lo dejó claro: Este tío, a la calle. La escena no fue agradable, varios directivos que acompañaron al equipo en el viaje eran la imagen de la preocupación. Lo que estaba pansando no era nada bueno y tenía que pasar ahora que las cosas parecían no poder ir mejor. Danny Lewis la había cagado.
Entonces, intervino Miguel Santos.
Cuando el enfado de Fisac era más acusado y la amenaza de despido de Lewis parecía inminente, el presidente del GBC cogió al entrenador, lo agarró con fuerza y le dijo: “Este tío no se va a la calle porque este tío nos va a subir a la ACB”.
El razonamiento de Santos fue claro, vamos a dejar que Lewis haga eso para lo que le hemos contratado y cuando todo llegue al final ya habrá tiempo de rendir cuentas. Y su decisión no pudo ser más acertada. Danny Lewis fue clave en el ascenso, fue un líder en la pista, anotó tiros decisivos y fue una de las principales razones por las que el Bruesa ascendió a la ACB. ¿Quién sabe lo que hubiera pasado si Lewis no acaba la temporada? En un momento en el que era sencillo perder los nervios, Miguel Santos mantuvo la calma necesaria para juzgar qué era lo que más convenía.
Porfirio Fisac, que había llevado al equipo de forma magistral durante todo el año, que fue otro de los grandes pilares de ese ascenso, su año fue sobresaliente y demostró que es el entrenador adecuado si quieres prosperar en la LEB (en la ACB tiene aún mucho que demostrar), escuchó a su presidente y se tomó la decisión correcta. Eso sí, cuando acabó la temporada… Danny, muchas gracias y que te vaya bien.
Mucha gente se ha preguntado por qué Lewis no siguió en el equipo después de su fantástica aportación sobre el parqué. Aquí puede residir una de las razones o una parte de la explicación de su marcha.
Suelo sonreir cuando Miguel Santos señala en las entrevistas que por suerte nunca ha habido razones para abrir expedientes a jugadores; sí que ha habido alguna pero Miguel tiene la sangre fría para lidiar con ellas y saber qué hacer. Aunque también ha cometido errores, cuando uno de los que vivió la escena me contó lo que pasó comprendí que Miguel Santos tiene lo que hay que tener y es la persona adecuada para liderar un proyecto y levantarlo desde la nada.