Cuentas pendientes, asuntos sin resolver… Es lo que tenemos con nuestros vecinos del Oeste, nuestros queridos bilbaínos. Aquellos que arruinaron nuestro debut en la ACB y nos conectaron un triple desde casa para mandarnos cuesta abajo hacia la LEB. Ellos, que siempre que han olido la sangre no han perdido la ocasión de morder. Y por primera vez, somos nosotros los que llegamos con una situación solvente y ellos con la premura de ganar. Al menos a mí me gustaria devolverles un par de favores, sin resquemor ni mala leche, pero no estaría mal darles una cucharadita de su propia medicina.

La clasificación dice lo siguiente: El GBC cuenta con tres victorias y dos derrotas, mientras nuestros vecinos suman una solitaria victoria a la que acompañan cuatro derrotas. Perder, para nosotros y dentro de lo malo, tampoco es ninguna tragedia, pero si los amigos de Bilbao se dejan la quinta derrota pueden comenzar a pasar los primeros apuros. La Copa no se la van a perder porque la organizan ellos, qué pena, me hubiera gustado ver un poco más de nervios, pero no será así.

Más allá de lo que dice la tabla, este domingo de Behobia al mediodía (si va poca gente al pabellón que no se queje nadie) jugamos ante uno de los mejores equipos de la ACB; uno de los más completos y reforzados conjuntos, que aspira sin duda alguna a jugar los play-off y lo que se tercie, sus miras, como buenos bilbaínos que son, están muy pero que muy altas. No obstante, porqué no decirlo, es un equipo al que creo no tenemos nada que envidiar y podemos perfectamente ganar.

Lo que está claro es que el BBB no ha terminado de coger el ritmo en este principio de temporada y el enorme potencial que tiene Vidorreta entre manos no termina de arrancar. En el partido de Eurocup que jugaron el pasado martes se vieron perfectamente las dos caras de un equipo que puede pasar de la noche al día en un momento. Contra el Donetsk fueron capaces de arrasar y ponerse 22 arriba y un cuarto después dejar que su rival se pudiera a dos y complicar una clasificación que no quedó resuelta hasta el último minuto. Lo bueno es que nuestro rival del domingo tuvo que pasar por instantes de verdadero estrés y tensión, con el bajón que ello podría ocasionar después… Y de paso, se dejaron a Warren, uno de sus principales activos, en la batalla.

De bases, pareja de ases

Yo aviso, nombre por nombre, esta plantilla asusta. Pero lo mismo pasaba con Unicaja y se fueron de Donosti peinándose.

La triple bé cuenta con dos bases que están en la élite nacional de la ACB. Javi Salgado y Javi Rodríguez. Al bilbaíno lo conocemos bien, no es ningún prodigio físico pero su mente sí que funciona de maravilla. Uno de esos jugadores que siempre van con todo; valiente a más no poder, Salgado es un especialista en resolver en los instantes comprometidos de un partido, en los que suele acertar a dar el balón al tipo correcto o simplemente, solucionar él mismo.

Javi Rodríguez es un destacado director, rápido y un especialista de la asistencia. Es muy incómodo tenerle en contra, su experiencia y lo que viene con ella no dejan que su oponente esté jamás confortable. Pero también es cierto que todavía no ha dado su verdadera medida desde que ha aterrizado en Bilbo.

Aleros: Mumbrú asume su papel de estrella

Uno de los duelos que más ganas tengo de ver es el que protagonizarán Álex Mumbrú y Andy Panko. Junto a San Emeterio, han sido los mejores treses del primer mes de competición y los dos asumen un rol primordial en sus equipos. Del catalán no hay mucho que descubrir, talento a raudales, intelegencia, carácter… No es campeón del mundo y Europa por casualidad. Mumbrú nos puede hacer pupa desde muy lejos y posteando, pero también puede pasar que con Panko encuentre la horma de su zapato. Veremos.

Con Warren fuera de juego, quedan tres escoltas. Janis Blums podría haber sido incluido en el puesto de base pero esta temporada su rol está en el alero. Su uno contra uno es destacado y también hay que estar muy atentos a su tiro de tras tras bote, su verdadera especialidad, levantándose muy alto y lanzando después de bloqueo directo o en pleno 1×1.

Pero para especialista en el tiro, Paco Vázquez. Veteranísimo, aunque con pólvora de sobra para hacernos un roto si le dejamos. Eso sí, defender… Y después, queda el irregular Seibutis, del que no querría ver su mejor versión en Donosti. En cualquier caso, Barbour es infinítamente superior a todos ellos en el apartado físico y puede hacerles pasar una mañana de perros si el de Kentuky continúa con su progresión.

Banic y Moiso, dos bestias interiores

Con Mumbrú en el equipo, la columna vertebral la forman Salgado, el alero catalán y Marko Banic, un ala-pívot de primer nivel europeo. Es todo un lujo para un equipo que no juega la Euroliga. El croata ha evolucionado de manera evidente en cuanto a presencia física en los útimos años y la clase ya la traía de serie (más lo que ha aprendido con Vidorreta).

Ésta es sin duda una de las mayores amenazas para el GBC. Mumbrú y algún otro lo son, pero viendo los pares a los que se va a medir Banic… su batalla personal con Ignerski se antoja clave. ¿Aguantará el polaco al croata en la zona? ¿Podrá Michal incomodar a Marko sacándole al perímetro? En la defensa hay que pensar siempre de manera colectiva, pero Banic debe ser un prioridad.

 Junto al croata juega una fuerza de la naturaleza, Jerome Moiso. El francés viene de una gran temporada y ya nos hizo mucho daño con la Penya pero en Bilbao es otro de los que no termina de aclimatarse y el máximo accionista (por llamarlo de alguna manera) del club le ha dado un toque a principio de semana. De cualquier manera, otro angelito para que David se divierta.

Con Salva Guardia sucede algo curioso. Desde los primeros días de la LEB es un jugador al que en Donosti no se ha ganado una gran reputación y simpatía. Con Fuenlabrada tuvo unos cuantos bonitos gestos en los que demostró su educación y deportividad. Cuando un jugador tan antipático y arrogante como éste recala en Bilbao no queda más remedio que pensar… ¡Tal para cual! Eso sí, peleará cada canasta, cada balón, cada rebote… No dará tregua.

Y el juego interior lo cierra otro croata, Damir Markota. NBA, dinero, talento… todo eso tirado a la basura por una actitud poco adecuada. Markota tiene la capacidad de meter el domingo 30 puntos, asestando golpes en la pintura y desde la línea de tres, clase le sobra. El tema es que seguramente no le apetezca.

Con todo, el Bikaia Bilbao Basket es un equipazo, de los mejores de la ACB, que además cuenta con uno de los mejores y menos reconocidos entrenadores de la Liga y que si pierde puede empezar a escuchar susurros sobre su futuro (susurros que ya ha soportado de manera injusta más de una vez). Pero podemos ganar. Es una realidad que de momento estamos jugando mejor que ellos. Sobre el papel, los de negro son los favoritos, pero será muy divertido poner a prueba su condición y devolverles alguno de los favores que les debemos… ¡A por ellos, que son pocos y bilbaínos!