Durante años, cada verano la frase “suena para Pamesa” era la más habitual cuando los jugadores más deseados del mercado salían a colación. Durante años, el Pamesa Valencia trató de estar a la altura de los mejores a base de buenos jugadores en lugar de formar un equipo. Y durante años, un fracaso tras otro demostraba que el dinero no lo es todo para prosperar. Pero se acabó Pamesa, ahora es el Valencia BC y también se acabó el hacer mal las cosas.

Después de mucho tiempo, los taronja por fin tienen aspecto de equipo y el colectivo es lo que más asusta por encima de los nombres. Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que Valencia es el conjunto más en forma de la ACB en este momento. Es verdad que el Real Madrid está invicto, pero su juego en la competición doméstica aún no ha despegado (en Euroliga es otra historia) y Valencia, firmando 5-1, dejó una impresión la pasada jornada en Fuenlabrada de aunténtico pavor. Los dos equipos más de moda se ponían frente a frente y el resultado fue una paliza de los valencianos.

Lo bueno de todo esto es que esta semana toda la atención, todas las miradas, todos lo focos de la ACB han apuntado a la cuidad del Turia. Elegios por doquier, unanimidad en cuanto que este año sí… Al principio llega como un susurro, pero en nada te lo vas creyendo y te contagias del que buenos somos. Porque el elogio debilita y sin darte cuenta, te relajas.

Pero también puede ser que los valencianos no se conformen y quieran más. Puede ser que hayan logrado abstraerse de la atención mediática. En ese caso, también estamos de enhorabuena, porque tenemos la primera prueba real para pulsar el nivel de juego de este GBC que tan buena pinta tiene (alguien pensará que la primera fue en Madrid, pero los de Messina no fueron el mismo conjunto que machacó al Panathinaikos). Si los de Spahija siguen siendo el equipo que en las últimas tres jornadas ha aplastado a domicilio a Granada y Fuenlabrada, además de doblegar al Baskonia en la Fonteta, tenemos un test de alto nivel ante nosotros y, por supuesto, un partido complicadísimo de ganar.

Partiendo de la base de que el colectivo es lo que mejor está funcionando, vamos a conocer un poco mejor al Valencia:

De Colo, la sensación taronja

Como base titular tendremos frente a nosotros a Nando de Colo (pronúnciese con tilde sobre la última ó). El base francés está resultando ser una de las sensaciones de la ACB. Base de personalidad, rápido, anotador, buen penetrador, astuto pasador, eficaz tirador… uff. De Colo valoró seriamente dar el salto a NBA esta temporada pero acertadamente (al menos en mi opinión) optó por quedarse un tiempo más en Europa para jugar en la mejor liga al margen de la norteamericana.

No se me ocurre cómo (espero que a Laso sí) pero hay que coartar la dirección del francés, no hay que permitirle adueñarse del partido, porque como lo haga estamos perdidos. 14 puntos y 3 asistencias firma en cada cita, pero es más su influjo sobre el juego lo que nos tiene que preocupar. Con apenas 22 años, estamos ante una estrella en ciernes.

En los apenas 10 minutos que De Colo no está en pista, y con Marinovic lesionado, el encargado de dirigir a los naranjas es el joven José Simeón. 18 años y todo el descaro del mundo. No se cortará un pelo, así que se trata de conseguir que falle de la misma manera que se hizo con José Antonio Marco en Murcia.

Rafa y Víctor, producto nacional de primera

Por cada puesto que pasas de Valencia te das más cuenta del equipazo que tienen. Junto a De Colo, la línea exterior titular la forman Rafa Martínez y Víctor Claver, producto nacional de primera calidad, que además atraviesa un importante estado de gracia.

A Rafa Martínez este año se le pide la regularidad que la pasada campaña no tuvo. Y de momento cumple. El otro vecino ilustre de Santpedor, y formado en las categorias inferiores de Manresa, Rafa era base, pero evolucinó hacia el ala y ahora es la más efectiva arma anotadora de Spahija. Excelente tirador, goza de una parada en dos tiempos mortífera cuando sale de un bloqueo indirecto y también destaca en el lanzamiento tras bote. Hay que bajar sus porcentajes y limitar sus números, esa es otra de las claves.

Y Claver, pues todo confianza. Con 21 años es un peso pesado en el equipo y ejerce de comodín jugando de tres y posteando a defensores pequeños o sacando fuera a defensores más pesados y menos móviles. Y además, es un gran reboteador. Una vez más, Andy Panko puede ser un jugador que no le permita esas ventajas ni dentro ni fuera; Claver es más rápido, Andy mucho más duro. Es uno de los duelos a seguir de cerca.

Y como guinda, acaba de llegar Kelati. El de Walla Walla estaba fichado por Olympiacos pero no pasó el reconocimiento y tras ser cortado en la última semana de pretemporada por los Lakers llega a Valencia como un refuerzo de campanillas. No es sólo su buen tiro y capacidad anotadora lo destacado en él, es que además es un extraordinario defendor (a ver cómo se desenvuelve ante él Antwain Barbour).

La rotación la completa Iván García, al que podemos recordar del Cai el año del último ascenso, pero su presencia será testimonial.

Sin Lishchuk, se abre el cielo

En el capítulo de bajas, la más importante llega en el juego interior. Serhiy Lishchuk estaba siendo una de las revelaciones de las primeras jornadas y justo en su mejor momento, una rotura de fibras le ha dejado fuera. Valencia pierde uno de sus mejores activos.

Con el pívot ucraniano en la enfermería, los nubarrones se despejan pero sigue quedando Perovic como cinco poderoso (aunque inconstante). También coge más fuerza la alternativa de jugar con Nielssen y Pietrus juntos, dos cuatros muy físicos pero muy distintos.

Pietrus es duro en la pintura y muy molesto para los rivales por su poder físico, es junto a Claver el mejor reboteador de los taronja con seis capturas por partido, pero también puede anotar al poste y corriendo a la contra.

Y si Pietrus es incómodo, Nielssen lo es aún más. Polivalente, durísimo, pero con talento. El australiano es un contrastado tirador desde el perímetro y aporta mucha veteranía. Un rival complicado para nuestros ala-pivots.

Todos estos nombres ya bastan para comprender la entidad del rival, pero es que además, Spahija está realizando un gran trabajo y el equipo funciona como un reloj. El entrenador de Sibenik (compañero de clase y amigo de infancia de Drazen Petrovic) es un ganador nato: Cibona de Zagreb, campeón de la liga croata; Novo Mesto, campeón de la liga eslovena; Lietuvos Rytas, campeón de la liga lituana; Maccabi, campeón de la liga israelí; Tau Cerámica, campeón de la ACB… Deja de ser casualidad.

Sí, parece que al croata le gusta ganar. A ver si al GBC tiene más ganas que él este domingo.