“El deseo trabaja como el viento. Sin esfuerzo aparente. Si encuentra las velas extendidas nos arrastrará a velocidad de vértigo”. David Trueba, escritor y director de cine.

Nada hay más poderoso que la voluntad. Si tienes la adecuada, es suficiente para lograr hazañas calificadas de imposibles y también para superar barreras que considerabas infranqueables. Cuando comenzó la temporada había que ser optimista hasta límites fronterizos con la locura para pensar que el GBC firmaría su nombre en una de las bolas del bombo de la Copa del Rey. El que entonces se atreviera a decirlo seguro fue tachado de loco o insensato. O de no tener ni idea. Pero lo cierto es que encaramos el último fin de semana de la primera vuelta de la ACB metidos de lleno en la excitante vorágine de la lucha po la última plaza vacante.

Un paso separa a Pablo Laso y sus chicos de hacer palpable lo etéreo y por el camino regalarnos grandes dosis de emoción. Y es que somos unos privilegiados. Vamos a vivir esta última jornada antes del ecuador de manera vibrante. Como no se han unificado horarios -que habría sido lo más justo-, tendremos el privilegio de llegar a la hora del partido sabiendo exactamente lo que nos hace falta para entrar entre los siete primeros.

El sábado a la tarde descartaremos a Manresa si los catalanes no son capaces de dar una paliza colosal al Real Madrid. El mediodía del domingo estaremos con un ojo en Vitoria y otro el Madrid Arena. Y si todo sale bien, el fin de fiesta nos aguarda en el Fernando Martín.

Esta semana se ha producido un fenómeno lógico en el entorno del equipo. Un ataque de realidad. De repente nos hemos acordado de que la temporada es muy larga y de que este año está todo muy parejo. Por suerte, esa realidad no está enfrentada al sueño copero, más bien se ayudan. Pero tampoco hay que olvidar que ganando como mínimo acabaríamos la primera vuelta con tres triunfos sobre los puestos de descenso; en el mejor de los casos cuatro y colocados entre los siete mejores de la liga. Es bueno mantener un sentido de responsabilidad y de realidad, pero éste no riñe con disfrutar de la ilusión de esta jornada.

Entonces, para empezar bien, descartar a Manresa no será complicado. Después, la mayor preocupación reside en Unicaja, un equipo en estos momentos roto. Con el juego interior herido difícilmente podrán sorprender a un Baskonia sinónimo de solidez. Pero como dice David Trueba en Saber Perder, el deseo trabaja sin esfuerzo aparente. Nunca se puede subestimar la voluntad. Aun así, después de ver la derrota ante el colista Orleans y lo que es peor, la imagen mostrada, los cajistas tienes asuntos más preocupantes que resolver además del hecho de quedarse fuera de la Copa.

Lo del Madrid Arena si que nos puede disparar las pulsaciones. Apoyar a Estudiantes es lo que más nos conviene, pero tampoco demasiado, no vaya a ser que se emocionen, ganen de paliza y nos compliquen la vida. Nos vale con que ganen justito, eso sí que entra en nuestros mejores planes. Porque como gane Xacobeo tendremos que sacar la calculadora.

Y cuando acabe todo eso, si llegamos vivos, nos espera el Ayuda en Acción Fuenlabrada…

Analizar su juego hasta este momento resultaría un ejercicio de futilidad. Primero, porque Salva Maldonado acaba de aterrizar y aún es pronto para saber qué cambios está implementando en el juego. Pero además, y mucho más importante, no jugará Estaban Batista.

El juego de los fuenlabreños se basa principalmente en tres hombres: Batista, Fitch y Thomas. Entre los tres valoran más del doble que el resto de sus compañeros juntos. Seguramente, Maldonado tratará de cambiar esta tendencia y que se amplien las alternativas. Para eso ha vuelto también Tskitishvili. Pero si tuviera que elegir un solo jugador para que no jugara frente a nosotros, sería el pívot uruguayo.

Sé que muchos escogerían a Fitch, pero yo no. Porque mientras Fitch es capaz de proezas anotadoras, no da tanto empaque al equipo como Bastista. Es una roca sobre la que todo el equipo lleva descansando toda la primera vuelta. Van a echar mucho de menos su cálido resguardo. Se quedan sin el máximo reboteador total y ofensivo de la ACB, el quinto anotador y el cuarto en valoración. Pero pierden mucho más que eso, pierden al líder en factor anímico, de espíritu. A su mejor guerrero. Cuando las cosas iban mal, siempre aparecía Batista para luchar por un rebote y convertirlo en canasta, para tirar de los demás con su garra… Por suerte, nos perderemos su concurso.

Los que sí estarán son los que suelen atraer la atención de los focos, los finos estilistas. Pierden al obrero, al guerrero; mantienen a los artistas. De nada vale ya descubrir a Gerald Fitch, todos conocen sus hazañas anotadoras esta temporada. No son tan conocidas sus faltas disciplinarias, sus problemas con Luis Guill y sus desencuentros con alguna de las otras estrellas del equipo. Pero ahora las aguas han vuelto a su cauce y vuelve a ser esa amenaza constante de principio de temporada. Por el camino quedó un entrenador, una ristra de derrotas seguidas y todas las opciones de Copa que tan reales parecían el primer mes de competición.

Pero ojo, en las últimas jornadas ha vuelto el killer sobre el parqué para el que habrá que defender como equipo si queremos limitarle.

La otra gran amenaza es Chris Thomas. La mejor versión de Sergio Sánchez será más que necesaria, la versión que se comió a Oliver hace poco; porque Thomas es el pulso del equipo, el que marca la velocidad -y lo hace, en gran parte, a base de puntos-.

Junto a los pilares, se forma un grupo de jugadores más que interesante. Destaca el recién llegado Tskitishvili, gran talento que funciona a tirones. Es probable que tenga que jugar de cuatro por la baja de Batista. La falta del uruguayo promete más minutos para un Antelo que parece haberse quedado en el camino de lo que podía ser pero capaz de recordar porqué se esperaba tanto de él. Sandes y Mainoldi son garra y clase a partes iguales, mientras Laviña y Burstein aportan la experiencia.

De entre todo el elenco me quedo con Quino Colom, un base titular en ciernes para esta liga; listo, valiente y preparado. Si se para a Thomas no está todo hecho porque Colom puede ejercer de revulsivo. Lo mismo que Korta, para el que siempre espero la mejor de las suerte y a veces, simplemente oportunidades, porque cuando disfruta de ellas demuestra que tiene un sitio en la ACB cuando hace no tanto la falta de confianza le postró en banquillo de la LEB y casi acaba con su carrera. Jon tiene basket de sobra no sólo para la LEB sino para ser un jugador de rotación de lujo en la ACB. A la primera que tuvo minutos este año no dejó lugar a la duda. Eso sí, que esta vez no se salga, sólo esta vez.

No va a ser un partido sencillo e incluso cumpliéndose todas las premisas anteriores, tendremos que apretar los dientes y saber sufrir para sacar adelante una victoria que puede que recordemos durante mucho tiempo. En ocasiones como ésta se pone a prueba la voluntad, el deseo. Es una cuestión de corazón.