Intentemos mirar la realidad de frente. A los ojos. El Lagun Aro GBC no se encuentra contra las cuerdas, no. Está tendido en la lona y la cuenta de diez ya ha comenzado. Cuesta creer que vaya a levantarse, más bien todas las señales indican que está K.O., que es un equipo roto. Ahora sólo cabe preguntarse si alguien va a hacer algo para ayudarle a recuperarse o se le va a dejar morir pidiendo calma y poniendo excusas.
Por eso yo escribo a quien corresponda. Quien tenga responsabilidad que la ejerza. Y se tomen decisiones y se haga algo, pero no sólo de manera interna sino públicamente, porque la afición puede comenzar a pensar que no se le tiene en cuenta. Cuando un equipo se adentra en el fango de esta manera y lo único que le está llegando al aficionado es que el equipo está bien de confianza y tranquilo. Y claro, el aficionado se pregunta si le están mintiendo, tomando el pelo o si es que los que lo dicen se engañan a sí mismos. Porque es evidente que el equipo ha perdido por completo la confianza, el norte y calma. Lo ha hecho cuando a la mínima adversidad se viene abajo en los partidos, cuando no tiene capacidad de reacción, cuando apenas compite unos minutos y su juego no inspira ninguna confianza.
Alguien tendrá que hacer algo porque cuando en la camiseta pone Gipuzkoa y ves la imagen que da el equipo te acabas cabreando. Cuando en la prensa malagueña lees “un Lagun Aro indolente”, “el conjunto donostiarra les dio todas las facilidades al equipo local, pues su defensa fue inexistente”, “Antwain Barbour era un despropósito de tiros sin posición y sin sentido (sus dos únicas canastas fueron un mate y un tiro a tabla bajo el aro, estando solo) que parecía hacer la guerra por su cuenta”, acabas por explotar.
Si se pide apoyo para el equipo, éste tiene que ofrecer alguna razón para ello, teniendo en cuenta que hace más de un mes que somos el peor conjunto de la ACB y que el juego y la imagen que se nos muestra nos invita a pensar en lo peor.
Señores ejerzan su responsabilidad. No dejen que el equipo muera sin hacer nada, desoyendo las quejas de una afición sin la que no serían absolutamente nada. Si no les importa que el equipo baje a la LEB, díganlo abiertamente; pero me resisto a pensar que esto sea así, después de tanto trabajo, de tantos esfuerzos… demuéstrenos valentía, demuestren que tienen lo que hay que tener.
Y esto va para todos y cada uno de los que tienen responsabilidad en este club, desde la directiva, al cuerpo técnico y, por supuesto, a los jugadores. La situación está al borde de convertirse en dramática (si no lo es ya) y de cara al público la sensación que ofrecen es de pasavidad, de condescencencia, de indolencia y cabe pensar en algún caso de arrogancia. No he escuchado a nadie disculparse con la afición o reconocer algún error. A nadie. Y no salgo de mi asombro. ¿Es que no les importa toda la gente que les apoya?, ¿no les importan los tontos que nos quedamos mirando la jornada virtual jugada tras jugada hasta que nos ponemos treinta abajo y ya no podemos más?, ¿los que vamos al Donostia Arena jornada tras jornada esperando algo a lo que aferrarnos?
Sólo se pide tranquilidad y confianza en el equipo. Apoyo. Pero, ¿dónde están los argumentos para ello? Estamos deseando que el GBC nos dé una alegría, que gane un partido, que ofrezca argumentos para aplaudirle, anque sea un resquicio; lo necesitamos. Pero va para dos meses sin nada de nada y estamos muy preocupados. Preocupados además porque ya hemos vivido algo parecido, una situación en la que se nos pidió lo mismo y el equipo bajó sumando diez derrotas de manera consecutiva. Y el camino ahora es el mismo.
El equipo está muerto. Y es inminente coger las palas y comenzar la reanimanción. Pero para eso hacen falta medidas drásticas, un electroshock. No es fácil tomar la decisión, pero tenemos un cuadro de asistolia y no vemos siquiera que se practique un masaje cardiaco. Desde nuestros asientos sólo se ve una línea plana en la pantalla y un prolongado piiiii. Hay que actuar para que el corazón de este equipo vuelva a latir y no sólo eso, que lo haga con fuerza.
¿Qué hace falta? En mi opinión, fichajes y un cambio de entrenador. Algo que provoque una reacción. Porque ya no hay sitio para las medias tintas. Ni para argumentos vacios y sin peso como que los dos equipos que bajaron el año pasado cambiaron al entrenador; los dos que se salvaron también, y da la sensación de querer evitar la realidad de lo fatal que está jugando este equipo y que necesita un cambio. Pero no vale sólo con fichar, hay que fichar bien, lo que a estas alturas resulta realmente complicado.
Y no vale sólo con cambiar al entrenador, hay que hacerlo por alguien competente, capacitado y con ganas de darle la vuelta a esta situación; entrenadores competentes hay en el mercado, el problema es que ninguno va a estar dispuesto a hacerse cargo de este grupo tal y como está, cualquiera que venga y no quiera quedar estigmatizado, va a exigir fichajes, en plural.
Yo me reafirmo en que el final de la etapa de Pablo Laso al frente del GBC ha terminado y ya ha comenzado una muerte larga y dolorosa. Ganar a Murcia es necesario, urgentísimo, pero si se gana (por favor, que así sea, por el bien de todos; recordemos que jugamos con el colista que aún no conoce la victoria a domicilio), el hecho de ganar no va a borrar de un plumazo los problemas; se gane o se pierda siguen haciendo falta cambios.
Por ejemplo, nuestros escoltas están a la deriva, los dos llamados a cubrir la carencia de una referencia anotadora en el exterior están naufragando; la estadística ha subido a 1/24 triples en los últimos 5 partidos y entre los dos no metieron en Málaga ni diez puntos. Por dentro también tenemos necesidades y sin Doblas estamos en bragas.
Señores, hagan un esfuerzo, asuman la responsabilidad, hagan algo. Por favor, no dejen que esto se muera, no dejen que el equipo se muera, no dejen que se muera la ilusión. Ofrézcannos algo, un argumento para creer en el GBC. Estamos en jaque, ¿alguien va a reaccionar?