Después de una semana ciertamente complicada y convulsa, con mucho que comentar y analizar, llega la hora de aparcar todo hasta que pase el partido y centrarnos por completo en lo único que ahora realmente importa. De aquí al domingo esto es lo que hay, esto es lo que tenemos y con ello tenemos que conseguir algo absolutamente vital: ganar.
El tan cacareado encuentro ante el CB Murcia, del que se viene hablando desde hace semanas, es una cita muy significativa. Lo es porque atravesando nuestro peor momento de la temporada, llega un equipo que marcha colista, que aún no sabe lo que es ganar lejos de su feudo y que acumula seis derrotas en los últimos siete partidos.
Esto es un arma de doble filo porque, por un lado, es un rival propicio para salir del barro, aunque sea para sacar la cabeza; pero también está la parte que no se nos escapa a nadie de ¿y si no somos capaces de ganar a estos en nuestra propia casa? El GBC no ha destacado precisamente por saber gestionar las situaciones de presión y mucho menos en las que soporta la etiqueta de favorito. Bueno, todo eso de poco importa, ahora lo único que vale es ganar, cuando dos equipos vienen de sendas rachas en las que prácticamente se les ha olvidado ganar, aquí son otros factores los que marcan la diferencia, especialmente los que pertenecen al terreno de lo mental.
Por eso, el jugar en casa no está tan claro que sea una ventaja. Teniendo en cuenta el historial como local esta temporada y lo que es peor, los precedentes más recientes, hay que tener prudencia. El equipo va a tener que alimentar de algún modo el espíritu de su afición, darle razones para aplaudir desde el primer minuto. Y esto va a tener que ver más con la actitud que con el acierto; estoy seguro de que el Donostia Arena se va a volcar con su equipo en cuanto éste le ofrezca la más mínima razón para hacerlo.
El Donostia Arena… Veremos que aspecto presenta el domingo de carnaval, al mediodía y jugando la Real al mismo tiempo. No es poner las cosas fáciles al aficionado y me imagino que el club no debe estar nada contento con esta situación en la que las circustancias resultan de algún modo un test de fidelidad para sus seguidores. No va a ser sencillo ver la grada poblada y es una pena porque es un partido tan importante… Es paradógico comprobar que el horario oficial de juego del GBC es el domingo por la tarde, ya ni me acuerdo de la última vez que se cumplió ese horario y lo peor es que la razón es la televisión, cuando para TVE para la que nuestro club no existe, todo este sinsentido del que el GBC es una víctima sin margen de maniobra es una auténtica vergüenza.
Pero por encima de de todas las dificultades, por encima de los problemas, el partido ante el Murcia está lleno de alicientes. El mayor de todos es la emotividad y la emoción que encierran estos choques con tintes dramáticos. Si el equipo (un equipo echado a los leones esta misma semana, aunque hoy no voy a entrar a valorarlo) es capaz de conectar con el público, el ambiente que se puede crear es propicio para la victoria. Si algo tengo claro es que tenemos que apoyar al máximo a los jugadores y si nos dan esfuerzo, recompensarlo con calor desde la grada. Es cierto que este equipo encierra grandes problemas en su juego y de confianza, por lo que no podemos exigir que las metan todas, pero sí que transmitan compromiso, que se les ha demandado. Si lo hacen hay que estar a muerte con ellos hasta el final. Ya volveremos a centrarnos en la situación después de la batalla.
Porque lo que nos espera es una gran batalla, cruenta y áspera. Probablemente desesperada por alguna de las partes. El CB Murcia es el peor equipo de la ACB, pero no hay que olvidar que un rival así, al borde de la muerte (deportiva, claro está) se convierte en mucho más peligroso. Para ellos somos el último cabo al que agarrarse para creer en una machada. No hay que dejarles cogerlo. Este tren tiene que pasar para ellos y convertirse en un billete hacia la esperanza para nosotros.
El nombre del que más debemos preocuparnos se llama Milos Vujanic. El base serbio está siendo de lo mejorcito, de lo poco salvable de este Murcia. Si se hace el dueño del partido lo podemos pasar mal. Es un base anotador, que necesita sentirse protagonista y que forzará para serlo. Va a asumir mucha responsabilidad ofensiva, muchos tiros y la mayoría de las decisiones pasarán por sus manos. Pero además, Prestes y la veteranía de Robles son grandes amenazas; Moss querrá hacerse dueño de nuestro aro y no hay que dejarle. Y en el capítulo de incorporaciones, Asselin es más que interesante y habrá que vigilarle de cerca, mientra Amara Sy de momento les ha salido rana -que no despierte contra nosotros-.
Lo cierto es que no podemos esperar un partido de muchas florituras, será un duelo tenso y a cara de perro, precisamente ahí va a residir su gran interés. Y más allá de cualquier asunto, necesitamos ganar de cualquier manera. Luego, con una victoria vital en el zurrón, ya volveremos a hablar de cómo jugar bien de nuevo y lo que hace falta para ello. Ahora urge ganar, es lo que importa y hasta el domingo por la tarde no hay que pensar en otra cosa. Claro que para ganar el GBC debe recordar de lo que es capaz, porque, ¿es capaz de volver a jugar así?