Qué falta nos hacía ganar un partido de esta manera. Bueno, que falta nos hacía ganar. Y si además es de manera convincente, mejor. El GBC ha dado un paso importantísimo en pos de la permanencia y lo ha hecho jugando su mejor partido de la segunda vuelta. Va un mundo entero de diferencia entre la imagen de la pasada jornada en Gran Canaria y el aspecto del duelo ante la Penya y lo que es más importante, se confirma una dinámica al alza cuando jugamos en el Donostia Arena.

Precisamente esa mejoría en casa debe ser en la que el equipo se apoye para sellar la permanencia. Se han ganado tres de los últimos cuatro partidos como local y en el que se perdió, se dejó un buen sabor de boca. No es que esto sirva para paliar la absoluta sequía como visitantes, pero cuando menos, endereza algo el rumbo y nos ofrece una buena dosis de tranquilidad. No está todo hecho. En absoluto. Pero tanto el hecho de ganar, como la manera nos ofrecen ése resquicio de esperanza que buscabamos de cara al tramo final de temporada. En esta particular travesía por el desierto de cinco partidos, se ha conocido la victoria y tenemos que ser conscientes de cuán importante es de cara a templar los nervios dentro y fuera del equipo.

Hoy tenemos que estar contentos. O más bien aliviados. No se trata de que este partido haga olvidar todo lo que hemos pasado. Ni mucho menos; pero ya habrá tiempo de rendir cuentas. Ahora lo único que importa es salvar la categoría como sea y el paso dado ante el Joventut es enorme. Creo que todos le habíamos visto las orejas al lobo y por primera vez en mucho tiempo el GBC nos ha demostrado que le quedan argumentos para al menos salvar los muebles.

Y si alguien se ha erigido en líder cuando peor están las cosas ése es Ricardo Uriz. Imagino (y espero) que en la prensa no vamos a escatirmar en halagos para el capitán del GBC. Y no es para menos. Lo que ha hecho Ricardo se puede tildar de heroico. Multiplicarse de esa manera, aportar en todos los aspectos del juego, dirigir, anotar, asistir, defender, luchar… Llevamos semanas diciendo que Uriz es un ejemplo pero lo que ha hecho ante el Joventut es de auténtico crack.

Ricardo simplemente nos ha deleitado. Éste ha sido uno de sus mejores partidos en ACB, sino el mejor. Me ha recordado mucho al Uriz del primer ascenso, su control sobre el partido, su influencia absoluta en lo que pasaba y cómo pasaba… No olvidemos que comenzó la temporada como teórico tercer base y una vez más -y van tres temporadas seguidas- acaba convirtiéndose en uno de los jugadores más importantes del GBC.

No se puede negar que la importancia de Uriz para este equipo es decisiva. Lleva semanas convertido en referente, haciéndose visible cuando el equipo se atasca, demostrando personalidad y valentía. Ante el Joventut, los números hablan: 18 puntos con un sólo fallo en tiros de campo, 3/4 de dos y 4/4 de tres, aderezados con 9 asisitencias para acabar con 28 de valoración. Pero es que no queda ahí la cosa, sus intangibles son todavía más espectaculares. Ricardo fue el catalizador del buen juego tanto adelante como atrás; de su intensidad parte la buena defensa vista ayer, peleando una vez más por cada balón por perdido que pareciera (recuerdo cómo frustra un contraataque claro de la Penya en los minutos más calientes) y en ataque, creando ventajas para él y para sus compañeros. Un partido para enmarcar.

Lo que también es cierto es que el GBC nos ha ofrecido su mejor cara en muchísimo tiempo. Porque ante Murcia y Alicante se ganó, pero no fueron victorias convincentes en cuanto a juego. Y ante Valencia la imagen fue esperanzadora, pero no se logró el triunfo que tanta falta nos hacía. En esta ocasión, por fin, se han conjugado ambas circunstancias, el GBC venció y convenció. Desde el salto inicial se pudo observar que todos querían redimirse cuanto antes de lo acontecido en Canarias. La defensa se mostraba activa, intensa y las ganas de todos eran más que palpables. Y claro, el resultado fue que el Lagun Aro sólo permitió una canasta del rival en los primeros cinco minutos.

Después, el partido se igualó y el estilo defensivo que se viene planteando permitió que Hernández-Sonseca brillara aprovechando los espacios que se dejan en la zona, castigando a nuestros pivots en el 1×1. Norel tampoco estuvo mal. Pero, a cambio, toda la batería exterior quedó anulada por la defensa trazada por Laso. Curiosamente, los porcentajes de la Penya fueron altos, pero un equipo acostumbrado a pasar de 80 se quedó en 70. Digno de mención el esfuerzo de Barbour atrás, así como el trabajo de Doblas y Miralles, que estando expuestos y bailando con la más fea, cumplieron con creces. Es la primera vez en toda la segunda vuelta que vuelvo a tener la sensación de que el equipo contrario cae en la trampa del GBC y se ve obligado a jugar a lo que a nosotros nos interesa. Es una muy buena señal. La verdad es que los verdinegros estuvieron lejos de su mejor nivel, circunstancia que, en buena parte, es mérito del Lagun Aro.

Mientras, en ataque y desde una gran intensidad defensiva acompañada del dominio del rebote, los de Laso dieron con la tecla. El que quiera simplificar la diferencia entre los vivido en Gran Canaria y el partido ante la Penya arguyendo la falta de acierto en las islas y tremendos porcentajes de ayer es que está ciego. Primero, la intesidad defensiva se notó y mucho en la intensidad del ataque. Pero al margen de las ganas, el juego del GBC fue mucho más inteligente, elaborado y en consecuencia, efectivo que ante el Granca. Ser dueños del ritmo ayudó a la causa; la toma de decisiones, de la que Uriz fue adaliz, resultó vital. Esta vez sí vimos ese pase más que en otras tantas ocasiones echamos en falta. Y no es que siempre se diera, se sigue abusando de 1×1 cuando no hay ventajas, sobre todo en los minutos más delicados del tercer cuarto existió un pequeño apagón.

Pero la mayoría de triples se lanzaron sin oposición, se sacaron más contraataques, se diversificó el juego… y así hasta seis jugadores anotaron 9 puntos o más. En esta faceta, fue curioso lo de Detrick, que anotó 10 en el primer cuarto dejando un pequeña muestra de lo que su temporada pudo haber sido y no fue. Barbour por su parte está voluntarioso, se le puede acusar de que no le sale, pero no de que no lo intenta. Y Panko aportó mucho de lo que no se ve, con una defensa muy pendiente de sus evoluciones, logró que sus compañeros se aprovecharan de ello.

En conclusión, un día redondo por fin. Incluso se supo soportar la presión en la segunda mitad, cuando más apretó la Penya. Ahora, si el Xacobeo no es capaz de ganar en el BEC, volveremos a los dos partidos de colchón sobre el descenso, superando además a un Alicante que dejó escapar un partido ante el Cajasol que tenía hecho… Por eso esta vez, si nos centramos en nosotros mismos podemos estar contentos y si miramos a los demás, también.

El único borrón a una jornada magnífica para nuestros intereses lo encontramos en el dato de los 2830 espectadores que registró el Donostia Arena. Esta es la peor cifra desde que estamos en ACB y posiblemente también absoluta. Las razones de esta mala noticia pueden ser muchas: el horario debido a la televisión, la coincidencia del partido de Anoeta, los problemas de acceso, la mala marcha del equipo y alguna otra; seguramente el compendio de todas ellas es la causa de la paupérrima asistencia. Ahora, no se trata de buscar culpables sino soluciones; así que creo que los responsables del club tendrán que reflexionar sobre ello y reaccionar cuanto antes. Es una pena que en el mejor partido en lo que llevamos de año 2010 acuda tan poca gente, esto es una especie de derrota también y hay que darle la vuelta cuanto antes.

Por lo demás, un rayo de luz asoma entre los densos nubarrones. Eso no quiere decir que vuelva a estar despejado. Del equipo depende confirmar estas buenas sensaciones. Sería importante seguir haciéndonos fuertes en casa, pero no hay que olvidar que llevamos sin ganar fuera desde diciembre. Esta victoria puede ser el punto de partida para la recuperación. Más bien, debe serlo; porque nos espera una recta final de liga nada sencilla y el camino encontrado las últimas semanas en el Donostia Arena parece ser el adecuado para prosperar y salvar la temporada.