Han sido semanas las que hemos pasado cabizbajos, preocupados, esperando que el equipo refrendara con victorias lo que apuntaba con su juego. Durante todo ese periodo, Sito Alonso no se ha cansado de pedir paciencia, confianza y apoyo (recibiendo las tres, dicho sea de paso). Nuestro entrenador nos quería transmitir que este Lagun Aro tiene mucho que progresar, que tiene mucho que ofrecer y que cuando complete ese -largo- camino que lleva a acoplar todas las piezas, al final, va a prosperar y nos va a dar muchas alegrías. Mientras no llegaban las victorias queríamos creer pero con cada tropiezo nos costaba más, éramos conscientes de que el equipo jugaba bien al baloncesto pero también que eso no era suficiente para poner triunfos en la tabla. Ahora, con esta victoria ante Manresa y mirando la clasificación, por fin puede llegar la estabilidad, la tranquilidad y la normalidad para buscar la felicidad. Porque realmente cada día tengo más claro que esta temporada vamos a ser felices con nuestro equipo. Aunque para eso aún nos queda mucho camino por recorrer.Decía que mirando la clasificación llega la tranquilidad, bueno, eso o el pánico de ver que este año no hay ni un solo candidato claro al descenso, al menos de momento. Hasta diez equipos -desde el 9º al 18º- están en un partido y desde el sexto hasta el último, en dos. Una igualdad que exige lo mejor de todos los equipos implicados en esa pelea que va desde la lucha por ese par de últimas plazas para ir a la Copa del Rey hasta tratar de evadir los fuegos del Infierno que suponen las dos últimas plazas de la tabla. De un lugar a otro no hay tanta distancia como puede parecer y en la mayoría de los casos esa diferencia la marcar meros detalles.
Detalles tales como lesiones o funcionamiento de tus jugadores claves. Para un equipo como el GBC que alguna de tus referencias falle es un lujo que no se puede permitir. Por eso, no es absoluto casualidad que los dos partidos que hemos ganado coincidan con las ocasiones que Jimmy Baron ha estado a su nivel. Cuando Jimmy es Jimmy el equipo gana; cierto es que hay cientos de factores que influyen en la diferencia entre ganar y perder, pero para el Lagun Aro, Baron es una diferencia clave. Tanto que en las dos victorias Jimmy ha anotado 21,5 de media y ha tirado por encima del 50% en triples (7/12); mientras que en las derrotas ha firmado un -para él ridículo- 8/44 triples, con una media de 9,2 puntos anotados. Nos hace falta que todas las piezas encajen, pero es vital que Jimmy no nos falle.
Y si Jimmy marca la diferencia, para el equipo es fundamental que la plantilla se quite de una vez por todas la carga del mal comienzo de temporada y ésta deje de afectarle cuando llega la hora de la verdad en los partidos. Frente a Estudiantes nos costó la victoria y pasado sábado poco faltó. Después de ganar y viendo que la maquinaria cada vez funciona mejor, esa ansiedad debe desaparecer definitivamente; pero no puede ser que un partido que estaba ganado, completamente controlado, acabe siendo una agonía con el pabellón entero pidiendo la hora… Es algo puramente mental y ya va siendo hora de quitárselo de encima. Mirando la tabla fríamente la igualdad que refleja la clasificación nos dice también que a pesar del terrible arranque, estamos a un partido de Copa, qué ironía. Pero también es cierto que en este camino para ser el equipo que queremos ser, el mayor lastre son las derrotas ante rivales directos; ahora mismo estamos 1/3 en casa y si pretendemos hacer algo este año hay que darle la vuelta a esa estadística desde ya.Lo que sí me consta es que el Lagun Aro va a más. Se están sumando poco a poco efectivos, armas, argumentos… A Kenny Adeleke se le ha pegado muy duro en los últimos tiempos y es de justicia reconocer que en los dos últimos partidos, sólo por el esfuerzo y la entrega, merece un reconocimiento. El nigeriano depende absolutamente de su físico, precisamente por eso viene sufriendo tanto, porque no está a punto. Por suerte, tenemos a Eugenio Rodríguez que ya ha hecho algún que otro milagro con jugadores que están a años luz de su forma física óptima. Adeleke va dando pasos al frente pero le falta un mundo entero para ser el jugador que nos hace falta. Aun y con eso, su despliegue el pasado sábado fue clave, más por ganas que por números, pero sumó que es lo que importa. No estaría mal que se olvidara de botar antes de acometer el aro cuando lo encara, porque cada vez que lo hace tiene a los defensores encima… esto es la ACB, no puedes dar ventajas a tus rivales.
Y habiendo nombrado ya a Jimmy y a Kenny no quiero dejar ni una línea más para dejar claro que para mí los cimientos de este equipo tienen nombre y apellidos: Andy Panko y Sergi Vidal. Son los que nunca fallan, los destaco cuando son casi los únicos en tirar del carro, no me los voy a dejar cuando por fin toda la maquinaria comienza a estar engrasada. En mi opinión son dos de los mejores jugadores de toda la competición, así de claro, y cuando las cosas van mal son los que nos mantienen pero en cuanto las cosas comiencen a funcionar mínimamente, estoy convencido de que van a ser los que nos van a dar el salto de calidad. Andy y Sergi, dos de los mejores de toda la ACB. Y juegan para nosotros.Hablando de jugadores y antes de meterme en otros asuntos quiero hacer un apunte sobre Raul Neto, que ante Manresa no brilló como lo venía haciendo y que me parece que no se puede dejar de destacar su pundonor. Jugó lesionado. Así de simple. Ese tobillo no estaba bien y le privó por completo de su chispa en ataque y su agresividad en defensa; no le dejó ser el jugador que es o que apunta a ser. Pero no se borró, ayudó al equipo como pudo y es de agradecer. Como es de agradecer también el trabajo constante de los señores Papamakarios y Lorant; a estos dos les toca partido tras partido mancharse las manos en la sala de máquinas, echar carbón a la caldera y dejar los focos para otros. Hay días que lo hacen mejor y otros peor, pero cuando se baten el cobre como lo hicieron el sábado hay que reconocer que la victoria llega también por lo que ellos dan al equipo de manera sorda (o no tan sorda en este caso).
Y para terminar este repaso me dejo a Javi Salgado que hizo lo que tenía hacer, ganarle la partida en lo que a dirección se refiere a uno de los bases que mejor han comenzado la temporada. Javi Rodríguez no pudo ejercer ningún tipo de influjo sobre el partido, no dominó el ritmo ni se jugó a lo que él quería; se jugó a lo que el otro Javi, Salgado, propuso en todo momento. Eso sí, defensa y acierto, dos asignaturas pendientes para nuestro capitán…
Dicho esto y habiendo ganado más a duras penas de lo que se debería, nos plantamos con un 2/5 en el puesto 14º y en plena vorágine de la igualdad que reina en la clase media-baja de ACB. Y ahora, tres partidos de esos que son algo más que difíciles: vamos a Madrid, viene Alicante y visitamos Vitoria. Los tres próximos rivales están entre los cinco primeros clasificados y suponen retos de los que exigen lo mejor que tengamos dentro. De estos tres partidos podemos sacar la oportunidad de recuperar la confianza (y alguna victoria) que nos hemos dejado en el camino. No tengo ni una duda de que el Lagun Aro, mostrando su mejor baloncesto, puede competir en cada uno de esos compromisos. Ganar uno se me antoja el mínimo exigible, cualquier cosa más que eso lo calificaría como más que un éxito, un empujón moral para todos que nos iba a hacer creer de verdad en este grupo y en este proyecto. Sé que estoy hablando casi de un imposible, nunca hemos ganado en Madrid ni en Vitoria pero, ¿por qué no ahora? Poco tenemos que perder… Y por mucho Alicante que esté siendo el equipo de Txus Vidorreta en este momento, pisar el Donostia Arena y llevarse una victoria es algo que no les podemos permitir y que no va a suceder.
Estoy convencido de que estamos en el camino correcto, que hemos salido definitivamente del hoyo en el que estábamos, que ese agujero era básicamente de resultados y que desde este mismo instante todo va a ir mucho mejor. Pero el siguiente reto que nos espera en las próximas semanas exige un extra de nuestro equipo. Parece que está en condiciones de dar ese plus… se trata de darlo y, de paso, que nos ofrezca alguna alegría inesperada en forma de gesta. ¿Quién dijo miedo? Al Real Madrid nunca le hemos ganado, este próximo domingo es un momento perfecto para hacer saltar la banca. Eso sí, solo la mejor versión del GBC va a poder conseguirlo porque el conjunto blanco está que se sale. Que los de Laso estén como quieran… si jugamos como sabemos podemos plantar cara a cualquiera y en cualquier cancha. Y ganar, también podemos ganar.