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Puerta atrás

Tratado sobre cómo ahogarse en la orilla

Si la Liga Endesa fuera una playa, el Lagun Aro tendría a los socorristas siempre preocupados y con trabajo de más, porque en este inicio de temporada el GBC se ha convertido en el gran especialista en nadar para acabar ahogándose en la orilla. Ni una sola derrota por más de diez puntos, ni un solo partido en el que no haya dado la cara y competido hasta el final; pero ocho partidos jugados y solamente dos victorias en su haber y seis derrotas en su debe. Los sentimientos de orgullo y seguridad en lo que el equipo está haciendo sobre la cancha se me mezclan con los de pena y rabia por la falta de resultados; pero si algo tengo claro es que este proyecto me convence, no solo quiero creer, si que encuentro argumentos para aceptar que con fe y perseverancia solo es cuestión de tiempo recoger los frutos. En Madrid, ante un rival claramente superior, el GBC ganó tres cuartos, únicamente perdió el primero… pero esos primeros diez minutos que acabaron 25-12 y el parcial de 10-0 encajado en la recta final del segundo cuarto le costaron al conjunto que entrena Sito Alonso un partido, que como estamos acostumbrados a decir, tranquilamente pudo haber ganado.


Tengo la sensación de que el Lagun Aro está rondando dar el clavo, está tocando con los dedos acertar con la fórmula que le lleve a ganar partidos de manera regular y que dentro de muy poco la va a tener entre sus manos. Es cierto que podríamos llevar un balance mejor, sin duda; pero esos partidos ya no van a volver y se trata de prosperar en los que tenemos por delante. El camino que está marcando el equipo, su progresión, invitan a mirar ese futuro con ganas de afrontarlo, con esperanza de superarlo con nota. Y precisamente el próximo partido se me antoja clave. Sacándolo adelante podemos empezar a pensar en quitarnos las dudas definitivamente y mirar un poco para arriba.
Para escépticos y agoreros, diré que tras ocho partidos disputados, el GBC cuenta con el mismo balance de 2-6 que sumaba en la temporada que consiguió su mejor clasificación en la Liga ACB, hace tres temporadas, cuando acabamos en el 12º puesto. Y lo mejor es que la sensación de no parar de crecer es imponente e inequívoca. El juego en ataque, a pesar de las carencias que el presupuesto te deja en la plantilla, es convincente a más no poder. En lo que a la defensa se refiere, evidentemente, se ha elegido correr ciertos riesgos que tienen mucho que ver con la valentía, la osadía y la agresividad en una idea todavía en construcción. De momento esas carencias unidas a la intención de obligar a nuestros rivales a jugar a diez metros del aro nos penalizan constantemente pero cuando todo se ajuste, esta fórmula nos va a ofrecer una manera efectiva de tapar ciertas lagunas y defectos… además de mejorar nuestro ataque al poder correr. Pero en el ínterin sufrimos y somos incapaces de defender de manera efectiva durante los cuarenta minutos. Paciencia. Estoy convencido de este es el buen camino.




Después, llega el vistazo no solo a la idea o el estilo sino a los que lo ejecutan. Siempre vamos a encontrar luces y sombras; el día que todos jueguen bien nos vamos a casa con una victoria pero con una sensación irreal porque es imposible mantener eso. Lo que sí nos debe importar es, en primer lugar, que la suma de todos dé como resultado el baloncesto que queremos ver y que nos haga ganar y, después, mirando a cada jugador, observar una línea adecuada que nos lleve a confiar que su aportación es la que el equipo demanda.



En ese sentido, mi aplauso para Kenny Adeleke. Solo su trabajo -y por supuesto el del cuerpo técnico donde hay que destacar la labor de Eugenio Rodríguez- le han llevado de no poder aportar prácticamente nada a liderar al equipo en sacrificio y labores de intendencia. Después de meses de lesiones en pasadas temporadas, un despliegue físico poderoso sólo va a ser posible si refuerza aquello que lo sujeta, es decir, tobillos, rodillas y todos los que les rodea. Llegó a San Sebastián con importantes inseguridades en ese sentido y cada día tiene más certezas. Por debajo de 10% de grasa y con los neumáticos listos por así decirlo, su progresión es clara. Hablo tanto del físico del nigeriano porque para él es un aspecto determinante en su juego y aún estando lejos de su mejor nivel ya es una ayuda importante para el GBC sobre la pista. Tanto, que con 12 puntos y 8 rebotes cumplió de sobra ante pivots que le superaban claramente en áltura. En los tres últimos partidos viene creciendo claramente y no es casualidad. Llegar cada día una hora antes que el resto a entrenar para solucionar lo que falla tiene la culpa de que fuera el mejor interior del equipo en Madrid. No vamos a destacar solo a Jimmy cuando se queda a tirar; el de Lagos se está dejando la piel y es justo reconocerlo.



Al resto de los integrantes de la pintura donostiarra los veo bailando… a David intercalando muchos argumentos que suman para el equipo con otras actuaciones más grises. Creo que una regularidad en su aportación sobre la cancha le va a hacer mucho bien al Lagun Aro. Ahora mismo no sé de que está más cerca, si del paso adelante o del estancamiento. Sus dos últimos partidos no han sido precisamente lo que de él esperamos, pero con David lo más importante es la cabeza y yo, personalmente, veo que la tiene donde debe. Le veo centrado y calmado, lo que en él suele ser sinónimo de prosperidad. Confío en él.


 
Y lo mismo que Doblas me genera confianza, Betts comienza a preocuparme, estancado, en lugar ir hacia delante parece que va para atrás. Veremos que nos dice Sito sobre el británico, pero en las últimas jornadas lo que venían siendo signos para el optimismo se han convertido  en motivos para la preocupación. Últimamente no suma nada de nada y es el momento de ponerse las pilas porque necesitamos a todos. Y falta Lorant, al que de su actitud y ganas poco se puede dudar. Se va ganando los minutos poco a poco, cuando sale a pista suma y es importante. Ahora se trata de que sea capaz de lograr más peso en el equipo y seguir aportando.



Mirar al perímetro me sigue arrancando sonrisas. Creo que ahí las cosas funcionan. Se echa en falta alguna cosilla de aquí de allá… que Jimmy defienda mejor, que Papamakarios adquiera un poco de regularidad y confianza en ataque; pero en general esto funciona. La pareja de bases comienza a ilusionar en serio, ayer superaron a la del Real Madrid, hicieron sufrir especialmente a Sergio Rodríguez y en el global fueron una de las razones principales por las que el Lagun Aro tuvo opciones de victoria. Por su parte, a Jimmy ya empezamos a reconocerlo, sus problemas cara al aro son historia y aunque tiene que seguir dando pasos al frente las alarmas están totalmente apagadas. Confieso que ayer me dio la sensación de que Sito tardó mucho en devolverlo al campo en el último cuarto, aunque cuando entró un error suyo lanzó un contraataque blanco que nos hizo polvo… Eché en falta algunos minutos más en cancha del de Rhode Island, pero también es cierto que se los tiene que ganar en defensa, un aspecto en el que debe ganar en fiabilidad.



Y por último Panko y Vidal, siempre estamos con lo mismo, son nuestro sustento, los que ponen pan encima de la mesa y eso el Madrid lo sabía de sobra. Panko sufrió aunque cumplió y Vidal tuvo un mal partido del que me parecería muy necio culparle o pedirle cuentas. ¿Pudo haber en Vidal cierta ansiedad por demostrar que se equivocaron con él en el Real Madrid? Quizá sí, y es natural. Un extra de ganas que no le dejó jugar a su mejor nivel. Bueno, me sigo alegrando de tenerlo con nosotros y mi respuesta sigue siendo afirmativa a la pregunta de si en el club blanco se equivocaron no dándole más bola. No pasa nada, el domingo volverá a ser el Vidal de siempre y nos ayudará a ganar.



Yo me decanto por pensar que las piezas van encajando y que nos vamos acercando a lo que pretendemos. Nos vamos acercando sin dejar de competir pero sin acabar de ganar. El siguiente paso es conseguir no quedarnos en la orilla, porque de momento somos especialistas. El siguiente paso es agarrar esas victorias, cerrar los partidos y me parece que la cita del próximo domingo frente al Alicante puede marcar una gran diferencia entre seguir igual de atascados o arrancar definitivamente y creérnoslo de una vez por todas.



Tenemos un equipo que juega un baloncesto que vemos que funciona; su labor ahora es demostrarnos que no es solamente valido para competir con cualquiera sino para ganar a cualquiera y de paso, sumar dos victorias seguidas en casa que siempre sienta bien al aficionado que va al Donostia Arena con toda la ilusión del mundo. Contra Manresa registramos la mejor entrada en lo que va de temporada, algo más de 5.800 espectadores, y el próximo domingo tengo el pálpito que no solo vamos a pasar de 6.000 sino que todos ellos van a divertirse y nos vamos a ir casa con una sonrisa y con otra victoria en el zurrón. Y no es solo fe lo que me mueve, el equipo me da argumentos de sobra para creerlo. Les toca a ellos refrendar esas razones y que empecemos por fin a levantar la cabeza. Tenemos lo que hace falta. Vamos a por ello entre todos.


 

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