Tenemos problemas. No hay que pararse mucho a pensar para darse cuenta, pero se trata de reconocerlo de una vez. Tenemos un buen carro de problemas que nos llevan a ocupar puestos de descenso, alcanzado ya casi el primer tercio de liga, con un balance paupérrimo -el peor arranque de nuestra corta historia en la élite- de dos victorias y ocho derrotas. Estamos en jaque, no tanto por la distancia que nos separa de los equipos a los que perseguimos, sino por la sensación de incapacidad del equipo para lograr victorias. Tenemos necesidades y carencias; también hay una gran cantidad de aspectos positivos, pero estos quedan ensombrecidos por el hecho de no ser capaces de sacar partidos adelante y todo lo que ello conlleva. Jugados ya diez encuentros, es tiempo de hacer un diagnóstico y éste no lleva más que a la misma conclusión.
Tenemos problemas. A nuestro juego le falta un equilibrio tan brutal que nos afecta en todos los aspectos del juego, incluso en ese que tan bien hace el equipo, que es atacar. Al Lagun Aro GBC no le cuesta hacer llegar el balón a las manos adecuadas, pero sí echa de menos el acierto de los encargados en finalizar. No rematamos y lo pagamos caro. Y lo que es peor, ese desequilibrio descompensa incluso nuestros puntos fuertes, obligados a multiplicarse para tapar agujeros que ellos no han cavado. Vidal y Panko son nuestras únicas constantes; el resto, intermitencias o fiascos. Duele decirlo, pero es así. Con todo, nuestro entrenador le ha sacado un rendimiento muy por encima del esperado a este grupo tan corto y la sensación ofrecida ha engañado con sensaciones positivas a una realidad que comienza a ser muy negativa.
Tenemos problemas. Nuestro juego interior adolece de una importante falta de talento -sobre todo físico- y ofrece unas lagunas inmensas tanto en ataque como en defensa… No hay juego por encima del aro, eso está claro, pues somos el peor equipo taponador y el tercero por la cola en mates. Como ya he dicho, en ataque no se nota tanto y no por el talento, que lo hay, sino porque la fórmula de juego está demostrando encontrar soluciones y respuestas a los entramados defensivos planteados por los rivales; pero atrás sí que se nota una barbaridad. Somos el peor equipo taponador, el segundo que menos balones recupera y el segundo que más faltas hace. Síntomas todos ellos de carencias grupales. Es muy difícil prosperar con esta defensa sin un jugador que sea capaz de intimidar, asustar, hacer dudar cuando los rivales pisan la zona, las ayudas son largas y llegamos tarde, nos superan en físico por dentro, un día sí y otro también. Necesitamos ayuda en el interior y la necesitamos ya. Pero no un parche o una solución temporal, un golpe de efecto que dé profundidad, empaque y equilibrio a la plantilla. Si no seguiremos esforzándonos pero no llegando. Seguiremos ahogándonos en la orilla, no porque nuestra idea sea mala, sino porque no tenemos las armas necesarias o suficientes para desarrollarla. Necesitamos fichar, hay que fichar. No sé dónde ni cómo, pero hay que encontrar algo bueno en el mercado. Tampoco sé si de los descartes NBA cuando terminen los training camps o la cortísima pre-sesion o si hay que sacarlo de otra liga, pero nos hace mucha falta un refuerzo de calidad. Empieza a ser un clamor unánime. Fichemos y fichemos bien.
Tenemos problemas. Nuestra referencia exterior, el que estaba llamado a ser el killer desde el perímetro, tiene un inicio de temporada fatal y no se encuentra a sí mismo. No sé que es lo que le pasa a Jimmy Baron, pero algo le pasa. Su confianza está por los suelos y es incapaz de recordarnos al jugador que nos deslumbró la pasada campaña. Para un equipo humilde como el nuestro éste es un problema gigantesco, porque necesitamos que marque las diferencias. A falta de Baron, Andy Panko, que está ahí para lo que sea, asume el ese papel y está peleando por ser el máximo anotador de la ACB, pero con todo y con eso, necesitamos a Jimmy sumando a lo que da Panko. ¿Tiene peores bloqueadores y están muy pendientes de su tiro? Bueno, también tiene tiros librados no es capaz de anotar cuando el año pasado jamás los perdonaba y además, anotaba en posiciones inverosímiles con defensores colgados de él… El Jimmy de este año no es, ni de lejos, una versión aceptable de sí mismo, y lo que es peor, nos está dejando un hueco enorme que nadie puede cubrir. Le necesitamos, le necesitamos mucho. Al mejor nivel y cuanto antes.
Tenemos problemas. El más grave de todos quizá sea el mental. Es lógico que a medida que el equipo va perdiendo y más en la manera en la que lo hace, la confianza y la autoestima bajen. Sito demuestra que cree en el equipo y su capacidad, pero es una realidad que los jugadores no están demostrando lo mismo. Esta semana -y en anteriores también- la prensa le estamos pegando duro al equipo, les acusamos de incapaces y ahora mismo no están demostrando tener argumentos para convencernos de lo contrario y demostrar que estamos equivocados. De hecho, parece que esta tendencia no hace más que cavar un hoyo más grande en el que se está enterrando la confianza del equipo. ¿Cómo se sale de ahí? Supongo que es la pregunta del millón, pero les va a hacer falta mucho carácter y personalidad.
Tenemos problemas. Y todas las respuestas a estos se encuentran en dos lugares a mi modo de entender: Fundamentalmente, dentro del propio equipo; son ellos los que tienen que sacarnos de ésta. Estamos realmente en una situación límite, con todo lo bueno y todo el potencial con el que cuenta Sito Alonso y la idea de baloncesto que intenta implantar; pero hay que aceptar que tenemos urgencias reales que necesitan soluciones inminentes. Necesitamos sumar victorias ya. Y como decía, la primera solución está dentro del equipo, pero cada día es más evidente que necesitan ayuda y de la buena. Reaccionar desde dentro y traer un refuerzo de entidad, nos hace falta y lo necesitamos, pronto. Espero que se haga algo, porque es evidente. Tenemos problemas.