El premio ya lo tenemos. Lo estamos disfrutando. Y lo que nos queda… Porque más allá de cualquier valoración es un hecho que este Lagun Aro GBC persevera, convence y, desde luego, ilusiona. Cuando perdimos frente a Baskonia y nos colocamos 2-8 era muy difícil pensar en positivo, pero ahí está la mayor virtud de este equipo: su carácter. Se ha creído capaz de prosperar a pesar de las dificultades -que no han sido precisamente pocas- y se encuentra en la novena posición de la ACB con su mirada puesta en cielo y todos absolutamente enganchados a la causa. Precisamente el hecho de estar como estamos y con posibilidades reales de seguir creciendo me resulta la mejor noticia de todas; con una competición tan igualada, suele ser común entre los equipos humildes que el que tiene una plaga de problemas se desengancha del pelotón, se hunde en la miseria y se ve obligado a grandes desembolsos para buscar una reacción. En esta ocasión, los problemas, uno detrás de otro, nos han venido a nosotros; desde la pretemporada, coartando la comodidad para trabajar y frenando las opciones de crecer. Pero lejos de perder la paciencia o echar la culpa al empedrado, Sito Alonso y sus hombres han mirado dentro de sí mismos para encontrar soluciones. Y vaya si las han encontrado. Me parece que después de todo lo acontecido, se está cerrando la primera vuelta de una manera brillante.

Esto ya es todo un triunfo y tener la mera posibilidad de soñar con la Copa del Rey, después de comenzar 0-4 y después estar con 2-8 es un escándalo. Pero esto es el resultado de que el entrenador ha creído sin fisuras en sí mismo, en su equipo y el trabajo que se estaba realizando. Y simplemente vernos novenos en este momento y de paso haber ganado un partido en enero después de ya ni me acuerdo cuándo es una razón de peso para que todos estemos satisfechos. Para estarlo se entre en la Copa o no. Soy el primero que se ilusiona con la posibilidad, el primero que lo está deseando y que no quiere frenar la ilusión porque es positiva para todos. Pero soy consciente de algo, hay que ganar dos partidos de tres y ahora jugamos ante el subcampeón y el campeón de la pasada temporada. Lo que tengo clarísimo es que si no alcanzamos ni me va a defraudar, ni voy a cargar contra el equipo, ni pienso dejar que afecte a mi estado de ánimo respecto a lo que me transmite este Lagun Aro GBC.

Lo que se me empieza a pasar por la cabeza es que de una vez por todas vamos a poder afrontar una segunda vuelta sin penurias, sin parones en seco de nuestra ilusión. A cambio, veo un equipo que no deja de ir a más, que no se ha dejado afectar por lo que nadie diga, ni siquiera en el peor de los momentos y que ahora está disfrutando merecidamente y haciéndonos disfrutar.

La búsqueda del equilibrio ha sido el caballo de batalla durante los peores momentos y cuando todos nos dedicábamos a personalizar en busca de culpables, el discurso de Sito ha sido siempre equipo, equipo y equipo. Y es inequívocamente el carácter colectivo, la unión ante los problemas y la suma de todos lo que ha lanzado al Lagun Aro. En las dos últimas victorias el mejor siempre ha sido el grupo por encima de las individualidades. Cierto es que Panko está asumiendo el liderazgo, que Vidal está al mejor nivel de su carrera y que hombres como Doblas han dado un paso gigante al frente, pero me resulta llamativo que en todos los casos es una aportación más dentro de un plan maestro, que todos son la suma para un bien común.

Dejando claro que para mí el colectivo es la estrella, quiero echar un vistazo a cómo cada uno está aportando, porque existen casos que son dignos de mención. Voy a empezar por los que ya he citado. Panko y Vidal son los estiletes de todo este tinglado. El máximo anotador de la ACB y el nacional mejor valorado, ni más ni menos. No me cansaré de decirlo porque han estado a las duras y a las maduras. Panko es un especialista en echarse el equipo a la espalda, de acudir cuando más se le necesita, un líder que predica con el ejemplo y que jamás se alegrará de una actuación personal si ésta viene acompañada de derrota. De ahí su cara de felicidad últimamente… El de Harrisburg no se quiere retirar sin llevar al GBC a alguna cita grande, una Copa o unos playoffs, es su cuenta pendiente y creo que por primera vez ve un posibilidad real de conseguirlo. Un ganador nato como él sólo puede vivir pensando en mejorar. Por eso con 34 años está en el mejor momento de su carrera.

Y Vidal… bueno, pues es curioso cómo ha cambiado la vida en las canchas para él. Se nota que vuelve a disfrutar y le está sacando el jugo a una sensación que no tenía desde hace más de dos años. Hemos visto muy pocos jugadores de su calidad en nuestras filas, es un tipo que marca las diferencias silenciosamente, a base de buenas defensas, rebotes, robos, contraataques. Pero su trabajo hace mejor al equipo.

Pero, personalmente, por encima de todos, me quedo con la temporada que está haciendo David Doblas. No tiene que ser fácil. Lo que se le ha pedido a David este año es que deje de ser una primera opción para convertirse en el encargado de la chapa y pintura, de la fontanería, de realizar el trabajo más complicado y menos vistoso. Pasar de que se juegue para él a que él juegue para los demás. No sólo eso. Que lo haga y sea aprendiendo a realizar tareas que a sus treinta años jamás había hecho en su carrera… defender ala-pivots en el perímetro, ser el salvavidas cuando se desajusta la defensa, convertirse en una referencia en la lucha por el rebote, emparejarse siempre con la más fea; vamos, comerse los marrones. Y lo ha hecho, de buena gana y logrando brillar desde el esfuerzo. Su progresión silenciosa está dando sus frutos, y lo hace más que en sus números individuales, en el marcador final de los partidos. Madurez absoluta, capacidad de aprendizaje, de mejora y una actitud que repercute en el bien de todos, empezando por sí mismo, pero pasando por cada uno de sus compañeros. A mí lo que me sale decirle es: Gracias David, sigue así.

Bueno, digo sigue así David, pero podría decirlo prácticamente de todos. El nivel de Salgado en dirección es espectacular, pero su mejora en defensa parece que se nos está escapando. Comete errores, sí, pero hace cosas que no le habíamos visto jamás. Su guía se nota en cada posesión y cada día estoy más convencido de que la manera en la que se complementan nuestros bases es más que adecuada. Neto frente al Cajasol logra ni más ni menos que arrebatar la tranquilidad y la comodidad a los ataques del Cajasol; a Calloway literalmente se lo comió y ganó la partida a cada base que tuvo delante. Lo que defiende Neto no se lo habíamos visto a ningún base local jamás… El futuro es suyo, pero en el presente su juego y su progresión, en todos los aspectos, me dejan con la boca abierta.

Y para terminar, no quiero olvidarme del señor Papamakarios. De acuerdo que es ninguna estrella y comete errores, de acuerdo. Pero no me quedo sin elogiar su trabajo durante todo el partido, especialmente en las posesiones decisivas y su mejora en el lanzamiento a canasta. Los que no brillan también suman, como Betts que no es precisamente el más destacado en las últimas citas pero no deja de ayudar. Y Ogide, bueno, sus minutos en pista me dicen que nos puede venir incluso mejor que Adeleke, así que bienvenido sea y encantados de que aporte.

Al final esto es cuestión de un todo, de un equipo que funciona y avanza unido a pesar de los problemas. Que este año ya ha roto las maldiciones de dos canchas en las que jamás habíamos ganado, logrando en una de ellas la mayor victoria de nuestra historia con cuatro y un tambor. Tener problemas es natural, siempre lo habrá, se trata de sobreponerse a ellos de la mejor manera posible y sin perder el ánimo ni el carácter. El Lagun Aro problemas ha tenido todos y más, tantos que a veces ni nos lo creíamos… Y la diferencia la ha marcado superándolos con unión, confianza, optimismo y ambición. Siendo pocos pero muy bien avenidos. Demostrando un carácter a prueba de balas, un carácter irrompible. Y por eso está noveno en vez de en el fondo de la clasificación. Porque ha buscado soluciones en lugar de excusas o culpables. Porque nunca ha dejado de sí mismo y ni ha cejado en el empeño de llegar a ser quien quiere ser. Y la recompensa está aquí. Ilusión a raudales, una grada entregada, disfrutando a más no poder y ganando cada día en devotos. Y la opción de ir a por el más difícil todavía este domingo en Miribilla.

Soy optimista con este equipo. Creo en él. Y le digo, enhorabuena, estamos orgullosos de vosotros. A trabajar que queda mucho por delante… ahora tenemos poco que perder en Bilbao, las apuestas están más de cuatro a uno en nuestra contra, nadie cree que tengamos opciones; nadie salvo nosotros. Yo creo firmemente que el Lagun Aro GBC puede ganar este domingo en Miribilla, y que nadie me diga lo contrario, porque no me va a hacer cambiar de parecer. Así que a disfrutar, a seguir disfrutando. A pelear por dar un paso más. Esto no se para, vamos a más.