Mi más sincera enhorabuena. Si eres del Lagun Aro, esto es para ti. Seas jugador, aficionado, patrocinador, periodista, entrenador, trabajador del club, voluntario, sigas al equipo desde Gipuzkoa o en la distancia… si quieres al GBC, esto va dedicado a ti. Porque ahora mismo estamos degustando nuestro mejor momento, algo por lo que llevamos años peleando, un sueño que nos ha sido tan cruel como esquivo, que nos hizo creer que era una quimera, una miel no apta para nuestros labios, un lugar que nos estaba vedado pero que no dejamos de buscar. Y cuando lo hicimos todos juntos, lo alcanzamos. Por eso, esta Copa es para brindar por todos nosotros. Una sonrisa, que compartida, es tan grande como el corazón de una afición que jamás se ha rendido, por un club que siempre ha creído en su camino y por un equipo con un alma inquebrantable. Y un entrenador, un guía por el desfiladero que no se permitió dudar ni un instante, un líder sobre el que apoyar un proyecto sin mucho dinero pero un carácter que ha suplido cualquier otra carencia. Hemos llegado entre todos, pero es Sito Alonso el que nos ha traído hasta aquí.

Esta nueva etapa para el Lagun Aro GBC tenía (y tiene), a mi modo de entender, dos grandes misiones. Ambas ya cumplidas más que de sobra y ambas en las que hay que seguir mejorando. La primera era la de recuperar como fuera una ilusión que lentamente se estaba apagando y la segunda dar, de una vez por todas, un paso al frente que nos librara del estancamiento en el que estábamos atrapados. Necesitábamos aire fresco, un cambio y Sito fue algo más que eso, se convirtió en una bendición. Con menos recursos está consiguiendo mucho más y si tenía dos tareas, no sólo ha cumplido el expediente sino que lo está haciendo con brillantez.

Decía que las dos misiones están cumplidas pero que no hay que pararse aquí. En primer lugar, porque cuesta mucho recuperar la ilusión, pero ésta se diluye como agua entre los dedos si dejas de cuidarla, de alimentarla. Un dato muy gráfico es la asistencia a Illumbe… sufríamos una caída imparable, que en las últimas tres temporadas nos hizo bajar de una media superior a los siete mil aficionados a apenas seis mil, de hecho, el dato exacto de la pasada temporada temporada es de 6.049. Y esta campaña todo indicaba que la debacle seguiría su camino imparable atendiendo a los primeros datos de asistencia… Y entre todos, guiados por la fe del equipo, hemos cambiado esa dinámica. Una cifra que mediada la primera vuelta subsistía por encima de los cinco mil (eso sí, muy bien avenidos), ahora ya supera la media de la pasada temporada (con 6.068 por partido) y lo que es mejor, promete una subida imparable sólo con palpar la ilusión desbordante y renacida de sus cenizas. Todo parte de lo que transmita el equipo y es obvio que lo que da lo comienza a recibir de vuelta. Pero me parece fundamental que los responsables de todo este tinglado se han dado cuenta por fin que en este negocio el aficionado es la parte más importante, el es verdadero protagonista, al que no hay que exigirle nada sino cuidar incondicionalmente. En ese sentido, el club y el patrocinador están actuando de diez… y recogiendo los frutos. Creo que son un ejemplo y otros clubes se están fijando en su trabajo. Pero que no se duerman, hay seguir por ese camino y seguir mejorando.

Y en cuanto al paso adelante en lo deportivo, exactamente lo mismo. Una plantilla con menos recursos que nunca se ha convertido en el equipo más unido, eficaz, efectivo, completo y redondo que jamás hayamos tenido. Y por eso han firmado la mejor primera vuelta de nuestra historia. Y por eso nos han regalado nuestra primera presencia en la Copa del Rey. Pero se trata de que esto no pare. Esta es una estación más en nuestro camino para crecer, no es ningún final. Para eso queda mucho y es muy importante saber quiénes somos. Porque como nos pensemos algo diferente a que para ganar tenemos que darlo todo cada segundo, no ganaremos a cualquiera. Es ese esfuerzo, esa constancia y ese carácter los que nos han puesto aquí. Olvidémonos de eso y nos llevaremos un golpe importante. Disfrutemos de este momento histórico, de esta alegría y de esta ilusión y aprovechemos todo ello para trabajar con más fuerza para seguir adelante. Es como creo que debemos hacer las cosas.

Porque el partido de Murcia es una metáfora perfecta de lo viene siendo nuestra temporada. Una sucesión de escollos, de retos y de problemas que vamos superando a golpe de carácter. Un buen amigo me decía después del partido “este equipo tiene alma!” y realmente creo que eso es lo que le diferencia del resto. No tenemos más calidad, ni cantidad, no tenemos más estrellas, ni dinero, ni recursos… pero tenemos alma. Demostramos un carácter y un corazón que no se consiguen con presupuestos millonarios. Es lo que marca la diferencia y lo que está identificándonos completamente con este Lagun Aro GBC. Y me alegro de que sea así.

Y realmente me alegro por mucha gente. Primero por todos y cada uno de los seguidores de este equipo. Por todos y cada uno. Tengo la suerte de conocer a unos cuantos y de verdad que este triunfo les pertenece por derecho propio. Los de la Zona Azul y la Peña Omnes Uni, que ejercen un influjo de cohesión y empuje para el resto que es un auténtico tesoro; pero también por todos y cada uno de los anónimos que se sientan en su localidad de Illumbe o no pueden porque están lejos, en Barcelona, en Madrid, en muchos otros sitios, desde sus casas y sus sofás y sufren con la televisión o la jornada virtual cada fin de semana. Esta alegría les pertenece. Tenemos un lujo de afición que no nos la merecemos.

Y me alegro por la gente del club, porque se han llevado muchos sinsabores, han tenido que aguantar muchas críticas y nunca se rinden. Yo de verdad que me quito el sombrero, sé que no es fácil encajar que te digan que la estás cagando cuando trabajas cada día con todas las ganas del mundo para que esto funcione. Cuando hay que decir lo malo se les dice y hoy que toca lo bueno no voy a dejarles de lado. Me alegro mucho por ellos. Y, permítanme decirlo, me alegro por la prensa que sigue a este equipo. Somos unos cuantos locos de esto, que nos apasiona tanto que lo vivimos demasiado… y estábamos deseando contar algo así de gordo y de maravilloso, que de dar palos ya estamos hartos.

Pero tampoco me voy a olvidar -y creo que es justo reconocerlo- del patrocinador. No serán los que más dinero dan de la ACB, tampoco nos dan poco precisamente; pero sobre todo nos demuestran que están implicados, comprometidos con que podamos disfrutar de la mejor manera de esto que tanto nos gusta. Como su trabajo diario es ímprobo pero a la vez anónimo y sé cómo lo vive, no me puedo quedar sin felicitar a Sergio Ferrer, que está dejando la piel por este equipo y es de los que más suma desde la sombra. Para él mi reconocimiento más sincero.

Y por último, me alegro por el equipo. Se les ha dicho de todo; que no valían, que no eran suficiente, que con ellos no iban a ninguna parte y mientras, no han hecho otra cosa más que trabajar callados y con fe. Es premio es de todos pero nos lo brindado ellos. Me alegro por todos y cada uno, por Vidal, que es el mejor nacional de ACB después de dos años de frustración y sinsabores; por Salgado, del que prescindieron en otro equipo porque parecía que ya no valía… y vaya si valía. Por todos. Pero especialmente por dos personas, las que más tiempo llevan en el equipo. Andy Panko lleva prácticamente diez años en la ACB y ni una Copa ni unos playoffs; él siempre ha asociado su éxito al del colectivo y merecía una recompensa como ésta. Y la ha conseguido como líder absoluto del equipo.

Me alegro por Andy pero sobre todo me alegro por David Doblas. Ha tenido que sufrir mucho en los últimos tiempos y pasar por momentos muy difíciles. Y no se ha quejado ni una vez, no ha cejado en su empeño… y el cambio que ha experimentado el equipo, en buena parte se refleja en él. Sito le ha pedido mucho y David ha dado lo mejor de sí mismo. Para mí, su entrega en defensa y rebote lo resumen todo: ha triunfado como el encargado de cerrar cada grieta en defensa, emparejándose con ala-pivots en el perímetro y pesos pesados en la pintura, además de prosperar en la ayudas y hasta poner tapones… Pero además ha pasado de coger 2,5 rebotes en los primeros diez partidos a 6,1 en los siete siguientes, convirtiéndose en una referencia en cuanto a lucha y deseo. En Murcia fue nuevamente el alma cuando peor estaban las cosas así que por esto y más, esta Copa del Rey es un premio para un jugador al que asumimos como nuestro.

Y termino con Sito Alonso, al que no voy a felicitar sino a dar las gracias. Se las doy al equipo, claro, pero se las quiero dar a él por creer cuando todos perdían la fe. Por ilusionarse cada día cuando estaba rodeado de desilusión. Por vencer a los problemas en lugar de dejarse vencer por ellos. Y por convertirse en clave para cambiar nuestro destino. Cero excusas, todo carácter. Como seguro estará pensando, ahora a trabajar. Porque esto lo hemos conseguido a base de trabajo e ilusión y el premio lo estamos disfrutando pero no acaba aquí, esto no ha hecho más que empezar.

Enhorabuena a todos, porque lo hemos conseguidos entre todos, juntos. Lo más importante es que no se nos olvide que unidos somos mucho mejores y más fuertes. La Copa no nos la quita nadie y la vamos a disfrutar como lo que es: nuestra primera incursión en la élite de la ACB. Pero es precisamente eso, la primera, hay que seguir adelante, hay que seguir creciendo que queda mucha temporada y mucho que disfrutar. Para ello, que no se nos olvide, lo que toca ahora es pensar en ganar al Obradoiro. Otro paso hacia adelante. Esto es lo que queremos, sigamos luchando por ello, sigamos divirtiéndonos. Aunque parezca un sueño, es una realidad. Estaremos en la próxima Copa del Rey.