… Y cambiándolos por otros construidos con los pies en la tierra. Es a lo que se está dedicando el Lagun Aro GBC. Esta semana cerramos nuestro condenado enero maldito; al que siempre llegábamos con sueños de una vida mejor, que volaban como pájaros de papel y acababan destruidos a golpe de decepción, cambiado nuestras ilusiones por amarga frustración. Siempre derrotados. Incapaces de ganar un partido. Lo cerramos dándole por completo la vuelta, firmando posiblemente nuestro mes de más atronadora felicidad; una sucesión de monstruos abatidos y fantasmas acallados. Todo paso a paso, pieza a pieza. Construyendo, creciendo, todos juntos. Tengo la extraña sensación de que después de relevancia imparable que supuso la victoria de la pasada semana, no se está otorgando la importancia que merece a lo logrado en Santiago. Resulta, en mi opinión, un paso al frente gigantesco, colocarnos a estas alturas con nueve victorias y colocando un poco más de argamasa en beneficio de la solidez de lo que estamos construyendo.
No fue un mediodía sencillo el el pasado domingo. Nunca lo son. Si ahora pensamos que nos vamos a pasear nos estaremos equivocando. Ni siquiera cuando nos pongamos 17 arriba. Aquí se trata de ir con todo los 40 minutos, porque un despiste te cuesta un disgusto. Esa lección queda aprendida y sin peaje alguno, sólo un susto que nos vale como toque de atención. Decía antes que tengo la sensación de que no se está valorando en su justa medida esta victoria, sea por la situación del rival o la nuestra propia, me es indiferente, me parece que la dificultad en Santiago fue máxima y el equipo dio la talla. Dos nombres me vienen a la cabeza. No, no son Vidal y Panko -que por supuesto estuvieron imperiales otra vez y ya he perdido la cuenta-, hablo de David Doblas y Manolis Papamakarios, 20 minutos por barba y una combinación de 13 de valoración. Muy bien. Porque más allá de lo que se ve en la primera capa y queda constatado en las estadísticas, ambos fueron los cimientos de la victoria desde su trabajo. David sigue siendo el chico para todo, el que se encarga del trabajo sucio en la zona y tres cuartos de lo mismo para el griego en el perímetro. Gana en respeto nuestro amigo heleno, con rivales y árbitros mientras se hace gigante cada vez que Jimmy se empequeñece.
Y sí, se que el asunto Jimmy Baron nos trae de cabeza, que es cuestión de debate y lleva 3 triples de 17 en los dos últimos partidos -uno por cierto, históricamente decisivo-, que por primera vez no acudió a su cita con el 6,75; pero disculpen si no es eso lo que me preocupa. El equipo demuestra que es capaz de cubrir cualquier carencia individual, por eso, lo que quiero es que Baron se centre en aportar lo que el colectivo requiere de él y es en eso en lo que se está despistando. No me preocupa su muñeca, sería de locos. Pero tiene trabajo por delante en muchos aspectos. Este año va montado en una montaña rusa, sólo quiero que encuentre una estabilidad. Los rivales le atacan y el equipo encuentra soluciones, lo mismo que el sigue atrayendo defensores y atenciones rivales que gracias a un trabajo colectivo nos permite meter casi 90 puntos con nuestro tercer máximo anotador aportando dos. Que trabaje en mejorar lo que debe, los tiros entrarán, no hay más.
Y por último, le quiero dedicar unas líneas a Raul Neto. Soy consciente de que he pasado muy por encima de las actuaciones de Vidal y Panko, pero es que parecen tan comentadas que no quiero insistir, lo que hacen estos dos es darnos de comer cuando más hambre tenemos, incluso cuando juegan mal, juegan bien. Habrá tiempo de sobra de seguir analizando y alabando lo que nos dan, lo vemos todos. Punto. Decía, Neto, veo como se frustra a la vez que nosotros cuando insisten en no respetarle los árbitros. El sistema de jerarquías de los árbitros entorno a los jugadores es tan viejo y está tan establecido que no merece la pena quejarse, ellos te dirán que no existe, pero sí. A Navarro le pitarán aquello que a otro no y como este ejemplo, miles. Eternamente tendrá menos bula un jugador joven que con un veterano. Gustará más o menos pero es así; Neto tiene un peaje que pagar, injustamente, porque su defensa es excelente, pero debe pagarlo. Él tiene la paciencia necesaria y una actitud excelente; por este camino estamos ante un jugador que marcará una época. Sólo hay que fijarse en cómo estaba burreando a todo un tipo curtido en mil batallas como Palacio para entender la pantagruélica dimensión de su potencial, porque se lo estaba merendando en ambos lados de la cancha… hasta que decidieron que ya había jugado suficiente. Una pena porque no sé ustedes, pero yo estaba disfrutando una barbaridad. Estamos ante un chico con la capacidad de marcar un época en nuestro equipo, cuidémosle. Además, la pareja que forma el de Belo Horizonte y Javi Salgado me convence, son completos perfectos para repartirse la batuta.
No quiero terminar sin echar un vistazo no sólo a las actuaciones individuales llamativas sino a lo que de verdad hace que esto funcione, el juego de equipo. Otra vez es lo que nos hizo ganar, porque Vidal valoró 33 pero hasta 91 nadie más pasó de diez, lo que habla de un aporte de todos, del colectivo. Y es verdad que volvimos a sufrir en nuestro aro con el rebote, lo que nos impide a veces marcar el tempo que queremos y, a ratos, se nos va un poco de las manos, pero a cambio, perdemos poquísimos balones. Tiramos muchos triples, pero ni de lejos me parece un defecto, porque el porcentaje alto, entre otras cosas, es debido una circulación de balón que a mí, personalmente, me deja constantemente con la boca abierta. No comentamos la suficiente la fluidez de nuestro ataque, lo sencillo que hacen que parezca llevar el balón a las manos adecuadas -con lo difícil que es eso- y lo enormemente bueno que es este equipo en la toma de decisiones. La defensa, dentro de que ha mejorado una barbaridad respecto a momentos anteriores de la temporada (malo sería lo contrario), todavía tiene mucho trabajo por delante. Pero el ataque, que evidentemente también requiere de progreso, goza en mi opinión de una salud que para sí la quisieran la mayoría. En realidad, nuestro juego, en conjunto, adelante y atrás, rebosa de esa salud, no sería justo decirlo simplemente del ataque. Pero ojo, que en las segundas vueltas todo es siempre más difícil, así que hay que seguir mejorando. Lo que quiero decir es que creo que vamos por el buen camino, esto es un equipo con todas las letras.
Dicho esto, nos vemos con nueve victorias, una sonrisa y confianza como nunca conocimos a estas alturas. Mi mente voladora es capaz de maquinar cantidad de números, objetivos, metas, retos y marcas que conseguir, alcanzar o superar… y plantearía unas cuantas, pero no voy a escribir ninguna, porque si algo estamos aprendiendo es que el camino se recorre centrándose en dar el siguiente paso lo mejor posible. No me parece mal ilusionarse ante una segunda vuelta que se nos presenta propicia, pero quiero disfrutar de cada momento de esta temporada, de cada uno en particular; primero porque podemos, soñábamos con esto y no quiero perderme nada del ahora por mirar más allá. Así que a por Valladolid. Colista, sí, pero enrabietado. Objetivo ganar, está claro, nada de pensar otra cosa… Pero sin menospreciar a nadie. Hay que buscar la décima y que Illumbe vuelva a brillar en el ínterin. Somos especialistas en tropezar en estos partidos o eso al menos dice nuestro pasado, un tiempo con sombras que el equipo de Sito Alonso se encarga una y otra vez de aclarar. Este tipo de partidos son una cuenta pendiente tanto como lo eran Badalona, Gran Canaria, Bilbao, Santiago, el mes de enero, el billete para la Copa y tantos otros. Y conseguir la victoria sería otro paso importante para seguir creciendo, que al fin y al cabo, es lo que todos queremos. Otra cita para trabajar, para prosperar, para disfrutar. Nuestro castillo no está construido en el aire, se levanta desde el suelo y cada día es más sólido. Sigamos así.