Es la manera de crecer que tiene el Lagun Aro GBC. Sito Alonso se ha encargado de moldear una construcción apoyada en bases inquebrantables a base de ilusión, esfuerzo, confianza y trabajo, mucho trabajo… Pero en su edificio se ha olvidado de poner el techo. Se agotan los adjetivos con este equipo y todos compartimos la ilusión de temporada que, pase lo que pase, ya es la mejor de nuestra historia; pero lejos de pensar en cifras, récords, rachas y demás estadísticas, la manera de funcionar de este equipo va por otro camino. Ni piensan en las catorce victorias, el cuarto puesto, los doce de catorce y demás hazañas que se nos pasen por la cabeza… en ganar el siguiente, en eso consiste, en ser mejores que ayer, en progresar, en superarse, en no parar de crecer. En no conformarse.

Y de esa manera, el Lagun Aro GBC se ha puesto en el mapa, ha dicho aquí estoy, este es mi juego, ésta es mi actitud y ganemos o perdamos somos fieles a nosotros mismos. Era la intención de Sito desde el principio, un equipo fácilmente reconocible por su estilo y no por sus resultados. Y es cierto, no es lo que está haciendo el Lagun Aro, es cómo lo está haciendo. Por eso la afición delira de emoción cada partido. Por eso se llena Illumbe, por eso la cubierta retumba al sonido unánime de “GBC, GBC”. Que por cierto, lo de esta afición es brutal, ejemplar. Me siento muy orgulloso de formar parte de ella.

Son muchos los detalles en los que fijarse. Pero me quiero quedar con los que se esconden debajo de la superficie. Quedarse con la imponente actuación de Panko es sencillo, pero no lo es tanto elegir entre todos los demás quién fue el que mejor le acompañó… si Jimmy con sus canastas que dejan con la boca abierta o Papamakarios con su defensa y madurez; si con Betts y su efectividad o Lorant y intensidad y progresión… o quizá con la electricidad de Neto, la solidez de Salgado, la polivalencia en el esfuerzo de Doblas o la onmipresencia de Vidal. Sinceramente, no se con qué quedarme o más bien sí: con todo y con todos. Me quedo con el equipo. Me quedo con el Lagun Aro GBC como verdadero MVP.

Decía que quería mirar un poco más allá de la superficie, porque lo que se ve a primera vista es ilusionante, pero lo que hay debajo, incluso más revelador. Me refiero, por ejemplo, al caso de Jimmy Baron. Sus triples te hielan la sangre, te paralizan y te dejan pensando si algo así es posible. Pero no puedo evitar fijarme en el enorme esfuerzo que está realizando durante toda la temporada en dos aspectos de su juego; el primero, dejar de ser un anotador unidimensional y abrir su abanico de recursos y el segundo, la mejora en el trabajo defensivo. A mí me resulta evidente que la mejora en ambas facetas es abismal y que es ahí donde su juego ha dado un salto. Su capacidad y rango de tiro son los de siempre, pero como jugador la mejora es innegable.

Por otro lado, ¿alguien recuerda los palos que les caían a Papamakarios, Betts, Lorant e incluso Doblas en los primeros compases de temporada? Una palabra: progresión. El avance de los jugadores como colectivo se refleja también en su mejora individual. Personalmente, me quito el sombrero con el señor Papamakarios, que se ha convertido en una pieza imprescindible en el engranaje de este GBC. Pakman lo mismo anula a un anotador compulsivo como Lofton, que borra del mapa a un base que aglutina tanto como Prigioni. Y después, por fin, se ha soltado la melena en ataque aprovechando los espacios para no perdonar que subestimen su capacidad de tiro. Me resulta una pieza valiosísima. Me gusta además comprobar cómo ha crecido la confianza de un Lorant cada vez más útil y que Betts sea un ancha de referencia en la pintura.

Pero son tres jugadores los que más me llaman la atención en todo lo que no se puede cuantificar del juego. Doblas, Salgado y Neto. Empezaré por los bases. El joven brasileño es un ejemplo de ambición, de sacrificio y de entrega. Ahora todos hablamos de sus robos, de su férrea defensa y sus penetraciones… pero es que siete días antes se torcía el tobillo y parecía que nos íbamos a quedar sin él para una temporadita… Su capacidad de sufrimiento y el trabajo de Igor Sancho y Eugenio Rodríguez, por lo visto, obran milagros y Raul nos vuelve a deleitar con esos robos de balón y para más inri acaba colgándose del aro… Con Salgado, ya sé que el tema asistencias, dirección, anotación es digno de elogiar, por supuesto que sí, pero no me digan que le habían visto defender así en algún momento de su carrera. Alucinante. Y termino con Doblas. La mejor temporada de su carrera, absoluta dedicación al equipo, inusitada madurez para anteponer los intereses del grupo a los de sus números. David es capaz de hacer la vida imposible con su defensa a cincos rocosos y a ala-pívots móviles, ha doblado su capacidad reboteadora y hasta pone tapones. Es todo lo que el GBC necesita de él y no es fácil observar todo lo que está dando pero sí que merece un enorme reconocimiento.

Con todo lo que está pasando, tanto el hecho de ser capaces de saber quienes somos y que no se nos suba el éxito a la cabeza, como el empeño en no ponernos límites se convierten en los ingredientes idóneos para que esto no pare. Porque ahora mismo, con el baloncesto que practica el Lagun Aro, con su confianza, con su motivación, con sus ganas de trabajar e inconformismo… realmente no hay que nos pare. Esto no es una anécdota, ni una casualidad, ni nada por el estilo… esto es, simple y llanamente, una consecuencia. Es lo que el equipo se ha buscado y merecido. Y todos y cada uno dentro de ese vestuario lo han aceptado. Nos toca a nosotros darnos cuenta de que esto es una realidad. Y como vengo diciendo desde hace un tiempo… que queremos más, que no queremos que esto se acabe y añado, todo lo que está pasando es increíble, pero queda mucho camino y no queremos conformarnos con haber alcanzado ya las catorce victorias, que aquí queda mucho por hacer.

De momento, vamos a afrontar una semana importantísima, hay que viajar a Alicante y recuperar lo que se llevaron de aquí. Una victoria en el Centro de Tecnificación supondría un paso de gigante. Queremos darlo, tenemos la confianza en el equipo (vaya que sí la tenemos) y aunque no podemos estar en Alicante, el GBC no va a tener ni una duda de que mucha gente va a estar pendiente, apoyándole, empujándole desde la distancia y que sea cual sea el resultado final, si de algo no tenemos duda nosotros es de que van a hacer sentirnos orgullosos. Por eso me gusta tanto este Lagun Aro GBC, pase lo que pase, sabemos que se va a dejar todo en la pista. Y si hace eso, no hay nada más que pedirle. Enhorabuena a todos, vamos a disfrutar de la victoria ante Baskonia un momento más y después, a por Alicante. Yo creo en este Lagun Aro GBC.