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Puerta atrás

No somos el Lagun Aro GBC

Llevarán la camiseta y el nombre equipo en el pecho, pero estos jugadores no están entendiendo, no están representando, ni están demostrando por ninguna parte en que consiste la filosofía, la idiosincrasia y los valores que dan significado al Lagun Aro GBC. Y en Barcelona ha hecho el ridículo. Son una banda, no un equipo. No sólo por encajar la derrota más abultada del club en su historia en la ACB, sino por la manera en la que lo han hecho. Es indigno. Cada aplauso que reciban la semana que viene en su vuelta a Illumbe -porque seguro que los van a recibir- debería ser como una aguja que se les clava en su orgullo y en su sentido de la vergüenza. Han faltado al respeto a la afición, a la camiseta, al club y a la competición. Su actuación fue lamentable, infame, deshonrosa, miserable, ruin. La falta de consideración con las miles de personas que tienen detrás es como para pensar que les da completamente lo mismo todas y cada una de las personas que gastan su ilusión, su tiempo y su dinero en apoyarles cada de manera impenitente. Que se la trae floja, vamos. No he visto una mayor falta de profesionalidad desde que hace unos años metimos 39 puntos en un partido. Pero demonios, entonces ni siquiera estábamos jugándonos nada, ahora nos va la vida. Jugadores profesionales, dicen que son. Pues ya pueden empezar a demostrarlo, porque tienen una importante deuda con su afición, una deuda inmensa. No merecen llevar esa camiseta porque no hay ni rastro de lo que verdaderamente es el Lagun Aro GBC. El domingo contra Valencia me volveré a dejar la garganta animándoles y no dejaré de aplaudirles ; pero antes que quede claro todo esto. El enfado general es mayúsculo y con razón. Aunque me empiezo a preguntar si a algunos les importa. ¿Qué pretenden?, ¿burlarse de su afición?, ¿hacerle la cama al entrenador?, ¿juegan simplemente para cobrar a fin de mes? No lo sé. Pero sí que tengo bien claro que éste no es el Lagun Aro GBC. Ni de lejos. De los números ni voy a hablar porque es perder el tiempo. ¿Hay un sólo jugador que se pueda mirar al espejo y decir con sinceridad que ha puesto todo lo que tenía y ha dado lo mejor de sí mismo? Pues eso.

Con esto por delante, vamos con lo que importa a partir de ahora. ¿Qué hacemos? Porque permanecer así está probado que nos lleva al fracaso. No somos el Lagun Aro GBC. ¿Qué hacemos para volver a serlo? Para empezar, hemos fichado a Ivan Paunic. Un jugador que por encima de todo nos va a dar carácter, no va a meter 15 puntos por partido, pero trae intensidad, que visto lo visto, no es poco decir. ¿Es suficiente? Diría que no. Bueno, diría que ni de lejos. Espero más movimientos e importantes. Y más cuando parece que comienza el pies para qué os quiero y Taylor por lo visto ha pedido su salida del club. Si no quiere seguir que se vaya. Aunque si esto acaba de suceder, tener que acertar por completo en la incorporación de un extracomunitario es vital, ya no valen medias tintas. Necesitamos un revulsivo. Y por otro lado, la renovación de Kuksiks me resulta una medida relativamente necesaria en el sentido de que no podemos permitirnos jugar sin una amenaza exterior -aunque él mismo se ha encargado de poner en duda que sea una amenaza fiable-. El global de su paso por el GBC es decepcionante. Tiene un mes. Pero hay que buscar algo mejor.

Aunque todas estas cábalas están muy bien, pero no sirven de nada, no vamos a fichar a Michael Jordan; así que esto pasa porque a los señoritos que están en el equipo les dé por sacar de una vez por todas su amor propio y demostrar que pueden competir, que todo lo que tenemos que aguantar desde fuera es mentira. Porque nos han perdido todo el respeto, se empieza a poner en duda el nivel de este equipo, su capacidad. Son ellos y sólo ellos los que tienen la oportunidad de probar lo contrario.

Y por otro lado, ¿qué hacemos, nos cargamos a Sito? ¿Alguien cree que él es el problema? Yo no. ¿Alguien cree que haya por ahí algún entrenador con más capacidad que Sito? Yo no. ¿Alguien capaz de sacar algo más de este grupo? Yo no. Que este grupo necesita un cambio es evidente y por supuesto que la decisión ‘fácil’ es cargarse al entrenador. Es lo que haría cualquiera. Pero por mucho que no lo estemos demostrando sobre el parqué, quiero pensar que somos diferentes. Y yo no opino que esto sea culpa de entrenador. Por supuesto que pienso que es su responsabilidad, que es él quien tiene que sacar rendimiento y quien tiene asumir una parte importante de lo que está pasando. Y digo más, creo que en gran parte por sus manos pasa una porción importante de la posibilidad de darle la vuelta a la situación. Cuando íbamos entre los ocho primeros era muy sencillo creer en el entrenador, es ahora cuando cuesta. Pero yo creo en este entrenador. Y no hablo sólo de fe. Tengo razones para ello. Su voluntad no ha bajado ni un ápice, su empeño en seguir positivo, sereno, tranquilo, sin frustrarse, sabiendo lo que hace; aunque por supuesto no esté dando resultado. Que Sito Alonso tenga la responsabilidad, el timón de esta nave, es una de las pocas cosas que me tranquiliza. Es un crédito que en mi opinión se ha ganado con creces, incluso con 2-14. Pero tiene que encontrar la manera. Debe hacerlo. Sigo diciendo que está ante su mayor reto en lo que lleva de carrera en los banquillos y estoy convencido de que va a dar la talla. Cortar al entrenador en mi opinión sería una decisión cobarde, mediocre, simplista y sobre todo equivocada.

Pero insisto en que algo tiene que pasar, algo que ejerza de revulsivo. Y son los responsables de este club los que tienen que dar con ella. La calma no la han perdido, no lo han perdido nunca y es importante a la hora de tomar decisiones trascendentes. Pero hay que tomar decisiones.

Si la temporada fuera un partido, estaríamos a punto de llegar al descanso y vamos veinte abajo; pero queda toda la segunda mitad para remontar. Si tenemos que fiarnos de lo que nos ha demostrado este equipo hasta el momento, lo lógico es pensar que nos va a caer una paliza del carajo. Pero si consiguiéramos ser algo que ahora no somos, si consiguiéramos ser el Lagun Aro GBC con todo lo que ello implica, la esencia de lo que un día nos llevó a prosperar, que pasa por una manera de pensar, de actuar, de comportarse ante los problemas, de cierto tipo de espíritu del que ahora carecemos, pero que si somos capaces de encontrar no tengo duda de que podemos invertir esta pesadilla. La infamia del Palau me parece lo suficientemente grave como para suponer el punto de inflexión necesario, como para abrir los ojos y reaccionar, porque si esto no ha movido nada dentro de los jugadores del GBC, entonces estamos perdidos. Pero quiero pensar que sí, quiero pensar que no somos el Lagun Aro GBC, pero podemos serlo. No quiero ni saber contra quién jugamos después, tiene que volver la actitud del no hay mañana, del nada más importa. Por ahora, sólo existe Valencia y por puro amor propio hay que ganar, me da igual lo buenos que son, no pueden irse de Illumbe con nada. Y así cada día. Quiero pensar que en todo lo doloroso que hay en esos 48 puntos de diferencia, en todo el enorme enfado que llevamos encima hay algo; una reacción, una redención, el principio de algo. Porque peor, es muy difícil. Ya os podéis poner las pilas, porque aunque no os lo merecéis, no estáis solos ni lo vais a estar. No veo más allá del sábado, me da igual, sólo quiero ganar a Valencia y ver a un Lagun Aro GBC que pueda reconocer. Sé que los que se sienten en las gradas van a dar la talla; ya va siendo hora de que los que pisan el parqué hagan lo mismo.

 

Iker Sagasti. @sagastiker

Fotografía: ACB Photo.

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