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Puerta atrás

Sito, dimisión

Esto no puede ser. Sito, dimisión; pero Sito, Germán Cea, Antonio Alonso, Lolo, Txakar y todos y cada uno de los responsables de este sinsentido. Aquí hay unas tradiciones y hay que respetarlas. Por no hablar del orden establecido. No puedes llegar y jugar este partido absolutamente sólido y mostrar un grupo tan cohesionado, operativo y solvente… y encima ganar. Aquí de toda la vida sabemos que el primer partido estamos abocados a perder; además, he observado que un buen puñado de los medios especializados y grandes expertos, ponen al GBC en la cola de la clasificación y nadie da un duro por nosotros. Por no recordar que somos el hermanito pobre y del que todo el mundo pasa entre los equipos vascos. Pero luego te sientas a ver el partido y lo visto sobre el parqué me sugiere algo bien distinto. Me ha gustado mucho el equipo del GBC y el baloncesto mostrado. Así no hay quien se aclare. Así que dimisión en bloque y punto.

Quiero hacer hincapié en una circunstancia: El hecho de haber ganado. Resulta sencillo caer en la cuenta de que ganando o perdiendo, el equipo ha desprendido una imagen muy positiva, que sería igual de real con un uno o con un cero en el casillero de victorias. Sin embargo, la capacidad ganadora marca la diferencia. Jugando bien puedes ganar o perder, pero ese escalón de más que te da un carácter ganador, esa especie de obsesión por no dejar que se te escape el triunfo es fundamental. Y nace del grupo, es el equipo el que decanta los partidos. He aquí el quid de la cuestión: El equipo; su espíritu, su dinámica, su empeño por no dejar escapar el partido. Esa es la auténtica clave y más si no te sobra el dinero para comprar talento y superestrellas. La fuerza está en el grupo y en su convención y desde luego que el GBC ha mostrado es extra que te saca de la mediocridad. Porque al ganador no lo define el número de victorias, sino las ganas de ganar.

En una ACB donde la clase media-baja está tan igualada, detalles tan importantes como esos son los que separan el estar bailando en el filo de la navaja o aspirar a soñar con una vida mejor. En el caso de Gipuzkoa Basket, elegir que tu fuerza parta del grupo se me antoja la decisión más inteligente posible. Apostar por un colectivo unido, convencido de lo que hace, donde los papeles están perfectamente definidos supone que todos los jugadores empujen en una misma dirección y no sólo eso, sino que lo hagan de una manera mucho más eficaz. Es precisamente esa idea lo que más me ha convencido de lo que hemos podido advertir en el primer partido oficial. Y datos como las 15 asistencias repartidas hablan bien a las claras de que compartir ha sido un verbo predominante a la hora del qué hacer con el balón, mientras que esas cinco perdidas de balón resaltan la seriedad en el juego por parte del GBC.

El GBC no firma en esta primera cita un partido perfecto, lógicamente hay errores que corregir y una enorme capacidad de progresión en su juego. Sólo faltaba. Pero el equipo sí que enseñó una solvencia colectiva que resulta muy convincente; que ilusiona. La manera de hacer las cosas, los mecanismos… la impresión era que estuviera en un buen o mal momento de partido, el equipo sabía dónde iba y cuál era su camino para llegar allí. Es algo que ofrece tranquilidad. Tengo la sensación de que es la primera vez desde que Sito está en San Sebastián, que el equipo llega al inicio liguero en el punto en el que al entrenador le gustaría.

Y creo también que lo que pretende proponernos este GBC le gusta mucho al aficionado guipuzcoano; le convence, le ilusiona. Es un equipo sacrificado, sin complejos y con la voluntad de dejarse la piel y practicar un baloncesto atractivo-efectivo. A la primera de cambio, hemos visto una rotación de ocho más dos. Donde seis jugadores se mueven entre los 17 y los 25 minutos, dos (Doblas y Robinson) pasan de largo de los 30 y dos más, los de casa, echan una mano con un puñado de minutitos donde por cierto lo han dado todo y no han desentonado en absoluto.

Sensaciones es una palabra que estoy repitiendo mucho y es que al menos yo, de momento, no me atrevería a hablar de ninguna certeza. Todo son intuiciones e impresiones. En un partido poco se puede sentenciar, pero sí se pueden advertir dinámicas, esperando con impaciente expectación a ver cómo se desarrolla el crecimiento del equipo. Lo que yo veo, lo que intuyo, es un importante liderazgo de Doblas y Robinson, huele a que con los bases, por ahí pasa el grupo de ‘capos’, de ‘sheriffs’ de este grupo. Y me gusta porque Tanto David como J-Rob destilaban aplomo sobre la pista, contagiaban serenidad. El partido de Doblas es sencillamente impecable, hace de todo y todo bien. Deja que el partido le llegue, sin impacientarse, percute en ataque, anotando, sacando faltas y con buenos porcentajes de campo y de tiros libres. Ofrece una buena aportación en el rebote y además reparte juego desde el poste bajo, no limitándose a acabar, sino permitiendo que el juego fluya desde el interior. No se puede entender la victoria ni la buena imagen en cuanto a baloncesto del equipo sin atender al partido del cántabro. Y una cosa más, sabiéndose fundamental, se guarda regalar faltas tontas… su partido me ha parecido inteligente y maduro. Una roca en la que apoyar al GBC.

Y desde el perímetro, la combinación Robinson-Winchester, carburando y complementándose a las mil maravillas. Aquí encontramos esa definición de roles, Robinson aportando en múltiples aspectos del juego, sumando para el grupo, mientras que el jugador llamado a ejecutar, a finalizar… pues eso, Bang Bang. Resulta edificante comprobar que cuentas con un tipo que sólo tiene una cosa entre ceja y ceja: la canasta. Es una referencia necesaria, que conoce su papel, no le tiembla el pulso para cumplirlo y está muy bien rodeada. Porque si hablamos de líderes y de protagonistas, en esta vocación de que el grupo sea lo primordial, los llamados a bregar también han estado a la altura. Korta, Hanley, Ramsdell… como una trituradora, sin parar de producir y luego salen Mikel y Julen y hasta elevan el nivel de intensidad. En cuanto a colectivo, el GBC ha brillado, ha impuesto su ley en cuanto a ritmo, a nivel de esfuerzo, desde la defensa: solidez, eso es lo que transmite.

De todas maneras, no quiero caer en la autocomplacencia y como hemos ganado todo es muy bonito y ya está todo el trabajo hecho. Porque nada más lejos de la realidad. No podemos permitirnos sufrir tanto en el rebote, debemos cerrar nuestro aro porque por un lado, el buen trabajo defensivo se ha ido al garete un buen puñado de veces. Y después, hasta en dos ocasiones -una en al final del primer cuarto y otra antes del descanso- el dominio en el juego que ha mostrado el GBC no se ha visto recompensado en una buena renta de puntos, que quizá estaba merecida pero que no se ha sabido ganar.

Luego, he tenido una sensación rara en el tercer cuarto, como de ligera deriva, me ha resultado el único momento en el que no eramos dueños de lo que estaba pasando. Aunque por otro lado nos hemos sostenido bien en ese momento (la buena defensa, culpable de ello) y hemos alcanzado el último cuarto donde de nuevo el partido que se jugaba se parecía mucho más a lo que nosotros queríamos. Lo voy a decir desde ya, esta temporada le voy a exigir mucho más a Raul Neto, creo que es un fantástico jugador y le pido un paso adelante. En esta primera cita no lo ha dado del todo. Que se me entienda, no digo que haya jugado mal, claro que no, digo que no ha jugado lo suficientemente bien, le pido sobresaliente en evaluación continua, porque creo que puede darlo. Pero en la primera cita, no. Así que más, Raul, puedes más.

Confieso que me ha despistado un poco la rotación de los bases, llegando al último cuarto con muy pocos minutos para Javi, pero me la envaino porque en el último parcial, un Salgado fresco y decisivo ha sido fundamental para la victoria.

Y nada, por primera vez desde que jugamos en la ACB estamos 1-0. Insisto en que esta victoria y el hecho de ganar son muy importantes, tenía la sensación de que este primer partido podía ser definitorio en cuanto a muchos asuntos relacionados con el provenir del Gipuzkoa Basket y en todos ellos el equipo ha prosperado: Ha sido capaz de que se jugara el partido que más le interesaba, la rotación ha tenido sentido y se ha sabido cerrar un partido que no tenía nada de sencillo. Por eso, misión cumplida y a seguir trabajando por esta senda. Hablando en la cancha, siendo el baloncesto nuestro mejor argumento… Porque si nos tenemos que guiar por lo que se espera de nosotros, entonces, hay que pedir la cabeza de Sito. ¿No somos uno de los equipos con menos presupuesto de la ACB? ¿No es verdad que nadie da un duro por nosotros? ¿No eran éstas unas condiciones poco propicias para recobrar la ilusión perdida? Este no es el guión que nos estaban marcando… y encima, se le ocurre poner a tres guipuzcoanos al mismo tiempo en pista. Habrase visto. La pena es que no había ni seis mil personas en Illumbe, porque hablando en serio, ha sido muy divertido y agradable ver jugar al GBC, se ha reconocido claramente al equipo, su juego y su voluntad. Si queremos ser lo que parece que nos dicen que tenemos que ser, si queremos ser mediocres y pusilánimes, entonces sí, fuera Sito y todos los responsables de que las cosas se estén haciendo con tanto sentido. Si la intención es otra, si queremos marcar nuestro propio camino y llegar hasta donde seamos capaces por el camino que más nos convence… entonces vamos a seguir así. No creo que sea momento de lanzar ninguna campana al vuelo, creo que la mesura que muestra el equipo es la adecuada; pero sí que opino que hemos sentado las bases de algo que nos puede ir muy bien, que puede funcionar y que nos llevará donde tenga que ser, pero sacando lo mejor de lo que tenemos. Buen trabajo, sigamos avanzado. Me empieza gustando mucho este Gipuzkoa Basket.

 

Iker Sagasti. @sagastiker

Fotografía: Ortzi Omeñaka. @ortziomenaka / Imquality

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