Se acabó la temporada. Un curso baloncestístico 2009-2010 que nos ha ofrecido de todo, desde la mejor versión de este equipo hasta la más vil y pésima; constante viaje del cielo al infierno que ha terminado por marearnos, ha dado como resultado la salvación y por el camino ha matado una parte importante de la ilusión depositada por la afición en este GBC. El puesto final, el decimocuarto, subraya el estancamiento del Lagun Aro esta campaña o, mejor dicho, la falta de crecimiento. Ese récord de victorias queda en cierto modo compensado, teniendo en cuenta que el año anterior se jugaron menos partidos y que la impresión general, la imagen de este GBC que acaba de terminar su andadura, ha sido bastante triste.
Yo creo que la mejor palabra para definir la temporada es insípida. El sinsabor y la desazón son los sentimientos más extendidos en la afición, se quiera o no aceptarlo, es así. Y dentro de que la salvación es una buena noticia, me cuesta entender esta temporada como un éxito. Dicho esto, llega el momento de mirar al frente y valorar qué elementos nos valen de cara al futuro y cuáles son prescindibles.
Por supuesto, el nombre de Pablo Laso es el primero que a todos los aficionados se nos viene a la cabeza. ¿Debe seguir?, ¿va a seguir?, ¿es la persona idónea para comandar esta nave? Sinceramente, creo que hay razones de peso tanto para que siga como para que no lo haga. Así que voy a plantear ambas posturas.
Veo dos razones fundamentales por las que Pablo Laso debe seguir siendo el entrenador del GBC. La primera, es que si queremos dar cierta continuidad a este proyecto y no destrozar el equipo para partir de cero una vez más, difícilmente vamos a encontrar un entrenador que quiera venir y saque más rendimiento de los jugadores con los que nos quedemos. Si una virtud va a tener Pablo sobre el resto, es que conoce bien las características de lo que presumiblemente será la base para el año que viene.
Esta razón no es baladí, cuando nos pongamos a debatir sobre el futuro del GBC hay que hacerlo siempre teniendo en cuenta la premisa de que no nos sobra el dinero. Y de ahí parte la segunda razón importante para que Laso permanezca. Y es que tiene contrato. No estamos para despedir a nadie alegremente y pagarle su ficha completa además del sueldo del que venga como substituto. El club le firmó dos años más y ha cumplido uno, quizá hay que dejarle trabajar, que cumpla su ciclo; desde luego que si algún momento era el idóneo para despedirle no es ahora sino cuando el equipo estaba en plena vorágine destructiva, tras el partido ante el Cajasol o el Unicaja, cuando el equipo necesitaba un golpe de efecto como el comer.
Al final salvó los muebles y de ahí surge para mí la última razón que voy a ofrecer para su continuidad: Pablo Laso es el único entrenador en la historia de la ACB que ha logrado mantener a un equipo guipuzcoano en la liga y lo ha hecho por dos años consecutivos. Sólo por esa razón, agarrándonos a nada más que a los fríos datos, sin duda merece la oportunidad de cumplir el año que le queda y entonces, veremos si su trabajo se traduce en el cremiento del equipo. Porque para mí, aceptando que es seguro que se va a quedar, Pablo Laso tiene dos tareas fundamentales para la temporada próxima. Primera, ilusionar, volver a ilusionar a la afición. Y segunda, que el Lagun Aro GBC crezca y de un paso al frente.
Ambas son sus asignaturas pendientes esta temporada y tendrá la siguiente como reválida. Es cierto que en el mundo del deporte se tiende fácilmente a la impaciencia y los entranadores piden continuidad y que se les deje trabajar. Bien, el club va a darle a Laso eso mismo. Pero desde luego que el año que viene no va a valer con otra temporada de transicisión, hay que salir del estacamiento y como mínimo subir un peldaño. Es lo más importante, no dejar de crecer.
Esas son, en mi opinión, las principales razones para que Pablo Laso permenezca y son razones importantes, de peso y hay que tenerlas en cuenta. Pero no podemos obviar que también hay argumentos para que no siga. Hay que aceptar que la temporada no ha sido precisamente maravillosa. El mayor defecto de este equipo es que, después de una primera vuelta más que aceptable, no ha siso capaz de progresar en el juego. Nos hemos encontrado con un equipo, en ocasiones, mediocre, pusilánime; un equipo que nos ha demostrado más de una vez que su listón estaba mucho más alto. Y aquí aparece la primera razón para la salida de Laso: No ha sido capaz de sacar el máximo rendimiento de un equipo que él mismo ha confeccionado. Por supuesto que él no es el culpable de todos los males que hemos padecido. Pero pienso que sí debe caer sobre sus hombros una parte importante de esa responsabilidad, ya que es es máximo responsable del área deportiva.
Lo dicho antes como asignatura pendiente, este equipo nos debe ilusionar. Y este año, salvo en los primeros compases de la temporada, no lo ha logrado. Es un hecho que la afición no está satisfecha, no está contenta y quizá un poco de autocrítica de cara al público no estaría nada mal. Creo y quiero pensar que Pablo Laso es el más exigente consigo mismo y con el equipo, además de ser consciente de los males que ha acarreado esta temporada. Pero por mucho que lo sea de puertas para adentro, si no existe un ápice de autocrítica de cara al exterior, la imagen de conformismo es desoladora.
Y por último, la duda de que Pablo sea capaz de hacer crecer este equipo se cierne sobre él como una sombra. Lo remarco, la duda. No es que tenga la certeza, si la tuviera desde luego estaría pidiendo su despido inmediato. Pero no creo que eso sea lo mejor para el club. Como decía, esa duda es la otra razón para su no continuidad. Este año el equipo se ha estancado, no ha crecido, no ha dado pasos al frente. Hasta ahora, Pablo Laso siempre había cumplido los objetivos que se le habían encomendado. Primero, el ascenso. Después, la permanencia. Y este año, a mi humilde modo de ver, el objetivo era un mínimo avance, un pequeño progreso. Y no ha existido. La permanencia es un logro importante una vez más, pero junto al qué es importante el cómo y eso este año no ha acompañado como esperabamos.
Con todo, y siendo realistas, Pablo Laso va a seguir (seguro) y dentro de que esto no ha sido el País de las Maravillas, como algunos quieren vender; la oportunidad de demostrar que esta transición va a desembocar en algo bueno, en crecimiento, en ilusión… Pablo la merece. Nunca me han dolido prendas en decir lo contrario cuando pensaba que era procendente. Pero el momento de prescindir de él ya pasó. Ahora debe cumplir el año de contrato que le resta.
Y opino que desde el momento en el que seamos conscientes de que Pablo Laso seguirá al frente de la nave, tendremos que olvidar esta temporada y sus sinsabores y apoyar, dar una oportunidad a lo que nos ofrezca el año próximo. Sólo espero que dentro de unos cuantos meses no nos estemos lamentando por seguir con las mismas cantilenas que esta temporada. Ojalá nos estemos quitando el sombrero porque el equipo nos llena de ilusión. Yo no dudo del trabajo y la honestidad de Pablo Laso, eso nunca lo he hecho y de verdad que nunca lo haré. Pero juzgándole por los resultados del mismo, se trata de saber si es la persona idónea para digirir nuestra nave. Sólo el tiempo nos lo dirá. Y ya que va a seguir al frente, le deseo toda la suerte del mundo, pues la suya será la nuestra.
Sobre el equipo, ya dije la pasada semana que no creo que una limpia fuera buena idea. Hay que mantener la base y potenciarla con buenos elementos adquiridos del exterior. Voy a dar mi imprensión a grandes rasgos:
Son imprescindibles: Andy Panko, Ricardo Uriz, Albert Miralles y David Doblas. Sólo Uriz tiene contrato, por lo que no será sencillo retenerlos a todos. Pero para mí, son la base, los cimientos de este equipo y sobre los que hay que construir.
Podrían seguir: Rai López (eso sí, en mi opinión, como tercer base y con Ricardo llevando galones de una vez por todas como segundo base sólido), Michal Ignerski (pero siempre que su renovación sea a la baja, para lo que nos da no podemos pagar ese pastón) y Lorbek o Detrick, me quedo con uno de los dos, creo que ambos ofrecen algún argumento para renovar, ambos son relativamente baratos, pero no sé si los dos son necesarios; a Laso parece gustarle Detrick, pero Lorbek es más polivalente y aporta mucho desde el banquillo… Me quedo con uno.
No creo que deban seguir: Bernard Hopkins, con todo mi respeto hacia esta institución del baloncesto ACB, creo que su tiempo ha llegado, la única manera de que siga es de quinto pívot, porque sus años pesan mucho para seguir siendo importante en la rotación. Antwain Barbour, necesitamos que la principal referencia exterior en el ataque del GBC nos dé más cosas, marque mucho más la diferencia; quizá se pueda pensar que Barbour ha pagado el peaje de su primer año en ACB, pero sinceramente, no estoy seguro de que haya demostrado lo suficiente para seguir (aunque, claro, es un extracomunitario de lo más baratito que hay). Sergio Sánchez, es evidente que no va a seguir, lo que haya pasado ahí dentro no lo sabemos y está bien, porque la ropa sucia hay que lavarla en casa, pero sea lo que fuere, indica que no volverá. Y necesitamos otro tipo de base para dirigir este equipo.
Al final, esta es sólo mi opinión, pero por encima de todo, creo que es importante mantener la base del equipo, crecer desde las cosas buenas que tenemos y porqué no, que alguno de los guipuzcoanos que tenemos jugando por ahí aterrizaran de casa…
Antes de despedirme, me gustaría darles un humilde consejo: No dejen que les digan cómo tienen que pensar, que nadie dirija su opinión ni piense por ustedes. Creen sus propias opiniones y apóyenlas en argumentos. De las diferencias de pareceres y las dicusiones pueden salir cosas muy bonitas. Este blog siempre ha pretendido tener un espíritu crítico y fomentar el debate. No agradar, ni buscar convencerles, ni tener la razón; sólo dar mi impresión. Así que, hayan estado de acuerdo conmigo o no en las opiniones que he vertido, gracias por leer. Gracias por compartir conmigo este humilde rincón donde hablar de baloncesto.
Un abrazo muy fuerte a todos y hasta siempre. Buena suerte.