Acabamos de cerrar la temporada regular más maravillosa que jamás pudiéramos imaginar. Hemos finalizado en el quinto lugar -que se dice pronto- y por encima de eso, practicando un baloncesto con el que identificarnos, divertirnos y sentirnos muy orgullosos. Y lo mejor, este cuento de hadas no se ha terminado. En menos de dos semanas debutaremos en los playoffs, no como la cenicienta que pisa el baile por primera vez, sino con la ilusión y la voluntad de prosperar y avanzar ronda. Nos hemos ganado el derecho a pensar que podemos, a aspirar a triunfar y aunque lo peor que podríamos hacer ahora es caer en la complacencia, soñar con algo todavía más grande desde el conocimiento de quiénes somos y de cómo conseguimos las cosas nos pertenece por derecho propio. Lo que sí sé es que Valencia no tiene que estar precisamente tranquilo de tenernos enfrente. Y también que a ilusión no nos va a ganar nadie. Vamos a gozar cada segundo de la lucha por el título como lo hemos hecho durante la temporada regular de una campaña que nunca jamás vamos a olvidar.
Tampoco voy a detenerme mucho a analizar este último partido, pero sí que hay asuntos que me llaman la atención. A nadie se nos escapa la exhibición de Javi Salgado desde la dirección. El capi lleva tiempo demostrando que ésta es sin duda su temporada más sólida y completa en la ACB, destacando en lo que mejor sabe hacer y dando un salto de calidad en las cosas que se le dan peor. Que con la batuta en la mano, tirando después de bote, interpretando el bloqueo directo a la perfección y repartiendo asistencias hay pocos como él en esta competición es algo que deberíamos saber, pero Javi se ha encargado de recordárnoslo. Ha hecho eso y mejorar notablemente atrás, creciendo en el uno contra uno e instalándose en la élite de la liga en lo que a bases se refiere. Y sucede que cuando el director hace bien su trabajo, la orquesta toca al compás; seis jugadores por encima de los nueve puntos, cinco con diez o más y un reparto de virtudes y responsabilidades que provoca que esta máquina llamada Lagun Aro GBC funcione como un reloj suizo. Me encantó el equipo, me convenció… como viene haciendo toda la temporada.
Ahora, lo que tenemos ante nosotros es nuevo para todos. Nunca hemos afrontando un playoff ACB, lo que no significa que no sepamos hacerlo. Uno de los asuntos que se antojan más importantes es no perder el tiempo en cosas que saquen nuestra cabeza de donde tenemos que tenerla: ganar a Valencia y volverle a ganar. Y una de esas distracciones son los rumores entorno al equipo. Apuesto a que antes de jugar el primer partido de cuartos de final sale en algún lado que Valencia quiere a Panko para la próxima temporada, o Vidal… o a los dos. El rumor que sí ha salido a la palestra ya -y casualmente lo ha hecho el día que nos jugamos el puesto en el que acabábamos- es el de que Lagun Aro tiene fichado a Jaume Ponsarnau para la próxima temporada. Bueno, para zanjar este tema de una vez por todas. Esa afirmación es, simple y llanamente, una mentira. Siento no poder ser más claro en lo siguiente que voy a decir pero, en ese sentido, podemos estar todos muy tranquilos, de verdad. El sentimiento es unánime y se resume en ese estruendoso e insistente “Sito, quédate” que sonaba en la grada de Illumbe. Sólo sé que el club está haciendo lo que debe hacer. Creo que más pronto que tarde tendremos buenas noticias, nada más. Y para el que tenga alguna duda sobre lo que piensa nuestro entrenador, antes del partido declaraba lo siguiente: “No sé si alguien me va a venir a buscar; lo que sí sé es quién vino el verano pasado cuando llevaba año y medio en el paro. Fue el Lagun Aro y confió en mí cuando iba 2-8, ¿ves? Eso sí que no se me olvida“. Creo que sobra añadir nada. Habrá más habladurías, les invito a no darles pábulo y centrarnos en lo que nos tenemos que centrar, se llama playoff. Luego hay todo un verano para entretenernos… ahora estemos a lo que hay que estar. Yo por mi parte, zanjo aquí este tema.
Y miro al frente y no puedo evitar esbozar una sonrisa. Se presentan los playoffs y estamos ahí. En la gala van a premiar a dos de nuestros jugadores como miembros del quinteto ideal. Uno de ellos ha sido máximo anotador de la ACB, el otro premio actitud azul -una especie de galardón a la entrega- y con un poco de suerte (o más bien de justicia) el MVP vendrá a Donosti en manos de Panko. El que no llegará es el de entrenador del año, algo que sinceramente no acabo de entender. Sito Alonso ha liderado un proyecto desde cero, plagado de problemas y no sólo alcanzando su objetivo sino colocando al GBC mucho más arriba de lo que cualquiera pudiera esperar. Con menos medios ha conseguido más resultados y huyendo de las excusas lo que ha puesto son remedios. Una demostración de carácter y liderazgo que unir a un baloncesto divertido y efectivo. Con todos mis respetos para Xavi Pascual, el entrenador del año se llama Sito Alonso. Pero no pasa nada, el reconocimiento lo tiene, con el quinto puesto, con una grada y un entorno convencidos y con un equipo preparado para afrontar el mayor reto de su historia, los playoffs de la ACB. No creo que cambiara una cosa por la otra, ni él, ni Panko por el MVP… el mayor premio y el mayor tesoro que tenemos es este grupo, este equipo, que es de lo que, al fin y al cabo, trata esto del baloncesto. El éxito de este equipo no se explica por un jugador o dos, se explica por todos. Que se queden con los premios, pero el día 18 vamos a Valencia a ponerlo todo para ganar.
Si alguien nos dice al acabar esta última jornada de la pasada temporada o durante el verano o al arranque de esta campaña o con 0-4 o con el 2-8 que íbamos a estar donde estamos ahora en este momento, ninguno de nosotros nos lo creeríamos. Pero el equipo, el Lagun Aro GBC se ha esmerado, se ha empeñado, día tras día, en invitarnos a soñar y en hacerlo con los pies en el suelo, sin perder la noción de quiénes somos. Y por eso ahora, por muy favoritos que sean en Valencia, por mucho que nos hayan ganado los dos partidos, por mucha experiencia, dinero o jugadores que puedan tener, a nosotros nadie nos dice que no podemos pasar a semifinales. Queremos más. Y no vamos a quedarnos esperando a que nos caiga de cielo. Vamos a ir a por ello. Que se vayan preparando, el Lagun Aro GBC está en los playoffs de la ACB; ahora si pueden, tendrán que echarnos.