Llega el primer momento clave de la temporada. Los caprichos del destino han deparado que en las tres próximas semanas juguemos cinco partidos que pueden dedicir cuál es nuestro lugar en esta ACB. Después de un comienzo lleno de argumentos para la esperanza, aparece ante nosotros uno de esos instantes que pueden marcar una campaña, con rivales de todo tipo y cuyo grado de prosperidad nos va a hablar bien a las claras de quiénes somos.
Gran Canaria 2014, Regal FC Barcelona, Blancos de Rueda Valladolid, Bizkaia Bilbao Basket y Xacobeo Blu:sens se presentan en nuestro camino. Habría que diferenciar dos partes en estas semanas de Pasión: los dos partidos de esta semana y los tres casi seguidos que comienzan después. Si somos capaces de sacar adelante una de las citas de los próximos cuatro días podríamos encarar el inminente ‘Tourmalet’ con una garantía de tranquilidad, pero sumar dos derrotas significaría llegar a ese punto decisivo (sí, decisivo, el primero a estas alturas) con las dudas de haber caído tres veces consecutivas.
Es hora de mentalizarse desde ya porque la diferencia entre el éxito o el fracaso de este tramo puede suponer mirar claramente para arriba o volver a la gris zona media-baja de la tabla (lugar que aún no conocemos este año y al que te mandan de vuelta pequeñas sutilezas).
Veamos, lograr al menos cuatro victorias de esta intensiva fase sería algo parecido a un sueño, nos pondría en una situación utópica que este club jamás ha conocido en su bagaje ACB. Aunque se nos haga extraño, en absoluto es imposible que el GBC gane cuatro de esos cinco partidos. Creo firmemente en la capacidad del colectivo y el único rival que se presenta como absolutamente favorito es el Barça. No hay que olvidar que el resto de encuentros son en Donostia y que todos y cada uno de nuestros oponentes son altamente complicados pero ganables (en Barcelona también tenemos opciones de ganar, pero obviamente, se presenta como la cita más difícil).
Cuatro triunfos te ponen con siete ganados en once jornadas, lo que colmaría nuestras mejores expectativas. Hay que saberlo: no imposible; este equipo puede hacerlo.
Bien, si al menos cuatro victorias son la panacea y conseguirlas supondría un éxito sin precendentes para el equipo de Laso -un éxito que nos permitiría comenzar a susurrar una palabra de cuatro letras que ahora mismo debe estar terminantemente prohibida-; tres seguiría siendo un resultado magnífico. No brillante, pero creo que satisfactorio. Un objetivo que debe ser asequible para este equipo y, pienso, el mínimo exigible tal y como se está jugando.
Un resultado de dos victorias, sin ser una tragedia, estoy seguro que no dejaría completamente satisfecho a nadie; ni equipo ni entorno. Pequeños detalles pueden marcar el hecho de superar esa frontera entre el dos y el tres, pero es una frontera muy importante.
Evidentemente, todo lo que sea ganar menos de dos partidos será un palo. Se puede utilizar la palabra fracaso o el elegante eufemismo de decepción, pero una victoria o ninguna nos trasladarían a un lugar que nadie deseamos y que conocemos muy bien de viejas experiencias. El mismo GBC se ha encargado de dejar atrás ese emplazamiento como una etapa ya quemada, pero hay que ser realistas, un mal trayecto por esta especie de tour de force nos pondría en aprietos. Aprietos si es que nuestro objetivo es estar rondando por donde ahora nos movemos.
Es injusto que tengamos que afrontar en este punto de la temporada una situación como esta, sobre todo porque pondrá a prueba la fiabilidad del equipo como local, pero además testará el carácter de los de Laso, su personalidad, su resistencia y por extensión, su identidad. Pero además, estas tres semanas examinarán el estado físico del equipo, un asunto que no debe tensarnos porque Eugenio Rodríguez seguro que tiene todo perfectamente planificado para que los jugadores lleguen en una forma óptima.
Cinco partidos, cinco oportunidades. No queda más remedio, hay que dar el do de pecho. Personalmente, afronto este reto para el equipo con plena confianza en las posibilidades del Lagun Aro, estoy convencido de que al menos tres victorias van a caer y no creo que sea descabellado soñar con cuatro. El Barça tiene el cartel de inasequible, habrá que ponerlo a prueba, y de los otros cuatro rivales, sobre el papel dos llevan la vitola de grande (Granca y Bílbao) mientras los otros dos vienen con una falsa piel de cordero (Valladolid y Obradoiro). Pero ojalá fuera así de sencillo, lo cierto que podemos ganar o perder con cualquiera. Sólo depende del GBC marcar la diferencia.
Desde este momento, sólo hay a pensar en el Gran Canaria, un equipo que para nosotros es la máxima expresión del término bestia negra. Ya es hora de ganarles de una vez, queremos saber lo que es superar a los amarillos y qué mejor ocasión que ésta. Mañana nos dedicaremos a analizarlos. Pero hay que estar mentalizados desde ya para lo que se nos viene encima.