>

Blogs

BAdmin_dvasco

Puerta atrás

Cuando eres tu peor enemigo

Cuando eres tu peor enemigo te traicionas a ti mismo. Cuando te conviertes en tu peor enemigo eres el encargado de tornar toda la ilusión que habías generado en decepción y frustración. Cuando tu peor oponente eres tú mismo disfrazas de desastre lo que apenas tres días antes era una brillante actuación. La mente es lo suficientemente poderosa como para hundirnos en la miseria o convertirnos en campeones; sólo uno mismo puede decidir el camino, todo dependerá de cómo quieras enfocar tus pensamientos y tus actuaciones. Por lo visto, el GBC ha decidido comportarse como un equipo ganador ante rivales potentes y despreciarse a sí mismo contra oponentes teóricamente inferiores.


Es cierto que en una competición como la ACB no existe el rival pequeño; no puedes despreciar a nadie. Pero lo que absolutamente no debes hacer es mostrar una cara competitiva contra equipos contra los que si pierdes nadie te va a echar gran cosa en cara y perder consistencia cuando ejerces como favorito. No sé si es un síntoma de falta de respeto al rival o falta de carácter y personalidad. Quiero decir, que si la bajada de rendimiento es por no tomarse tan en serio a un Obradorio o un Valladolid como a un Gran Canaria o un Bilbao Basket, el asunto es grave. Pero si por contra es una cuestión de no saber aceptar la presión de saberse favorito y que esa responsabilidad aplaste tu talento y te convierta en un equipo plano y predecible, la consecuencia es convertirte en un equipo con miedo a crecer y ser algo más.


No sé cuál es la correcta o si no es ninguna, pero es un dato objetivo que el Lagun Aro GBC ha sido peor contra equipos menores y mejor contra rivales de mayor entidad. Ésta ha sido la lacra en el primer momento clave de la temporada, cinco partidos que podrían haberse convertido en cuatro victorias y que lamentablemente se han quedado en dos. Sólo hubo un partido que no se pudo ganar, el de Barcelona, los otros cuatro estaban en la mano de los de Laso y simple y llanamente desperdiciaron la oportunidad. Una oportunidad de ser algo más, una oportunidad de no limitarnos a luchar por la permanencia. Seguramente no será la única oportunidad, pero era una gran oportunidad. Qué lástima desaprovecharla de esta manera, despilfarrar la ilusión, malgastarla vilmente.


La historia del partido frente al Obradorio es la historia de otro partido tirado a la basura por el GBC. Y eso que tras un horrible comienzo el equipo logró activarse y meterse en el partido.


Lo hizo cuando empezó a defender. Y es que en este equipo se da una inquetante paradoja: En el quinteto titular, salvo David Doblas, el resto (Sergio, Barbour, Panko e Ignerski) defienden más bien poco, alguno nada; pero cuando a Laso le da por jugar con un cinco sin Barbour, Panko e Ignerski, la pólvora ofensiva desaparece y las canastas llegan más por las ganas que por el talento. ¿Qué pasa? Que ese otro quinteto defiende mucho más, aprieta en las lineas de pase y sube la intensidad. Pero no lo consolida en ataque.


¿Qué se puede hacer? Bueno, hay varias fórmulas. En el primer cuarto ante Bilbao ya quedó demostrado que aunque el cinco inicial no defienda mucho (24 puntos encajados), no importa demasiado si está fino en ataque (28 anotados). Ay, ¿pero que pasa cuando llegan días como el de ayer en los que el acierto es esquivo? Sucede que te dominan. La solución obvia es que el quinteto inicial defienda más. Y quizá no hacer coincidir en el banquillo a Antwain, Andy y Michal.


Tampoco acabo de entender la falta de continuidad de Sergio Sánchez, es cierto que estaba perdido al principio, pero si en el tercer cuarto mete ocho puntos seguidos, no lo cambies en el minuto 25 y le dejes clavado en el banquillo hasta el 37, cuando el desastre está en plena vorágine. Así nunca vas a tener un base titular de facto.


Lo que se ha convertido en un problema severo y peligroso es el de las pérdidas de balón. Somos el equipo que más rebotes defensivos captura porque somos el equipo que más pérdidas comete. Regalamos posesiones a nuestro rival que a la postre nos cuestan carísimas.


Y lo que ya clama al cielo han sido los últimos seis minutos de partido. Infames. Dos puntos ha sido el botín en ese tiempo. El ataque, infame. Curro Segura ha pedido un tiempo muerto a falta de 6:14 para el final del partido. Un tiempo muerto a la desesperada porque el partido se les iba. El Xacobeo perdía por nueve puntos en ese momento (63-54) y fue entonces, a la salida de ese tiempo muerto, cuando el GBC decidió marcharse del partido. Simplemente desapareció. Un parcial de 2-15 cambió el signo del encuentro y convirtió un partido malo del GBC, que se había sabido sacar adelante en un despropósito sin igual.


Seis minutos infames. Seis minutos que sivieron como colofón a un partido mal llevado desde el principio. Y que, de golpe, nos privan de la oportunidad de poner dos victorias de por medio respecto a la inmesa clase media ACB de las cuatro victorias, que abarcan desde el noveno puesto hasta el descenso. Ese colchón lo hemos tirado la basura. Lo demás ya es historia.


Ahora, al GBC le toca viajar a Alicante en busca de sí mismo. Pero es peligroso cuando tú eres tu peor enemigo. Ayer no ganó Obradorio, perdió el Lagun Aro GBC. Y entregó algo más que una mera victoria.

Temas


diciembre 2009
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031