En esta ACB, ningún equipo es tan dependiente de su casa como el Meridiano Alicante. Así lo dicen dos datos: Primero, sus cuatro triunfos de esta temporada han llegado en el Centro de Tecnificación y, segundo, sólo el Baskonia ha sido capaz de salir con un triunfo de esa pista. El resto han perdido, en algunos casos, de manera estrepitosa.

Sin duda alguna, esta salida esconde una trampa porque puede parecer un viaje asequible, pero no lo es tanto. Echemos un vistazo a los últimos resutados del Meridiano para observar la acusada bipolaridad de este conjunto. Sus tres últimos partidos como local se han saldado con amplias victorias para los de Florentino Fernández, digo, Óscar Quintana. Manresa perdió por 17 (71-54), Murcia por 44 (113-69) y el Gran Canaria se llevó hace dos semanas una paliza de 24 puntos (74-50). En cambio, las cuatro últimas salidas han acabado en 10, 22, 16 y 19 puntos pero en este caso de desventaja. No sabe lo que es ganar fuera el equipo alicantino, pero en su cancha son un conjunto casi infranqueable -o eso dicen hasta ahora los resultados-. Por tanto, hogar, dulce hogar. Y ahí nos toca viajar.

No es sencillo encarar este partido para el GBC. Después de la derrota ante Obradoiro, el entorno necesita una respuesta rauda e incontestable, un gesto de carácter. Y se viaja a la cancha de un recién ascendido, por tanto, en apariencia, una ocasión propicia para dar ese golpe sobre la mesa que calme los ánimos de las voces discordantes. Pero además, necesita la victoria para distanciarse del amplio grupo que va desde la zona media hasta el descenso, una oportunidad que desperdició en casa y que ahora debe aprovechar en un incómoda salida.

Muy incómoda. Porque una derrota sería la cuarta en cinco partidos y hace falta enderezar un rumbo que hasta ahora estaba claro. Porque la aspiración principal no debe ser la Copa ni nada por el estilo, sino más bien alcanzar un buen nivel de juego (algo que se ha logrado) y, lo que es más difícil, mantenerlo (lo que le está costando mucho más). Eso es lo que podemos exigir al GBC, pensar en otros objetivos no nos beneficia, deberían ser una consecuencia del trabajo bien hecho, en absoluto una exigencia.

Por tanto, lo que toca es pedir al equipo que recupere el juego que es capaz de alcanzar, que nos haga sentir orgullosos más allá de la victoria o la derrota (en Valencia se perdió y poco hubo que reprochar). Pero llegando a ese alto nivel del que el Lagun Aro es capaz, la victoria estará más cerca. Una victoria, insisto, que en esta jornada no será sencilla. Para ganar en Alicante habrá que defender mucho, muchísimo y saber sufrir cuando los locales pongan el partido duro, que lo pondrán.

Una de las virtudes de nuestro rival del domingo es la homogeneidad de su plantilla. Es un grupo fuerte y compacto, donde todos suman. El jugador que más juega apenas está en pista 25 minutos y el que menos, juega 10. En su casa son uno de los equipos que menos puntos encaja y de los que más anota. Si se quiere ganar en el Centro de Tecnificación, hay que saber que hay que darlo todo durante los 40 minutos; despistes o apagones como los que suele tener el GBC seguramente nos costarían el partido.

Mezcla de experiencia y juventud en el base

Pedro Llompart y Vule Avdalovic comparten el puesto de base, con el serbio jugando más minutos pero el valenciano aportando más cosas al equipo.

Avdalovic es un base con clase pero al que le van pesando los años. El otrora base titular de Serbia no acaba de encontrar su forma en Alicante y aunque la personalidad no la ha perdido, el físico y el acierto le van traicionando poco a poco.

Llompart está gustando más. Tras sentirse importante en el ascenso del equipo, por fin parece asentarse en la ACB, algo que nunca logró en Valencia, donde parecía destinado a ocupar un puesto que durante años fue de Nacho Rodilla. Canterano estrella de los taronja, Laso lo debe conocer muy bien. Su talento en uno contra uno es destacado pero si el base rival le pone en aprietos el equipo se resiente. En Bilbao lo pasó muy mal ante Javi Rodríguez y nunca logró la manija del partido. Habría que empezar por ahí para superar al Meridiano.

Txemi sí, Hill no

Los escoltas son los mismos de la temporada pasada en LEB, pero ninguno ha encontrado la regularidad en la ACB. Txemi Urtasun, un viejo conocido para la afición guipuzcoana, sigue combinando partidos en los que piensas que puede ser un jugador importante en esta liga con otros en los que se te pasa por la cabeza que la competición le queda grande. Eso sí, cuando tiene el día…

El que no suele tener el día es Kyle Hill. El héroe del ascenso para los alicantinos no acaba de arrancar en la ACB y si en el club hubiera más dinero ya lo habrían cortado. No da lo que se demanda de un extracomunitario, tira seis veces por partido y no mete ni dos. Su influencia en el equipo es poca y está en franco decenso.

Para importancia la de Mario Stojic. El croata se siente muy importante en Alicante, justo lo que necesita para destacar, confianza. Como le pasa al equipo en general, alterna actuaciones destacadas con partidos de valoración negativa. Es uno de los motores de este equipo, no hay que dejarle funcionar.

Desde el banquillo, dos clásicos de la ACB, Carlos Cazorla y Jorge García, aportan veteranía, ganas e intensidad. Jugadores de esos que hacen grupo.

Tres referencias vitales en la pintura

Para el Meridiano Alicante es fundamental apoyarse en su juego interior. Mario Austin y Mindaugas Katelynas son los máximos anotadores, los que más tiran (junto a Urtasun) y los máximos reboteadores. Por tanto, los hombres en los que se cimenta este equipo. Pero además, Andriuskevicius mantiene el nivel cuando sale del banquillo, siendo otro pilar para Quintana.

Mindaugas Katelynas es de lo mejorcito que tiene Alicante. Talentoso, versátil, es un cuatro que juega perfectamente en el perímetro pero que no se arruga en la pintura. Llega de AJ Milán, por tanto, de jugar mucho en Euroliga. Sus condiciones físicas le permiten ganar ventajas para anotar y para rebotear. Limitarle no será fácil pero sí muy necesario.

Mario Austin es un pívot con pedigrí. Clase a raudales, movimientos de bailarín… pero un físico ya castigado. Doblas y Miralles deben ganarle la partida, tanto a él como al larguísimo Andriuskevicius, una pareja de pivots complementaria y difícil de defender.

Para completar la rotación interior está Guille Rejón, otro clásico. Si lo recuerdan, nos hizo mucho daño en la LEB con el Palma Aqua Mágica cuando visitamos las Baleares.

Meridiano Alicante no es un equipo con nombres de campanillas, pero son un grupo sólido y que funciona de maravilla cuando juega ante su público. Nos espera una salida trampa a una cancha donde sólo Baskonia ha sido capaz de prosperar. ¿Será el GBC el segundo equipo que saque algo del Centro de Tecnificación de Alicante? Yo creo que puede ser. Pero para ello hace falta volver a ver el Lagun Aro que nos maravilló ante Bilbao o Gran Canaria y el que fue capaz de ganar en Sevilla o Murcia.

Los de Laso nos han dado argumentos para creer en ellos, aunque últimamente se han empeñado en nos olvidemos de ello. Veremos qué GBC nos encontramos el domingo, gane o pierda, ójala sea un equipo que se deje la piel y practique un buen baloncesto. Es lo único que le pido, que nos ilusione.