Sostiene Gaizka Garitano, el entrenador de moda del fútbol nacional, que “hemos hecho un buen partido ante el Sporting y es para estar contentos. Tener 49 puntos a estas alturas son muchos, pero tenemos que seguir. Me quedo más con las sensaciones que con el resultado. Estamos bien”. Vaya que sí están bien. Líderes con 49 puntos, equipo menos goleado con 21 tantos, siete encuentros invictos, cinco seguidos sin encajar… Y, sobre todo, la sensación de jugar con jerarquía, competir sin verse afectados por la presión.
Sostiene Garitano que “en el once contra once estábamos siendo ya mejores, con más disparos, más llegadas… Hemos ido a por el partido y hemos presionado arriba. Luego el Sporting se ha quedado con diez jugadores y, a partir de ese momento, no ha habido partido”. Un cuadro asturiano que llegaba con la vitola de máximo goleador del campeonato no inquietó la meta de Irureta, el gato de Berriatua. Un equipo que llegaba con Scepovic, segundo máximo artillero de la categoría, y Lekic, un talento serbio, no asustó. Un equipo concebido para subir a Primera no chutó a puerta en Ipurua.
Sostiene Garitano que “la intensidad con la que hemos jugado ha sido grandísima. Sabíamos que el partido iba a ir largo, pero hemos sido capaces de marcar antes de irnos al vestuario. La clave es defender bien y estar bien ordenado. A partir de ahí, nosotros también tenemos calidad y velocidad arriba”. Los armeros atesoran muchas virtudes. Sus automatismos tienen la fuerza del granito. Tienen equilibrio porque su acordeón futbolístico es flexible. Tienen una defensa poderosa con un Albentosa que ya ha adquirido los galones de un veterano. Tienen desequilibrio arriba con jugadores versátiles y trabajadores. Y tienen un técnico en la banda que no se vuelve loco y exprime hasta la última gota de sus futbolistas.
Sostiene Garitano que “siempre digo que lo que nos ha traído hasta aquí han sido unas cosas y no tenemos que abandonarlas, así que a partir de mañana tenemos que preparar el partido del Alcorcón con humildad”. El Eibar sigue fiel al carácter guipuzcoano. El Eibar sigue fiel al discurso de la humildad. ¿Pero saben una cosa? Que el Eibar siga fiel al discurso de la prudencia es un anacronismo, porque este equipo juega tan bien que ya es imposible no soñar.