Amar peligrosamente, cuyo título original es Beyond borders, es una película del año 2003 dirigida por el neozelandés Martin Campbell que habla sobre la necesidad de la ayuda humanitaria en escenarios de guerra.
Para ello, enlaza tres conflictos armados que no coinciden en el tiempo histórico, pero que elaboran un retrato en el que las iniciativas de cooperación, sobre todo aquellas que provienen de países desarrollados, son fundamentales para salvar la vida de desplazados y refugiados que se convierten en víctimas directas.
Camboya, Etiopía y Chechenia son los escenarios en los que Campbell sitúa la historia central de Amar peligrosamente, y donde además confluyen varios personajes que provienen del ámbito de la cooperación internacional.
Sin embargo, a Campbell no solo le interesa dejar clara la importancia de la ayuda a los proyectos de atención, asistencia y refugio, sino que también subraya un elemento que pocas películas de este género han explorado: el difícil rol de los cooperantes internacionales y los constantes dilemas a los que se enfrentan.
Sarah (Angelina Jolie) es una norteamericana sin problemas económicos que acaba de casarse y se ha ido a vivir a Londres. Su vida es estable y sin ningún sobresalto. Pero un día, en una fiesta benéfica, conoce a Nick Cahallan (Clive Owen), un médico dedicado a la atención sanitaria en países en guerra.
Tanto es el interés que Nick despierta en ella, que Sarah decide ser testigo directo de la situación y viaja a un campo de refugiados en Etiopía, donde son palpables las necesidades de sus habitantes y se da cuenta de la magnitud de la tragedia.
Entre las cosas que más le llaman la atención están las dificultades diarias a las que se enfrentan los cooperantes internacionales. Al principio será una espectadora más de aquello, pero luego, unos años más tarde, se verá involucrada en una labor en la que se mezclan la ayuda humanitaria y el tráfico de armas.
Otro aspecto que se refleja con acierto en Amar peligrosamente es el de los vínculos que establecen los cooperantes internacionales en el sitio de atención, bien sea con los propios refugiados y desplazados o con el resto del personal de asistencia humanitaria.
El caso de Sarah es paradigmático en este sentido, pues pasa de ser una mujer casada y acomodada, que frecuenta los altos círculos de la sociedad londinense, a vivir en primera persona el rol de cooperante en misiones internacionales. Gracias a esto conoce más a fondo a Nick y se establece un vínculo afectivo entre ellos, un amor que viven en la distancia debido a sus compromisos como cooperantes.
Las misiones internacionales dependen en gran medida de lo que suceda en el terreno; ejemplo de ello son los campos de refugiados, lugares pensados inicialmente para la atención y la acogida, pero que, al mismo tiempo, suponen la oportunidad de establecer nuevas relaciones entre quienes los habitan.
Nuevas comunidades, grupos con intereses similares y hasta relaciones sentimentales que de otra forma no podrían ser posibles se tejen en medio de los proyectos de este tipo. Muchos refugiados, por ejemplo, han encontrado la luz de un nuevo amor en su camino de supervivencia y han podido, de esta forma, rehacer su vida.
Es necesario recordar que la actriz Angelina Jolie, quien hace el papel de Sarah, se implicó de lleno en distintas labores humanitarias a raíz de esta película. En la actualidad es la embajadora de Buena Voluntad de ACNUR en el mundo.