El descubrimiento de la cueva
En 8 de junio de 1969 las paredes de la cueva de Ekain volvían a contemplar la silueta de hombres tras años de silencio. Andoni Albizuri y Rafael Rezabal no podían imaginarse que acababand e descubrir un tesoro escondido durante miles de años. Ya lo dijo AndréLeroi-Gourhan: “El conjunto de caballos más perfecto de todo el Arte Cuaternario”. Y no le faltaba razón. Desde los equites romanos, hasta los temidos Hunos, pasando por los Bereberes o las tribus de las praderas del Oeste, el contacto con entre el caballo y le hombre ha sido constante. Ese contacto quedó plasmado en las paredes de Ekain hace ya 14.000 años.
Lo que hace especial a Ekain no son las pinturas en sí, si no el número y la calidad de las mismas. El caballo no es, generalmente, el animal más representado en el arte parietal, puesto que se disputa ciervos y bisontes. Pero Ekain es una excepción. En la cueva podemos localizar hasta 34 caballos de una calidad exquisita. Los detalles de la grupa, los cascos de las patas, las diferentes tonalidades de la piel, las orejas o la crin, todo quedó plasmado sobre la roca. En 2008, la UNESCO ampliaba el título de “Patrimonio de la Humanidad” a 16 cuevas de la cornisa cantábrica, incluyendo a Ekain, Santimamiñe y Altxerri, título que hasta ese momento únicamente pertenecía a Altamira.
Se calcula que en la cornisa cantábrica se hallen alrededor de 240 caballos pintados o esculpidos en los tabiques de las cavernas. Ekain es la cueva en la que con mayor detalle fueron perfilados y la cueva en la que podemos encontrar un mayor número de ellos, únicamente superado por la cueva de La Pasiega. Incluso en la Capilla Sixtina del arte paleolítico, la cueva de Altamira, únicamente encontramos 9 caballos, por lo que la simbología de los moradores de Ekain y su relación con el caballo debió ser especial.
La réplica de Ekainberri
A diferencia de lo que ha pasado con otras cuevas y yacimientos prehistóricos, la cueva de Ekain nunca ha estado abierta al público para poder preservarla de toda alteración externa. El problema que esto acarreaba era preservar en una inquietante oscuridad imperecedera una de las joyas del arte parietal. Por ello se decidió crear una réplica fiel a la que se sitúa a apenas 700 metros de la original, a la que puede accederse desde el mismo centro de Zestoa dando un breve paseo.
Siguiendo la línea de Altamira en Cantabria o Lascaux en Francia, se encargó el trabajo y realización de una reproducción que nada tiene que envidiar a la original. Las secuencias de los paneles con las pinturas y murales se van sucediendo entre la oscuridad sobre nuestros pasos. Es tal el detalle que se ha empleado en ella que incluso podemos apreciar el eco del continuo goteo deríos artificiales. Es ya el quinto museo más visitado de Gipuzkoa y la cifra va en aumento. Sin duda un nuevo rincón de Euskadi que no nos dejará indiferentes.
Mas información en www.ekainberri.com (se recomienda ir con cita previa)