La villa más antigua de Bizkaia guarda uno de los tesoros medievales más importantes de Euskadi, su puente. Se trata del puente más fotografiado de Euskadi después del Puente Colgante de Bizkaia. Une las dos orillas del Kadagua y durante años fue el paso fronterizo entre Castilla y Euskadi.
Hay que decir que el puente en sí no era la frontera física entre las dos provincias, pero sí la frontera económica, ya que, a diferencia de otros territorios, los impuestos de Euskadi no se cobraban en los puertos, sino aquí. Esto significaba que todos los productos adquiridos o producidos entre Balmaseda y la costa estaban libres de ciertos impuestos, por lo que la capacidad económica de estos habitantes era algo mejor.
El puente es uno de los edificios no religiosos mejor conservados de Bizkaia, ya que se mantiene prácticamente intacto desde hace varios siglos. Dos arcos de medio punto cruzan el río y se llevan hasta una altura de 7 metros sobre el lecho para volver a bajar y adentrarse dentro de la villa.
Todavía se conserva en muy buen estado el puesto donde se cobraba el impuesto de pontazgo cada vez que una carreta cargada de lana, hierro, verduras o fruta atravesaba sus puertas. Sin duda una joya medieval que ha conseguido llegar a nuestros días.
Fotografías: Jon Reyes