Pocos futbolistas son tan metódicos como César Azpilicueta, al que uno tuvo la suerte de ver por primera vez en 2004. “Ese es otro de los chicos a los que hicieron contrato para que no se los llevase el Athletic con un cambio de residencia”, me explicaba el periodista Rafa Aguilera en la grada de Tajonar cuando hablábamos de Raúl García durante un entrenamiento de Osasuna. Pillo, veloz y muy constante. Un extremo pesado, vamos. En aquella categoría cadete también estaba Javi Martínez y Monreal, aunque no eran todos del mismo año. La diferencia con el resto era abismal. Ni siquiera una gran decisión deportiva como aquella, el club ingresó más de 30 millones de euros por la venta de aquellos cuatro chavales, salvó la economía de un Osasuna al que ‘Cesir’, como le llamaban en su barrio, iba a ver cada domingo a El Sadar. La llegada de Ziganda, que le había tenido en el juvenil, le abrió la puerta del primera equipo años después. Un día le llamó Enrique Martín para avisarle que iba a entrenar con el primer equipo, pero que no se emocionara. Entrenó, fue convocado y jugó… unos octavos de final de la Copa de la UEFA. Lo hizo con el ’40’ en la espalda, siendo el futbolista más joven de la historia del club en debutar con sólo 17 años. Actuó de extremo, como su ídolo Figo, lo hizo bien y Osasuna se metió en cuartos.
Alegría para todos, en la familia y en el instituto. La situación fue de stress total, no paraba de sonar el teléfono y todos querían ver al estudiante aplicado de Bachiller que preparaba la selectividad que encima era bueno jugando al fútbol. Pocas semanas después, llegó el debut en Liga y fue en el Bernabéu ante Roberto Carlos. Aquello era muy distinto al fútbol sala del colegio San Cernín, de donde se llevaba la pelota hasta la misma cama, pero no se asustó. Nunca lo hace. Quizá por ello, asombró a José Antonio Camacho que le hizo indiscutible como lateral derecho y no paraba de hablarle a Vicente del Bosque de sus condiciones. En la Federación las conocían bien, ya que ha sido parte de todas las inferiores y muchas veces capitán de esos equipos ganadores. En 2010 –después de haber entrado en la lista de 30 para el Mundial de 2010- fichó por el Olympique de Marsella. Le costó más adaptarse al país, según lo que él mismo explica, que al fútbol galo pero en su primera temporada en Francia sufrió una rotura del ligamento cruzado le mantuvo fuera de los terrenos de juego durante seis meses. La adversidad le convirtió en alguien aún más constante, en ese jugador que hay en cada equipo en ser el primero en llegar y el último en irse. Supo recuperar su excelente forma física y pudo jugar en Champions contra el Manchester United. Algo que no pasó inadvertido para el Chelsea de Robertto Di Matteo, que acababa de ganar la Champions y le fichó en 2012 por 10 millones de euros. Se hizo indiscutible con Rafa Benítez y tras su paso por todas las categorías inferiores de la Selección española, entró en la lista de Del Bosque para disputar la Copa Confederaciones hace un año en Brasil, donde ha vuelto a estar este verano tras ser el mejor jugador del Chelsea según sus propios compañeros en la 13/14. César sabía que Ivanovic era la primera opción de José Mourinho como lateral derecho, pero ha logrado mantenerse en el once como lateral izquierdo desplazando a todo un icono en Inglaterra como Ashley Cole.
La afición ‘blue’ le adora y, pese a la dificultad, ha conseguido que le llamen por su nombre con un video viral en el que él mismo explicaba la fonética de su apellido (Ath-Pilly-Kweta) tras saber de las dificultades que tiene el seguidor inglés para hacerlo y que le habían colocado Dave, apodo del personaje de una serie de modo afectuoso. Y es que Azpi, como le llaman en el fútbol sus compañeros, parece más serio de lo que es en realidad, y es muy bromista. Se maneja con la misma simpatía en inglés que en castellano aunque seguro que no se ganaría la vida como cantante. En el vestuario del Chelsea a los nuevos les hacen la novatada de cantar, subidos en una banqueta ante el resto de compañeros. No tenía preparada ninguna canción y cantó ‘La raja de tu falda’, de Estopa. “No se la sabían”, dice entre risas antes de bromear. “Podía haber sido cantante si no fuera por la voz”, recordando una broma radiofónica famosa que le mandó su amigo Sergio. Brasil fue su primer mundial, pero habrá más. Ahora seguro que busca otros retos por cumplir, su primera Liga o su primera Champions. Los que le conocen dicen que primero pensará en como llegar a tope al primer partido, conseguir ser titular… Y para ello trabajará más que nadie. “Agua fría incluso en su cumpleaños!”, escribió Juan Mata el pasado 28 de agosto. Mejor ejemplo…