El Clásico dejó menos fútbol del esperado, quizá porque entre 2010 y 2012 se dieron tantos que uno acabó algo saturado de ver jugar a los mismos equipos. Más allá de lo relacionado con Undiano Mallenco – tras ser beneficiados ambos equipos hace unas semanas por Muñiz me produce vergüenza ajena que se dediquen a hablar de los colegiados y no de lo mucho que tienen por mejorar para optar a algo más que la Liga- el duelo, pese a ser el más flojo de esta década, sí nos dejó varias cosas a considerar. Uno es que a Carlo Ancelotti ha tardado más tiempo que Neymar en adaptarse al fútbol español. Y es que Ancelotti puede ser considerado el primer gran castigado del partido por su planteamiento. Salir con Sergio Ramos de mediocentro fue una Cruyffada y Bale poner de inicio fue un experimento fallido en el día D. Si hubiese sido su predecesor en el cargo quien saca a Ramos de pivote tendríamos un terremoto montado. Su decisión de prescindir a Illarramendi, sin Xabi Alonso apto, condenó a que la salida de balón fuera un suplicio, condendando su producción ofensiva. Con falta de talento para crear juego en ataque estático, sólo Modric podía hacerlo pero estaba muy sólo, se limitó a las carreras de Cristiano y Bale.
El Barça era mejor, aunque el juego estaba lejos de ser digno de exportar a cualquier mercado de esos que pudieron disfrutar del Clásico gracias a este horario medio-neutro. Parecía un clásico de finales de los 80 en el Camp Nou. Tostón. Martino fue conservador con los nombres pero valiente en el planteamiento. Su Barça está jugando muy diferente, lejos de ser el mejor Barça aunque sí muy efectivo. El argentino debió pensar que si físicamente no estás bien, jugar lento contra el Madrid es otra manera de controlar el partido… Usa a Messi para sorprender volcado a un lado y ha conseguido hacer un hueco lógico a Neymar, que dejó lo mejor de la tarde y se metió al Camp Nou en el corazón. Siempre que encara a alguien, le rompe. Da igual el contrario. Es un auténtico espectáculo de repertorio ilimitado. Mascherano volvió a mostrar sus carencias como central en un partido de nivel; como ya ha pasado otras muchas veces en los últimos años. Su rigor táctico le sirve en los duelos desnivelados de Liga o Champions, pero sólo se le recuerda una buena acción defensiva ante el Arsenal en duelos de nivel. Comete errores groseros que hasta él mismo reconoce. En resumen, que sobre todo el primer acto, fútbolísticamente fue mediocridad.
Tras matar su propio experimento y con sesenta minutos de retraso Carletto puso en el césped el once inicial (Illarra en la creación y Benzema de referencia) para buscar enmendar la derrota. Sin Bale, que no aportó nada ya que quizá en este momento de la temporada el partido le venía muy grande, el Real Madrid mejoró muchísimo y se empezó a parecer a un equipo. Modric aparecía y nada más hacerlo llegó una opción de Cristiano que obligó a aparecer al mejor portero español de los últimos tres años pero no le bastó al final. El club apostó por jugadores jóvenes este verano y hoy fueron los mejores cuando decidió tirar de ellos. El Real Madrid jugó a defender y cayó. Ancelotti temió al Barça como en los días de más diferencia de la era Pep. Y, hoy, con dos proyectos nacientes en ambos equipos la realidad es distinta a eso. Quizá no ha merecido perder el equipo blanco pero su entrenador, sí.
El Barça, por su parte, aun busca afinar su propuesta futbolística, distinta a las anteriores. El cambio de Alexis, que acalló las críticas de medio mundo con un golazo, sirvió para tapar uno que sonrojaría a sus antecesores: Song por Iniesta. Fue un claro mensaje defensivo del Tata Martino. Quizá lo mejor del Barcelona su actitud a falta físico y brillantez. Los culés mordieron en cada balón suelto, impidiendo todas las segundas jugadas. Esta versión se parece poco a la de Pep, quizá parece sostenida por el momento gracias al talento de Valdés y los cracks ofensivos. Muy al estilo Madrid galáctico de inicio de siglo.
Ambos tienen mucho que mejorar, el problema es que, pese a todos sus defectos, pocos problemas encontraran entre sus rivales ligueros para arreglarlos. Pero esa película, la de una Liga desnivelada y que poco se parece a la que yo conocí de crío, es otro asunto ya tratado aquí y… volveremos a hacerlo.
PD: Una curiosidad. El Madrid acabó el Clásico sin sus cuatro campeones del mundo: Iker Casillas, Álvaro Arbeloa, Sergio Ramos y Xabi Alonso.