Esta Liga de tres tiene emocionado a 18 equipos en la Liga. Desde hace una década uno casi ya no se entusiasmaba con la lucha por el título, coto privado de Real Madrid o Barcelona. El Atlético está igualado a puntos con el Barcelona y no es líder por un sólo gol, ese tanto extra que solicitaba a su equipo Cholo Simeone. Nunca mejor dicho a ‘su’ equipo, porque es fiel reflejo del cholismo: intensidad brutal, compromiso, compañerismo y confianza en el que el trabajo.  “Yo quiero siempre ganar y marcar uno más”.

No quiere salirse de su propio carril, mantener el ‘partido a partido’ el mayor tiempo posible. Si fuese por él sería golito a golito, ese que le faltó para acostarse primero. Los números del Barça son estratosféricos dice, sabiendo que el trabajo de los suyos es espectacular. El equipo, lo digo bromeando y usando los argumentos del propio Cholo, ya ha asegurado la permanencia con esos 43 puntos de 48 posibles. Esa cifra, otros años, era referencia.

Quizá por eso, entiendo la prudencia y el mantener los pies en el suelo aunque todos asumimos que esa modestia no le impide al Atlético mantener la ambición y el hambre de triunfos. El cambio de mentalidad del club desde la llegada del argentino es increíble. Ni las famosas cinco repeticiones del verbo ganar pronunciadas por Luis Aragonés calaron tan hondo en todos los rincones del sentimiento atlético.

Hay futbolistas a los que la grada parece haber descubierto ahora, en los grandes momentos pero siempre tuvieron este espíritu del Cholo como Gabi o Raúl García. Trabajar, no vender humo y ayudar al equipo como objetivo principal. El equipo compite como nadie y si tiene que rascar, rasca. Está convencido, ilusionado y eso le hace temible. “Si le ganamos al Barça se nos acaba el partido a partido no?’, se preguntaba el propio ’14’ rojiblanco.

Sinceramente, en el sorteo de Champions todos los segundos deberían temer al Atlético. Si les cae el Milan, como desean muchos en el vestuario tras la boutade de Muntari, ya pueden ir rezando los rossoneri. Aunque el futuro puede hundir pechos henchidos, este Atlético a dos partidos no se arruga con nadie. En casa ha ganado los once que ha jugado, marcando más de 3 goles de media por partido. Los dos últimos españoles ganadores de la Champions no han podido vencerles esta temporada.  Mientras en la cabeza le suena el repetitivo soniquete de Luis sobre el ganar y el volver a ganar el guía rojiblanco recuerda: “Que el equipo no se a contente”.

Es complicado que , ya que hasta los imparciales en la Liga están emocionados con la aparición de alguien que pueda romper esta bicefalia. Por último, aunque el mérito es del equipo, los números de Diego Costa le convierten en aspirante a la Bota de Oro. Sí, hay otros premios individuales por los que luchar sin depender de los votos de nadie. Y ahí Diego tiene su opción al igual que Messi o Cristiano. Y es que sabía que para ganarse una plaza en la selección campeón del mundo y de Europa tenía que llegar a los más alto. Y lo ha hecho. Como su Atlético. Pero aún queda mucho para abrazar la gloria. “Esto no para”, repiten en la caseta rojiblanca.

 Pues eso, golito a golito.