Quizás sea un imposible pero no por ello voy a pasarlo por alto. Estamos en Semana Grande en San Sebastián. Sabemos lo que significa. Un momento para disfrutar. De acuerdo. Fuegos artíficiales, verbenas, conciertos…y fiesta, mucha fiesta…pero de ahí a dejar las playas, al menos la de La Zurriola, como quedan cada mañana va un abismo. Insultante, vergonzoso, delirante…todo lo que vosotros queráis. Basura y más basura. Y no penséis que todo como en la fotografía que adjunto (en un contenedor)…nada de nada. Da igual que sea vidrio, plástico…la playa da pena. A uno se le cae el alma a los pies. Me quito el sombrero ante las brigadas de limpieza. Para empezar tienen que ir quitándose de encima a los que se han quedado dormidos en la arena. Pobrecillo del conductor si le atropella…La basura se reparte por toda la arena. Sería absurdo describir aquí las pautas que uno debe seguir cuando se enfrasca en un botellón. Por no hablar de las colillas. Imposible de recoger y que quedan para siempre en la arena. Así que cuando uno entra al agua a primera hora, a eso de las siete, debe ir esquivando cristales y guapaseros por doquier. ¿Habéis visto cómo se le queda la cara a una vaca cuando pasa el tren? Pues igual miran los que todavía no se han ido a casa a esas horas a un surfista…