“Me gusta hacer las cosas bien. Seguiré con esa mentalidad. No será por falta de exigencia”. Así afronta Aritz Aranburu (Zarautz, 1985) su tercera experiencia en el WCT. El zarauztarra se presenta con un grado de madurez mayor que en su primera incursión en el WCT en 2008. Aritz llega más ligero de equipaje, sin tanta presión, y dispuesto a exprimir cada manga de cada campeonato. Porque, ahora hace seis años, a Aritz se le hizo grande su estreno en el WCT por más que lo había bordado en el QS. Hoy llega con el respeto de la plana mayor de la ASP, entre los que se incluyen jueces y surfistas. Aritz se ha ganado un sitio en el circo del WCT. Ha dejado de ser el surfista vasco que se ha colado de refilón en el WCT. Sus buenas relaciones con Kelly Slater o Mick Fanning, entre otros, han hecho que Aritz sea hoy bienvenido en el circuito. Una buena prueba es que su imagen ha sido incluida en el vídeo promocional de la ASP. Le miran con otros ojos.
Buena parte de culpa lo tiene su surf. Es más sólido que hace seis años. A simple vista parece no haber evolucionado demasiado pero sus maniobras son hoy más marcadas y más potentes de lo que lo eran en su primera temporada en el WCT. Y también, por qué no decirlo, ha tenido mucho que ver su noviazgo con la modelo Almudena Fernández. Aritz está en su mejor momento personal y se refleja en su surf.
“Cuando conseguí el ascenso en 2007, entonces era el único objetivo que tenía, nadie alrededor mío lo había conseguido y fue muy bonito. Trabajé súper duro con Aitor Francesena para lograrlo. Ahora todo me está sabiendo incluso mejor, ahora el surf de competición no es mi único objetivo y estoy disfrutando de otras cosas. Lo que me gusta es vivir el surf de todas las maneras posibles y últimamente he estado viajando muchísimo, explorando sitios nuevos, países y culturas con la excusa de las olas. Eso me ha hecho coger más experiencia y tener más mundo. También estoy ayudando a diferentes ONG como Kind surf o Surfrider Foundation, y te das cuenta de que el surf no es solo competición. Soy una persona con más experiencia, feliz de poder disfrutar de esto”.
Poco queda del surfista que debutó en el WCT, al que una lesión de rodilla y tobillo le condicionó esa primera temporada. Aritz se perdió tres pruebas de las once en su primer año en el WCT. “La lesión me quitó sitio de la cabeza respecto a esas cosas en las que sí debes preocuparte a la hora de afrontar un campeonato. Llegó un momento en el que pude estar saturado”, recuerda hoy el zarauztarra. El noveno puesto en Pipeline fue su resultado más destacado que no impidió el descenso de categoría.
Una ‘injury card’ (una invitación que otorga la ASP a lesionados de larga duración) le permitió volver a competir en el WCT en la siguiente temporada, en la 2009. Un tercer puesto en Teahupoo, en la tercera prueba del circuito, permitió aventurar que esa segunda temporada de Aritz iba a ser distinta, pero los resultados volvieron a darle le espalda. Acabó descendiendo. No había encontrado su sitio. Todo lo que movía a su alrededor le impidió poner el foco en su sitio.
Lo que pocos esperábamos es que Aritz, en ese momento lejos de su mejor surf, iba a ser capaz de regresar al circuito WCT años después. Mucho menos tras los cambios introducidos en el sistema de clasificación que hacen más difícil el ascenso del QS al CT y por ende más fácil el seguir dentro del CT. Los actos promocionales y los saraos varios parecían haber despistado a Aritz que después de años con un único objetivo en mente –el ascenso al WCT- había bajado el pistón. Pero Aritz, un “animal de la competición”, como algunos lo definen, poco a poco, como quien no quiere la cosa, fue participando de forma ocasional en pruebas del QS hasta ver que la lucha por una plaza en el CT volvía a ser posible. Más sesiones en el agua y menos trabajo físico –o mejor, otro planteamiento- han hecho que Aritz sea uno de los 32 elegidos. Los buenos resultados cosechados en las primeras pruebas del QS le animaron a pelear con todas las fuerzas. No dejó de lado sus viajes exóticos con Kepa Acero y tampoco sus apariciones fugaces por Mundaka. Aritz volvía a disfrutar. “ Cuando era más joven insistí más en el trabajo físico. Era importante interiorizar el concepto de la disciplina. Ahora son las olas lo que me marca. De ellas depende mi día a día. Priorizo hacer surf de calidad. Cuando no se puede, machaco más el físico. Lo importante es ser constante y hacer algo todos los días. El cuerpo se relaja rápido”, asegura Aritz.
Esta forma distinta de enfocar su preparación también se va a reflejar en cómo afronta esta temporada, la de la consagración. “Es algo que tengo que pensar bien. En principio, lo inteligente sería hacer los campeonatos de primera división y de segunda. Se pueden compaginar los calendarios y según cómo vaya intentaré tener tiempo también para mis viajes. Descanso tendré poco, pero lo que más me gusta es hacer surf”.
Los resultados en las primeras pruebas le marcarán el rumbo. Si sale bien colocado de Australia será difícil verle en el QS y más entrenando a su aire. “El objetivo más importante va a ser estar a gusto conmigo mismo y con mi cabeza. Si estoy realmente contento por este 2013 es por cómo he conseguido lo que he conseguido”, advierte.
Lo cierto es que los años de experiencia le hacen ver ahora el regreso del WCT de forma bien distinta a su primera vez. “Ahora lo he logrado sin obsesionarme, logrando una estabilidad dentro de un conjunto, de una manera natural. Las cosas, simplemente, han salido. Quiero repetir eso. Claro que estar arriba en el WCT me encantaría, pero no lo es todo”.
El material tendrá mucho que decir. Aritz ha pasado muchas horas de este invierno en la factoría que Pukas tiene en Oiartzun (Gipuzkoa). Está contento con la elección. Ha entrenando en Indonesia en los días previos al inicio del circuito junto a Tiago Pires. “Es muy importante acudir a los campeonatos teniendo confianza en tu material. Estoy encantado con Pukas. Su labor es clave. La relación con un shaper es parecida a la que tienes con la novia. Tienes que pensar igual. Si no, malo”, asegura.
Aritz no se vendrá abajo si los resultados no le acompañan en las primeras pruebas. “A ningún deportista le gusta perder, pero primero hay que saber perder para saber ganar. Creo que es algo que cada uno elige cómo llevarlo. A mí me gusta hacer una crítica constructiva tras cada manga. Ver lo bueno y lo malo. Me parece fundamental hacer autocrítica. Pero no me obsesiono. Intento aprender siempre algo y, por lo demás, quedarme con más cosas que la mera competición: la cultura, la gente…”
Sea como fuere, Aritz ya sabe cuál es su primer reto. Se verá las caras con Nat Young y Sebastian Zietz. La manga se las trae pero es lo que tiene el CT: no hay enemigo pequeño. Aritz está preparado para hacerse grande.