Quiero subir a este rincón el último vídeo lanzado por Kepa Acero en el río Amazonas no por sus imágenes de surf sino porque muestra unas pequeñas pinceladas de cómo viven algunas comunidades en lo más profundo de la selva. No hacen falta grandes tablas de surf, ni los últimos trajes de neopreno para disfrutar de la sensación que supone ser empujado por el agua. El surfista vizcaíno es el primero ni el último que se ha lanzado a la Pocoroca, pero insisto el surf es lo de menos en este vídeo.
La Pocoroca, según nuestra amiga Wikipedia, es una onomatopeya de la lengua tupí-guaraní pororó-ká, que significa “gran estruendo”, y se utiliza para designar un fenómeno similar al que se conoce como macareo en el delta del río Orinoco, que se manifiesta como una especie de oleaje ruidoso que recorren los grandes ríos del norte del país, especialmente el Río Amazonas, a partir de su desembocadura durante decenas de kilómetros. Es un fenómeno mucho más poderoso que el que ocurre en el delta del Orinoco, por la diferencia del caudal entre los dos ríos.
Se produce por la acción de las mareas al penetrar las aguas marinas sobre las fluviales durante la pleamar o flujo. La pororoca es más intensa cuando el ancho del río se estrecha, por lo que las aguas oceánicas del Atlántico penetrar más fácilmente y con mayor velocidad y longitud en los cauces del delta de este río, lo que da origen a una verdadera inundación que llena de agua salada muchas zonas ribereñas.
El que este oleaje dure tanto tiempo en avanzar es una consecuencia del enorme caudal del río Amazonas: las aguas de este río (más de 100.000 metros cúbicos por segundo) ocasionan que el agua marina rompa formando olas sobre ellas, pero estas olas se acercan mucho unas a otras por el desplazamiento inferior de las aguas fluviales en sentido inverso, lo que se traduce en una fuerte oposición entre ambas, oposición que es la causante del estruendo. Para que este fenómeno natural se produzca tienen que concurrir varios factores: las fases de Luna llena o Luna nueva, que dan paso a la subida de la mareas más intensas (mareas de sizigia, que son las que se producen cuando los tres astros, es decir, la Tierra, la Luna y el Sol se encuentran alineados), las corrientes marinas y la oposición del océano sobre el río.
Las olas sucesivas de color marrón, que se adentran decenas de kilómetros río arriba y alcanzan en ocasiones hasta cuatro metros de altura en algunos puntos estrechos y encerrados de las orillas y en la misma parte central del cauce (donde la velocidad de las aguas fluviales es mayor), se forman con cierta frecuencia a través del año, aunque la ocurrencia de mareas excepcionalmente “vivas” o intensas es mucho menos frecuente. La altura máxima de la ola se alcanza en el momento de romper al acumularse las aguas superiores del mar sobre las fluviales que las frenan por debajo.
Los ribereños suelen estar preparados para tratar de minimizar los efectos indeseables del fenómeno, aunque también tiene efectos positivos, ya que debido a esta lucha del río con el océano, la pesca en las riberas resulta mucho más importante, con especies tanto marinas como fluviales.
Uno de los efectos perjudiciales es la inundación temporal con agua salada en algunas marismas a ambos lados de los cauces en este delta atípico del Amazonas, aunque ello sea inevitable y que también tiene efectos positivos, ya que muchas especies de peces aprovechar estos mecanismos hidráulicos para sus procesos de reproducción y crecimiento. También podría tener efectos perjudiciales al inundar terrenos cultivados pero esto no debe achacarse al propio fenómeno sino al empleo agrícola de esas áreas potencialmente inundables. El problema se debe a que no todas las mareas más intensas llegan a romper el cauce siempre en los mismos sitios, lo que puede dar origen a que los agricultores siembren en zonas que creen más seguras sin serlo.