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Lorenzo Mejino

Series para gourmets

Cheers: el bar donde todo el mundo conoce su nombre

Cheers es una de la mejores comedias de la historia de la televisión. La colección de personajes perdedores que se juntaban en un bar a un lado y a otro de la barra para ahogar sus penas entre tragos de cerveza y buscar alguna salida a la miserable y aburrida vida que llevan en el exterior del bar, se ha convertido en un clásico de las comedias de situación con unos guiones punzantes y sarcásticos que arrancaban carcajadas de situaciones anodinas de la vida real, pero que conseguían alegrarnos la existencia en los escasos 23 minutos que duraba cada capítulo.

 

Ficha: Cheers, 275  episodios. Sept 1982-May 1993. NBC (USA)- A3 (E).

Sinopsis: El bar Cheers es el lugar de reunión diaria de una serie de personajes grises y perdedores, que encontraban en ese lugar a su  verdadera familia y amigos para olvidarse de sus penurias diarias.

El inicio: Tres veteranos productores, los hermanos Glen y Les Charles y James Burrows, recibieron el encargo de la cadena NBC de hacer una comedia basada principalmente en un lugar de trabajo, a imagen y semejanza de la famosa comedia de ‘La Chica de la Tele’, y de ahí salió el concepto de basar la serie en un bar, con sus empleados y sus parroquianos.

Aquí tienen la sintonía inicial, escrita por Gary Portnoy, con los títulos de crédito decimonónicos:

 

Las audiencias en su primera temporada fueron paupérrimas, acabando en las cinco últimas posiciones en los índices de audiencia. Pero de forma similar a ‘Hill Street Blues’, su reconocimiento en los premios Emmys de ese año consiguió que la gente se fijara en la serie y remontó de forma espectacular acabando entre las diez primeras en ocho de los once años de su carrera televisiva en uno de los fenómenos de recuperación mas remarcables de la historia de la televisión.

La trama: La comedia está basada en las situaciones que se crean en el bar tanto por los trabajadores como por los clientes habituales. En general casi todos son una tropa de perdedores, que tienen en el bar su único lugar de apoyo donde son apreciados y tenidos en cuenta, lejos de su anodino entorno habitual.

Cada capítulo se iniciaba con una escena independiente antes de los títulos de crédito, pero que era un claro exponente de la brillantez y calidad de la serie y nos predisponía para todo lo que venía después. En el siguiente vídeo pueden ver uno de los mejores ejemplos, de cómo una situación normal en un bar cualquiera podía convertirse en algo desternillante.

 

La gran virtud de la serie es aprovechar cualquier excusa para crear situaciones cómicas de gran hilaridad entre todos los personajes, evitando siempre la humillación pública de los mismos, con una premisa básica: hoy me río de ti, mañana tú te ríes de mí, pero sin excesiva malicia y siempre sin ensañarse.

Una de las principales características es la brillantez de lo que en inglés se denomina ‘running gag’, una broma que se sucede en cada episodio y  que la audiencia ya se espera. El mejor ejemplo era la entrada de Norm en el bar, al que todo el mundo saludaba al entrar con su nombre, con grandes sorpresas como pueden ver en este vídeo en inglés. Hacia el minuto 1:45 no es necesario hablar bien inglés para entender lo que pasa:

Otro de los ‘running gags’ era la mención continua a la mujer de Norm el contable, pero que nunca apareció en pantalla, de forma similar a la madre de Howard Wolowitz en ‘The Big Bang Theory’.

Como en la mayoría de comedias de situación, no existe una gran continuidad entre episodios, pero en este caso la brillantez de los diálogos y de los guiones hacía que cada episodio fuera una verdadera joya de arte en sí misma. Personalmente, recuerdo un episodio anual que se dedicaba a la guerra entre Cheers y un pub irlandés cercano, que era mi favorito por las situaciones hilarantes que se producían en las guerras fraticidas entre ambos bares.

Los actores: El personaje principal de la serie, Sam Malone, el dueño y barman, es un mediocre exjugador profesional de béisbol, que al acabar su poca distinguida carrera profesional monta con sus ahorros un bar en Boston. El actor que lo encarna, Ted Danson, no era muy conocido hasta conseguir el papel, pero su personaje de hombre mujeriego y con escaso apego al compromiso le ha catapultado a la fama y a una gran carrera televisiva con series como ‘Becker’, ‘Larry David’, ‘Daños y perjuicios’ y en la actualidad, en ‘CSI’.

Sam Malone contrató como camarero en el bar a un antiguo colega del béisbol,  al que todos llaman Entrenador, interpretado por Nicholas Colasanto, que murió poco antes de finalizar la tercera temporada, introduciéndose la muerte del personaje en la trama de la serie siendo substituido por un joven ingenuo proveniente del campo del medio oeste americano, en el primer papel importante para Woody Harrelson.

 

La antagonista femenina de Sam en el bar durante las cinco primeras temporadas fue la estirada y relamida Diana Chambers, interpretada por Shelley Long, una mujer culta y refinada, que por necesidades monetarias acaba trabajando de camarera en el bar. Su relación de amor-odio con Sam fue el eje central de los primeras temporadas debido al desprecio que sentía Diana por la forma en que Sam trataba a las mujeres, mientras que Sam se había impuesto el reto de conquistar a Diana, costara lo que costara. Diana se consideraba superior al resto de clientes y trabajadores del bar, aunque la realidad dictaba lo contrario.

A su lado trabajaba Carla Tortelli, una camarera bajita y poco agraciada, interpretada por Rhea Perlman (la mujer en la vida real de Danny de Vito), que era la conciencia del bar, ya que realmente decía lo que pensaba sin importarle las consecuencias.

 

 

Dentro del capítulo de los clientes al principio de la serie destacaban dos. Por un lado, George Wendt, que daba vida a un orondo contable llamado Norm, del que ya hemos visto su presencia en un vídeo anterior, cuyos únicos momentos agradables del día era cuando estaba en el bar. Y por otro lado, John Ratzenberger, que daba vida al patético cartero llamado Cliff, un hombre que en su cincuentena aún vive con su madre y que no podía ligar ni pagando. En este vídeo pueden ver la inutilidad del pobre Cliff en presencia femenina:


A partir de la quinta temporada, al salir Shelley Long de la serie, su papel fue reemplazado por Kirstie Alley, que venía de protagonizar la saga cinematográfica ‘Mira quién habla’, de infausto recuerdo, pero en cambio aquí entra de forma brillante y mejorando incluso el personaje de Shelley Long. Su papel de Rebeca, una ejecutiva caída en desgracia que encuentra refugio en el bar, insufló un aire nuevo a la serie, por lo que fue una de las razones por la que Cheers consiguió seguir varios años más en antena.

En la foto la pueden ver con Ted Danson y Woody Harrelson en la sexta temporada.

 

Y por último, uno de los personajes que se hicieron fijos a partir de la segunda temporada fue el psiquiatra Frasier Crane, interpretado por Kelsey Grammer, que con sus maneras de clase alta y adinerada era el perfecto contrapunto al resto de parroquianos del bar, pero que en el fondo lo que mas le encantaba era formar parte de un grupo. Tanto Frasier como su esposa Lili, interpretada por Bebe Neuwirth, fueron una parte importante del éxito de la serie, por no hablar de su secuela Frasier, de la que ya trataremos en algún artículo mas adelante.

 

El final:  

El episodio final de Cheers fue un especial triple de cien minutos, que tuvo la segunda mejor audiencia de la historia de las series televisivas en los USA después del episodio final de ‘M.A.S.H’. En mi opinión no fue excesivamente brillante ni rompedor, pero le dio un final adecuado y a sus seguidores después de once años. La escena final entre Sam y Norm resumió perfectamente los sentimientos y las razones de la gente que seguía la serie, pero lógicamente no les voy a desvelar ninguna de las claves del mismo, excepto la reaparición de Diana después de seis años de ausencia del bar.

Podía haber sido peor y lo fue: En este caso los peores presagios de mi imaginación se cumplieron y Telecinco, el año pasado, perpetró un remake castizo de Cheers con Alberto San Juan en el sosías de Sam Malone y Antonio Resines en el de Frasier Crane que les puedo asegurar que es lo peor de lo peor que he visto en mi vida. La diferencia entre adaptación y plagio descarado se la saltaron a la torera desde el primer momento, (ese Blas en lugar de Norm procede de un brainstorming de alpacas) y el resultado podía ser calificado de arma de destrucción masiva con el peligro de ser acusados de crueldad excesiva en caso de obligarlo a ver a una persona privada de libertad. Como muestra un botón, jamás treinta segundos pueden ser tan explícitos sobre la ínfima calidad de una serie:

Cheers es una comedia realmente impresionante y de las más brillantes que hemos podido ver en televisión. Cada guión era una obra de relojería que encajaba todas las piezas de forma elegante y que, personalmente, me ha hecho pasar momentos inolvidables, por lo que espero que este pequeño recuerdo les haya hecho rememorar esta maravilla.

Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestras cuentas de twitter (@jefoce) y (@lmejino). Hasta la próxima.

Mikel Madinabeitia/ Lorenzo Mejino

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Sobre el autor

Series para gourmets nace con la pretensión de ayudar a personalizar su menú televisivo con el panorama mundial de series. Cada lunes hablaremos de series remotas ni estadounidenses ni británicas, no estrenadas en nuestro país. Cada miércoles de series actuales estrenadas aquí y los viernes recordamos series del pasado de la televisión

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