El Superagente 86 fue una serie que revolucionó las pantallas televisivas en la década de los 60 al proponer por primera vez un perfecto idiota como protagonista de una comedia, que mezclaba los dos personajes más famosos de la época: el espía ideal James Bond y el inepto Inspector Clouseau.
La serie parodiaba las películas de espías muy en boga en la época, con unas conspiraciones internacionales dignas del txoko de la esquina que resolvía el protagonista sin tener ni idea de cómo lo había hecho.
Además, la introducción de desternillantes artilugios tecnológicos como el zapatófono o la campana del silencio la convirtió en un gran éxito a escala mundial y a su personaje Maxwell Smart en un verdadero icono del absurdo televisivo.
Su recuerdo perdura en la memoria de muchos que pudimos ver la serie en su momento o en sus innumerables repeticiones o incluso en la película protagonizada por Steve Carell, por lo que tiene más que merecido su recuerdo en nuestro apartado nostálgico de los viernes, que vamos a iniciar con uno de los mejores títulos de crédito de la historia de la TV, con la música de Irving Szathmary y las puertas omnipresentes:
Ficha: El Superagente 86 (Get Smart), 138 episodios. Sep 1965-May 1970. NBC-CBS (USA)- TVE 1 (E).
Sinopsis: Maxwell Smart es un superagente de la organización secreta gubernamental Control que lucha contra el mal encarnado por la organización rival KAOS, una internacional de la maldad y la perversión.
El inicio: A mediados de la década de los 60, Mel Brooks que era un cómico y guionista conocido principalmente por su asociación con Carl Reiner como dúo humorístico, recibió el encargó de elaborar una comedia basada en un personaje tipo James Bond.
Brooks se asoció con otro joven talento Buck Henry (foto inferior) y decidieron hacer algo totalmente diferente y rompedor como era un inspector Clouseau en el traje de James Bond. La cadena ABC rechazó el piloto porque lo consideraba antiamericano y quiso rebajarlo con gaseosa, añadiendo un perro y la madre del agente parece hacerlo más asequible a su audiencia.
Brooks lo rechazó y lo vendió a la NBC, que le dio carta blanca y permitió el inicio de una carrera plagada de éxitos cinematográficos con posterioridad a la serie como ‘Sillas de Montar Calientes’, ‘El Jovencito Frankenstein’ y muchas otras películas paródicas de gran éxito en taquilla.
Su colega Buck Henry no le fue a la zaga y escribió el guión de la película ‘El Graduado’ y escribió y dirigió otro clásico como ‘El Cielo Puede esperar’, a partir de su reconocimiento en la serie.
La serie tuvo mucho éxito en su primera temporada, en especial entre los jóvenes que encontraban en el humor absurdo y surrealista de la serie un escape de las comedias de situaciones familiares tipo ‘I Love Lucy’, que poblaban la parrilla televisiva iniciando un mito que dura hasta nuestros días.
La trama: Maxwell Smart, conocido como el agente 86, es uno de los operativos más destacados de la organización secreta gubernamental Control y se ve obligado a resolver múltiples amenazas para la nación, canalizadas a través de la organización maligna KAOS, que tiene como objetivo hacer el mal en todo lugar y todo momento.
Los episodios empezaban con Maxwell Smart llegando a las oficinas de Control donde el ‘Jefe’ le encargaba la misión de la semana, siempre relacionada con alguna conspiración de algún agente de Kaos. En sus misiones Smart era ayudado por la agente ‘99’, bastante más lista que él pero siempre subordinada suya.
Smart, en el transcurso de la misión, siempre metía la pata innumerables veces pero acababa resolviendo la papeleta con unos golpes de suerte que ríanse ustedes de las flores de algunos entrenadores conocidos.
Como buena parodia de James Bond los aparatos tecnológicos tenían un papel importante en la misión, aunque no siempre funcionaban como sería deseable. Mi preferido era el cono del silencio, que utilizaban cuando debían mantener una conversación secreta, pero que siempre derivaba en desastre como pueden ver en el siguiente vídeo:
Otro artilugio que se hizo famoso fue el zapatófono, aunque en el siguiente vídeo pueden ver cómo era llevado al paroxismo con seis diferentes teléfonos escondidos en todo tipo de accesorios de uso cotidiano:
Sus conversaciones con su ´Jefe´ eran completamente surrealistas, consiguiendo desquiciarle la mayoría de las veces con sus intentos de seguir las reglas que siempre se volvían en su contra, como en el caso que quieren establecer una doble contraseña para salvaguardar información:
Los métodos de KAOS eran inescrutables y eran capaces de cualquier cosa, como clonar al jefe de Smart ante la perplejidad del mismo:
La serie tenía una estética claramente de los sesenta con minifaldas y colores chillones, lo que en nuestro país llamaron la época yeye, pero la serie era muy moderna en ese sentido y se mantenía en las ultimas tendencias tanto en la elegancia de dandy del agente 86 como, sobre todo, en los modelitos de la agente ‘99’, como pueden ver en este hilarante ejemplo de una misión por Argentina:
A pesar de tener sólo tres actores principales (‘86’, ‘99’ y el ‘Jefe’), había algunos agentes tanto amigos como enemigos que salían con cierta frecuencia como el gran Larrabee, que como era más inepto que ‘86’ le hacía subir de nivel.
La serie era puro Mel Brooks, sátira y parodia elevada al máximo, que aunque no tuviera lógica ni pies ni cabeza la mayoría de las veces era verdaderamente muy divertida y te permitía reírte a mandíbula batiente durante la escasa media hora que duraba la serie.
Me consta que a mucha gente semejante ineptitud y patosidad les ponía de los nervios y no soportaban sus astracanadas, pero a mí me encantaban precisamente por romper las convenciones establecidas al uso y sorprendernos continuamente con salidas de tono.
Es por ello que ‘El Superagente 86’ es parte primordial de mis primeros recuerdos televisivos, y me ha influenciado en mi querencia por el humor irreverente y absurdo del estilo del que veía en mi dosis semanal.
Con el paso del tiempo, la serie fue evolucionando en lo referente a la relación entre los agentes ’86’ y ‘99’, que después de iniciar una relación se casan y acaban teniendo un hijo dentro de la serie, pero el comportamiento patoso de ‘86’ no mejoró ni un ápice.
Los actores: Don Adams hizo el papel de su vida con el superagente ‘86’ y no consiguió desprenderse de él. Cuando consiguió el papel a los 42 años, su carrera había sido trabajar mucho y destacar poco, por lo que aferró a su oportunidad y la aprovechó al máximo.
Don Adams, fallecido en el 2005, mostró unas grandes dotes para la comedia física y sobre todo para soltar las chorradas más grandes con cara seria y sin inmutarse, creyendo que hacía lo correcto ante la desesperación de sus compañeros. Su personaje era el típico que no se enteraba de lo que pasaba a su alrededor y seguía sus propias reglas absurdas que no se sabe cómo le permitían resolver los casos.
Adams ganó tres años consecutivos el Emmy al mejor actor de comedia y siempre será recordado por ese papel, aunque posteriormente se dedicó sobre todo a hacer voces en dibujos animados, destacando la del Inspector Gadget con grandes similitudes con el Superagente 86.
Su compañera de trabajo era la agente ‘99’, interpretada por la exmodelo Bárbara Feldon, que era lo contrario a su compañero, lista y sofisticada, pero relegada a un papel de apoyo, probablemente por el machismo imperante.
Feldon creaba estilo con los modelos que lucía en cada capitulo y los mejores diseñadores se peleaban por cederlos a la serie para que Feldon los mostrara. Como hemos comentado finalmente se casó en la serie con su compañero y fue madre en la misma, introduciendo las patosidades de Smart como marido y padre en la serie.
Feldon no hizo nada con posterioridad, viviendo de las rentas de su papel hasta la fecha, retirada de la interpretación hace muchos años.
Para el papel del estoico ‘Jefe’ y sufridor de las meteduras de pata de su subordinada, el elegido fue Edward Platt, un reputado secundario de películas tan clásicas como ‘Rebelde sin Causa’ y ‘Con la muerte en los talones’.
Platt estaba magnífico como un jefe que debía contenerse todo el tiempo para no estrangular a ‘86’ por sus meteduras de pata. Desgraciadamente, en su vida privada las cosas no le fueron de color de rosa, y se suicidó en 1974 a los 58 años a causa de una depresión por problemas económicos.
Por último destacar al conocido Larrabee, el ayudante del ‘Jefe’, un inútil mayor que ‘86’, que ya era difícil. Lo interpretaba Robert Karvelas, el primo de Don Adams en la vida real y gran amigo suyo, que lo enchufó en la serie.
Karvelas era un actor penoso, pero como su papel era de un cenutrio integral le iba como anillo al dedo y la verdad es que uno se reía mucho con sus frases que hacían parecer a ‘86’ un Einstein cualquiera.
El final: A finales de la década de los 60 las películas de espías empezaron a decaer y, en consecuencia, la popularidad de la serie empezó a declinar. Al final de la cuarta temporada pasó de emitirse de la NBC a la CBS, pero no pudo remontar y fue cancelada al final de la quinta temporada.
El final de la serie fue un episodio cualquiera sin ninguna relevancia y, de hecho, la última escena que pueden ver a continuación no revela nada especial, excepto ver a Larrabee en su salsa:
Las secuelas: Como suele suceder con estas series originales que tuvieron gran fama, la tentación de hacer remakes y películas siempre estuvo presente y de hecho se hicieron dos películas de la serie inicial, hasta que en el año 1995 la cadena Fox decidió hacer un remake, con Don Adams y Barbara Feldon como padres de un nuevo superagente 86, interpretado por Andy Dick, dirigiendo ellos Control. En el vídeo pueden ver la introducción del remake:
La nueva serie era mala de solemnidad y fue cancelada de manera ignominiosa al emitirse únicamente siete capítulos de semejante bodrio.
Mejor suerte y mucha mejor calidad tuvo la adaptación cinematográfica de la serie en 2008, protagonizada por Steve Carell y Anne Hathaway en los papeles de ’86 ‘ y ‘99’. Carell era el actor idóneo para el papel y lo demuestra desde el principio y la verdad es que aunque no tuvo gran éxito de crítica, arrasó en las taquillas. A continuación, pueden ver el tráiler:
Como anécdota final les puedo explicar que conocí a una alta personalidad del deporte español que, durante una de las reemisiones de la serie en los años 80, daba órdenes estrictas a sus secretarias de no ser molestado bajo ningún concepto cuando emitían la serie a eso de las ocho de la tarde. Un día se enteró que compartíamos el mismo gusto por la serie y me invitó varias veces a verla en su despacho, tal era su nivel de fanatismo por Maxwell Smart y lo que es más importante, su necesidad de compartirlo con alguien.
El Superagente 86, una serie que marcó una época y que muchos de nosotros nos sonreímos de forma inconsciente cuando nos acordamos de ella. Por ello, espero que con muchos de los vídeos que hemos puesto en el artículo no hayan parado de sonreír recordando esas épocas pasadas de zapatófonos y conos de silencio, que ahora pueden parecer anacrónicos pero que forman parte de nuestro pasado televisivo.
Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestras cuentas de Twitter (@jefoce) y (@lmejino). Hasta la próxima.
Mikel Madinabeitia/ Lorenzo Mejino