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Lorenzo Mejino

Series para gourmets

THE OA: Ornitorrincos Arcangelicales

Un amigo arquitecto suizo bastante conocido me comentaba que antes de la crisis tenía una estrategia para determinados concursos públicos que era proponer algo enrevesado y difícil de entender a simple vista para llamar la atención del político de turno deseoso de dejar su huella en el urbanismo de su zona de influencia, que quedaba abducido ante unas formas y una estructura diferentes a las habituales y de las que no entendía casi nada.

Si llevamos esta estrategia  al terreno audiovisual, la recientemente emitida “The OA” es el mejor ejemplo de esta forma de trabajar, proponer algo confuso, enrevesado e ininteligible, para llamar la atención de aquellas  personas que se obsesionan de forma directamente proporcional a lo incomprensible de la propuesta, intrigándolos e invitándolos a elaborar todo tipo de teorías para intentar explicar lo que acaban de ver, para expresarlas en los foros de las redes sociales.

Es una serie muy difícil de clasificar, porque tras verla entera, mi sensación ha sido similar a esos pasatiempos en que nos daban una hoja en blanco con una serie de puntos fijos que podíamos unir como quisiéramos, con resultados diferentes para cada persona y que en mi caso mi unión se resume perfectamente en el titular críptico  del articulo, elaborado bajo los mismos términos de lógica de la serie

Ficha: The OA 8+ episodios.   Dec 2016–. Cadena: Netflix (USA)- Netflix (E)

Sinopsis:  Prairie Johnson es una joven adoptada que reaparece en su pueblo natal tras haber estado desaparecida durante siete años. Su aspecto es completamente diferente al previo a su desaparición, sobre todo porque ha recobrado la vista que había perdido de pequeña, ademas de tener unas extrañas cicatrices en su espalda y dice llamarse “La Oa”.

Su inesperada vuelta provoca todo tipo de preguntas y de dificultades para volver a integrarse en su entorno familiar y a su nueva condición de vidente, pero sobre todo por reunir un grupo de cinco personas dispares y completamente diferentes, a los que quiere explicar su odisea en una casa abandonada, con un objetivo desconocido para todos.

El inicio: Brit Marling y Zaj Batmanglij son una actriz y un director  de las esferas de cine “indie” que han colaborado muy estrechamente desde sus tiempos de estudiantes en la Universidad de Georgetown, junto con Mike Cahill ( I Origins), la tercera pata de ese trío creativo que se repartieron las tareas de escritura y dirección de diversas películas independientes a principios de esta década.

La idea del proyecto nació del encuentro de Brit Marling con una persona en una fiesta que decía haber tenido una experiencia rayando la muerte para resucitar en el último momento. Con esta idea inicial, ella y Batmanglij empezaron a diseñar la historia centrada en la recuperación de una persona que ha sufrido un enorme trauma y regresa de un suceso como la casi muerte y como le afecta a ella y a todo su entorno

Tras tres años de desarrollo entre otros proyectos empezaron su peregrinación por diferentes productoras, que rechazaban de forma directa su propuesta, hasta que finalmente su visión convenció a las productoras de Brad Pitt, Plan B (12 Years a Slave, Selma) y a la de Michael Sugar, Anonimous Content ( True Detective, Mr Robot, The Knick, Quarry).

Con el apoyo de estos pesos pesados de la industria, se inició una verdadera guerra para hacerse con los derechos, llevándose el gato al agua Netflix, que estaba encantado con el tono tan serielizado de la propuesta, ideal para tener enganchados a sus suscriptores durante varias horas.

A partir del momento de la aprobación de la serie, la estrategia de Netflix fue completamente diferente al resto de sus series, manteniendo un silencio absoluto sobre el rodaje, sin inundarnos con notas de prensa anunciándonos la contratación de actores para papeles de dos frases o similares.

Por eso la sorpresa surgió cuando a principios de Diciembre anunció de repente el estreno de la serie dentro de una semana con un trailer tan enigmático como el siguiente.

Su recepción es la que en términos taurinos se denomina división de opiniones, obligando a muchos críticos a rehacer sus listas de lo mejor y lo peor del año, dependiendo de lo que les hubiera parecido, aunque con cierta tendencia hacia lo negativo.

La trama: “The OA” tiene una estructura desarrollada en dos planos temporales principales, el actual que se desarrolla desde el momento de su reaparición en el pueblo y sus acciones posteriores y el del pasado en el que explica su odisea personal a sus cinco personas elegidas desde su mas tierna infancia hasta su vuelta al mundo real, como si fuera una historia frente a la hoguera.

La trama está compuesta de diversos elementos principales que por separado no es que sean muy originales, empezando por el tema de las experiencias cercanas a la muerte, tratado en películas como “Flatliners” o mas recientemente en series como “Proof” de Jennifer Beals.

Series de hace muy poco como “Thirteen” o “The Family” han tratado la vuelta de un ser querido tras años de desaparición y los elementos mas fantásticos son claramente deudores de la atmósfera de “Expediente X”, junto con las charlas nocturnas inspiradas en “GooseBumps”.

Lo que nadie había hecho hasta el momento era mezclar todos esos temas en forma de aluvión, con el único toque original de incluir como parte básica de la trama, una serie de movimientos espasmódicos extraídos de una clase de Body Balance de un gimnasio pijo

En este caso al ser una serie tan corta, prefiero no darles muchos mas detalles de lo que sucede mas allá de estas generalidades, para que puedan verla y sorprenderse o indignarse con las cosas que van saliendo en la pantalla, aunque si les puedo avanzar que su nivel de pretendida transgresión les lleva a colocar los títulos de crédito iniciales a diez minutos del final, del larguísimo episodio piloto.

Tengo que reconocer que al principio la serie me tenía intrigado para saber en que dirección querían avanzar la trama que está bastante bien planteada en su primera media hora, cuando empieza a fichar a las personas que busca integrar en su grupo tan especial, como pueden ver en esta conversación de Prairie con una profesora de la escuela.

Pero en cuanto empezaron las explicaciones exhaustivas en la casa abandonada y a conocer la historia previa de Prairie, el ritmo aletargado y los escasos estímulos que me llegaban de la pantalla, consiguieron que mi interés se fuera desvaneciendo a pasos agigantados, al atascarse hasta el final del quinto episodio que es cuando por fin pasa algo medianamente interesante.

Siempre me han gustado mucho las series de misterios y conspiraciones, pero no tanto para elaborar mis propias teorías sobre lo que va a pasar, sino para dejarme llevar y sorprender por las decisiones de guionistas y creadores sean las que sean.

Por ello “The OA”, sin considerarla un desastre, me ha decepcionado bastante, al considerar que el principal entretenimiento es hacer elucubrar al espectador para que se invente mil y una teorías sobre lo que está viendo a un ritmo cansino, tirando la piedra y escondiendo la mano y siendo lo mas ambiguo posible para alimentar todas las posibilidades habidas y por haber.

Esa falta de valentía al afrontar una historia con muchas posibilidades es precisamente el efecto contrario al que busco en una serie de estas características, con un episodio final que es básicamente un compendio de todos los problemas que presenta la serie, intentando asegurarse una 2T, para seguir mareando la perdiz .

Los actores: Brit Marling es una de las últimas en la larga lista de musas del cine independiente, tanto a nivel de escritura como de actriz, siendo una de las regulares en el palmares del festival de Sundance, estos últimos años, pero no he podido ver ninguna de sus películas. En cambio me convenció bastante en su estreno televisivo como protagonista en la serie “Babylon”, un policíaco muy original creado por otro peso pesado cinematográfico Danny Boyle.

Aquí me ha gustado bastante menos que en Babylon, donde mostraba un rango de emociones infinitamente superior a su OA, con una cara continua de cervatillo desvalido con una supuesta gran intensidad emocional, que no me transmitía nada mas que indiferencia.

Jason Isaacs es un gran actor como ha demostrado en numerosas ocasiones desde su gran “Case Stories” en su Inglaterra natal hasta su aparición en series malditas como “Awake” o “Broterhood”, pero que considero que ha estado muy desaprovechado en el papel del villano de la serie.

Verlo delante de unas pantallas o haciendo experimentos en solitario era una perdida de tiempo, en cuanto lo comparábamos con las partes que interactuaba con Brit Marling, que era lo mejor de la serie y su evolución como personaje es para correr un tupido velo y ser piadoso con lo que le ha tocado en suerte.

Poner a dos actores veteranos y solventes como Scott Wilson y Alice Krige como padres adoptivos de Prairie, por lo menos me aseguraba un cierto solaz al ver a dos profesionales como la copa de un pino, defender sus propias contradicciones internas frente al trauma que ha sufrido su hija.

Wilson tiene una larguísima carrera como secundario, aunque a la mayoría solo les suena por el Herschel de “The Walking Dead”, papel que le ha hecho mas popular que el resto de su carrera junta. La sudafricana Krige es conocida principalmente por su papel recurrente de la reina Borg, en la franquicia de Star Trek, pero ha aparecido en innumerables películas y series, siempre en papeles secundarios, como recientemente en Tyrant.

No voy a realizar ningún comentario sobre los jóvenes actores secundarios que aparecen en la serie, muchos de ellos en su primer papel en las pantallas, excepto mencionar que no ha habido ninguno que me haya hecho buscar su nombre, prueba inequívoca de mi falta de interés en su trabajo, como sucede con el olvidable papel de Paz Vega, muy reducido, que por lo menos ha aprovechado para pegarse un viajecito a Cuba.

Final : Como suelo indicar en estos casos, si la premisa les resulta atrayente y disfrutan con las series de tramas complejas y aparantemente complicadas de resolver,  no lo duden y hagan la prueba de ver el piloto, van a ver muy rápido si va con ustedes o no.

En caso positivo van a poder obsesionarse de lo lindo y luego compartir sus inquietudes y teorías en el gran numero de foros que discuten hasta el mas nimio detalle de lo que han visto  y me consta y admiro  que para muchas personas  sea un importante aliciente para disfrutar una serie, pero desgraciadamente no es mi caso.

Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestra cuenta de twitter (@lmejino). Hasta la próxima

Lorenzo Mejino

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Sobre el autor

Series para gourmets nace con la pretensión de ayudar a personalizar su menú televisivo con el panorama mundial de series. Cada lunes hablaremos de series remotas ni estadounidenses ni británicas, no estrenadas en nuestro país. Cada miércoles de series actuales estrenadas aquí y los viernes recordamos series del pasado de la televisión

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