Uno de los aspectos mas envidiables de la cultura inglesa es la gran admiración que despiertan sus mejores guionistas televisivos, que son conocidos y reconocidos tanto a nivel popular como a nivel de la realeza que no duda en condecorarlos con títulos como agradecimiento a la aportación a la cultura de su país.
Stephen Poliakoff pertenece a esa reducida élite de dramaturgos condecorados, que han dejado su huella tanto en cine, como en teatro y sobre todo en televisión, donde goza de una total libertad por parte de la BBC para escribir y dirigir sus propios proyectos.
Muy poco conocido fuera de las islas británicas, creemos que ha llegado el momento de presentárselo como se merece, mediante el análisis de una soberbia miniserie que Poliakoff estrenó en 2013 “Dancing on the Edge”, una maravillosa idea tremendamente original que llegó a ser nominada y premiada en los Globos de Oro de ese año en el apartado de miniseries, con un impresionante reparto.
En nuestro país se ha podido ver de tapadillo en el catalogo de la voluntariosa empresa local Filmin, que solo por traer esta joya, ya se merece nuestro reconocimiento eterno, aunque según me han comentado ya no la tienen en su catálogo.
Ficha: Dancing on the Edge 5 episodios + 1 epilogo especial. 60/90 min Feb 2013- Mar 2013 Cadena: BBC2(UK) – Filmin (E)
Sinopsis: Stanley Mitchell, el joven y entusiasta editor de la revista Musical Express, descubre en un tugurio londinense a una banda de músicos negros americanos, dirigidos por un negro británico Louis Lester que tocan principalmente jazz y swing siguiendo las últimas tendencias musicales estadounidenses.
Gracias a la persistencia y los contactos de Mitchell, la banda decide buscar una cantante femenina, que acaban siendo dos, para conseguir ser contratados como la banda residente del lujoso Imperial Hotel, para amenizar las meriendas, cenas y las veladas de la alta sociedad inglesa que se reúne habitualmente en sus salones.
Tras vencer una ciertas reticencias iniciales por el tipo de música y el color de su piel, su fama empieza a subir como la espuma, gracias a sus poderosos padrinos que incluyen la realeza británica, hasta que un grave contratiempo pone todo en peligro.
El inicio: Stephen Poliakoff es uno de los guionistas actuales mas prestigiosos de la escena británica, digno sucesor del genio que fue Dennis Potter y que consigue atraer toda la atención del publico sobre cualquiera de sus nuevos proyectos que son casi trabajos unipersonales en lo que hace referencia a escritura, dirección y montaje.
La fama de Poliakoff le ha venido sobre todo por sus películas televisivas entre las que destacaron “Perfect Strangers”, “La hija de Gideon” y sobre todo “The Lost Prince” que ganó el Emmy en esta categoría en 2003, con una gran historia sobre el príncipe John, un hijo del rey Jorge V, que murió a los trece años de edad, catapultando a un desconocido Tom Hollander a la fama por su papel como el rey Jorge V.
Mientras estaba investigando la época en que se desarrollaba esta serie, los años treinta tras la gran depresión, Poliakoff descubrió una interesante relación entre la familia real inglesa y por añadidura su corte de aduladores con las bandas pioneras de jazz negro que tocaban en Londres y empezó a pensar que tenía material para una buena historia.
La idea la dejo en un cajón durante bastante tiempo hasta que empezó a trabajar en el desarrollo de la serie tras una conversación con la BBC que le hizo un encargo firme de una miniserie para emitir por la BBC2, a pesar de que el autor hubiera preferido la BBC1 por ser la mas popular de la corporación pública británica.
Su estreno vino precedido de una enorme expectación, con una estrategia publicitaria que intentaba venderla como un “Downton Abbey” con músicos negros en lugar de criados,como otro reflejo de los contrastes entre las clases dominantes y la realeza en sus relaciones con el pueblo llano y humilde, con los negros pobres en el último lugar de la escala social.
La crítica la recibió con los brazos abiertos y las audiencias fueran bastantes importantes para la BBC2 y muy constantes durante toda su emisión, tras ver el siguiente trailer de promoción.
La trama: El origen judío de Stephen Poliakoff y la discriminación que sufrió por esa causa durante su juventud en diferentes internados británicos, es una constante que se repite en casi toda su obra, pero por primera vez la lleva al terreno racial en lugar del religioso que es en el que había transitado hasta el momento.
La historia se explica a partir de los dos personajes centrales, el negro de origen jamaicano Louis Lester, como líder de la banda de músicos de color y el joven periodista Stanley Mitchell, como enlace con la alta sociedad de los años treinta.
Ambos personajes se conocen de forma fortuita y son conscientes de que si colaboran pueden extraer un gran beneficio mutuo de su trabajo en equipo, aumentando la tirada de su revista musical el periodista y consiguiendo mejores contratos para tocar en mejores y más prestigiosos lugares por parte del músico.
La primera parte de la miniserie se centra en la consolidación de la Louis Lester Band, con la inestimable ayuda de su amigo periodista que les consigue contratos y contactos al mas alto nivel, que no desaprovecha la banda convenciendo a cualquier escéptico que se les ponga por delante con actuaciones como la siguiente
A pesar de todo, el racismo evidente y latente era una gran barrera para que la banda llegara al gran público, aunque los propios músicos eran conscientes de que a pesar de ser considerados ciudadanos de segunda clase, ganaban dinero haciendo lo que mejor sabían hacer y tenían un prestigio cada vez mayor entre la sociedad londinense que les contrataba para tocar en sus veladas y fiestas en todo tipo de locales, gracias a la calidad de sus dos vocalistas magníficamente interpretadas por Angel Coulby ( der) y Wunmi Mosaku ( izq)
El punto de inflexión para la banda, llega cuando el príncipe Jorge se convierte en el mas rendido admirador de esa nueva música que llegaba de esa banda negra de jazz, en parte por el snobismo de tener que estar a la última y en parte por la transgresión que suponía para algunos de la familia real y sus amigos, codearse con artistas de color para escándalo de las mentes mas puritanas y conservadoras ( piensen en la cara de Lady Grantham en una situación similar). El siguiente vídeo es una muestra de la admiración del príncipe heredero hacia la Louis Lester Band.
La segunda parte de la historia empieza a partir de un suceso importante que cambia la percepción de la sociedad blanca hacia los músicos de color, convirtiéndose todos los elogios y adulaciones hacia sus nuevos ídolos, en desprecio y discriminación como si se hubieran cansado de su nuevo juguete y buscaran otro nuevo, lo que no deja de ser una manera de demostrar lo que realmente piensan sin poses estereotipadas para disimular su indiscutible rechazo a todo lo negro.
La historia es realmente interesante porque describe a la perfección la época de entreguerras, a principios de los años treinta, con la despreocupación inherente a la alta sociedad que había sobrevivido a la crisis del 29 sin demasiadas perdidas y disponía de abundante dinero para pasárselo en grande, antes que llegara la segunda contienda mundial, aunque se empieza a atisbar en el horizonte la llegada del nazismo en Alemania.
El grupo de amigos extremadamente heterogéneo, estructurado en torno a las dos figuras principales, compuesto de músicos y aristócratas a partes iguales está pasando el mejor tiempo de su vida y no les duelen prendas en demostrarlo a cualquier ocasión antes de que lleguen las vacas flacas, como en este nuevo video donde podemos ver la calidad musical de la propuesta.
“Dancing in the Edge” es una miniserie excelente con un reparto de lujo que cumple a la perfección con una historia original y muy poco habitual en nuestras pantallas, pero que a pesar de estar ambientada en los años treinta, muchos comportamientos y actitudes son perfectamente aplicables a nuestra situación actual, solo viendo el racismo y el auge del neonazismo que no es muy diferente al de hace ochenta años que reproduce la serie.
En su momento me cautivó desde el primer episodio con una narrativa valiente que llama a las cosas por su nombre, dejando de un lado la corrección política con un grupo de personas que solo intentan sobrevivir hasta su caída en desgracia, por las mismas causas ajenas a su voluntad por las que han subido a la fama.
Un aspecto muy interesante de la época es mostrar a la perfección el inicio de la cultura popular, gracias a la expansión de la radio, que empezaba a llegar a las casas de muchas personas que posteriormente compraban discos o revistas que hablaban de sus artistas favoritos, ensanchando su público mas allá de las élites que copaban todas las tendencias culturales hasta la aparición de la radio y posteriormente la televisión.
Ese magnifico retrato de una época y personajes con muchas cosas que explicar y que contar es lo que hace de “Dancing on the Edge” una maravillosa miniserie, absolutamente recomendable para todos aquellos de ustedes que disfrutan con los productos que nos llegan de las Islas Británicas, porque en este caso pertenece a esa élite junto a esas miniseries que todos conocemos a la perfección y que seguro les han venido ahora a la cabeza.
Los actores:
Si han visto de pasada las fotos que ilustran el articulo, estoy seguro que les habrán llamado y mucho la atención, los actores que intervenían en esta serie, algunos bastante conocidos antes de la miniserie y otros que precisamente la han aprovechado como rampa inicial de lanzamiento de sus magnificas carreras actuales.
El maravilloso dúo protagonista lo componen Chiwetel Ejiofor como el músico Louie Lester y Matthew Goode como el periodista Stanley Mitchell, que nos llevan de su mano por toda la trama, lo que incluye unas maravillosas conversaciones entre ambos llenas de ironía, medías verdades y dobles sentidos como reflejo de la gran amistad y respeto mutuo que se profesan desde el momento en que se conocieron.
Chiwetel Ejiofor ( der) es junto a Lenny James y Idris Elba el actor británico de color mas popular y al que le caen los mejores papeles con una carrera que empezó muy joven a las ordenes de Steven Spielberg en “Amistad” y que consolidó con un gran protagonista en la miniserie “The Shadow Line”. 2013 fue el año de su explosión gracias a este Louie Lester, pero sobre todo a su esclavo Northup en “Doce años de Esclavitud”, que le permitió irse a vivir a Hollywood para enlazar una tras otra película taquillera como “The Martian” o “Doctor Strange”.
Matthew Goode tenía una carrera interesante en la que alternaba cine y televisión con películas como “Watchmen” o el remake de “Brideshead Revisited” pero que no terminaba de despegar hasta su Stanley Mitchell, que le ascendió al primer nivel de actores con trabajos televisivos fijos en grandes series como “Downton Abbey” o “The Good Wife” con papeles que mis amigas denominan achuchable, aunque no le duelen prendas para salir en anuncios chocolateros si la ocasión se tercia y la paga es buena.
En el lado de los adinerados y acaudalados miembros de la alta sociedad que frecuentaban los salones del hotel Imperial, nada mejor que tener dos grandes actores como John Goodman y Anthony Head, como un misterioso y opaco millonario norteamericano Mr Masterson y Arthur Donaldson un empresario financiero británico de gran éxito, respectivamente. Su presencia es toda una garantía en cualquier escena en la que salgan y siempre es un verdadero placer verlos en acción en especial a John Goodman, que es capaz de interpretar cualquier papel en cualquier rango desde la comedia en su gran éxito “Roseanne” hasta papeles tan dramáticos como en “Damages”, “Tremé” o en cualquier película de los hermanos Coen
Anthony Head ha tenido una larguísima carrera, pero casi todo el mundo le recuerda de forma casi exclusiva por su papel como Rupert Giles en la venerada “Buffy, la cazavampiros”, personaje que no se ha conseguido sacudir a nivel popular, aunque cuando lo vean aquí, igual se lo empiezan a plantear. Su carrera ha sido irregular tras este papel, apareciendo últimamente en unas series tan horripilantes como “Dominion” o “Guilt” aunque en esta última como descargo hay que decir que era en apoyo de los inicios de su hija que era la protagonista.
A un nivel parecido se encuentra Jacqueline Bisset, una de las actrices con mas clase de las últimas décadas, en esta ocasión como la viuda Lady Cremone, que descubre en la música su verdadera pasión para seguir viviendo tras las desgracias que le han pasado en su vida. Bisset está magnifica en un papel ideal para su elegancia natural y que le valió el Globo de Oro a la mejor actriz secundaria en miniserie el año 2013
Bisset debutó en el cine hace cincuenta años y con Roman Polanski en “Cul-de-Sac” y no ha parado de trabajar principalmente en el cine apareciendo en grandes clásicos como “Bullit”, “Ricas y famosas” o “Class”.
En el capitulo de jóvenes promesas que despuntaron tenemos a Janet Montgomery y Tom Hughes, como la fotógrafa Sarah Parker hija de un exiliado soviético tras la revolución y como Julian Luscombe un carismático joven que trabaja como ayudante del millonario Masterson. Montgomery decidió emigrar pronto a los EEUU en busca de mejores oportunidades laborales trabajando como secundaria en series como “Human Target” o “Entourage” hasta que llegó protagonizar una serie “ Made in Jersey”, que no llegó ni a Navidades.
Tras esa serie consiguió llamar la atención de Poliakoff que le dio el papel mas importante de su vida, porque luego ha vuelto a trabajar en series de poca monta como “Salem” que por lo menos le han abierto la puerta para “This is Us”, una de las sensaciones de la temporada.
Tom Hughes fue todo un descubrimiento en esta serie, en la que casi debutaba tras un pequeño papel en “Silk” y el joven actor utilizó las enormes posibilidades de lucimiento de uno de los personajes centrales de la trama, para protagonizar posteriormente la miniserie de espías “The Game” y aparecer en la actualidad como el príncipe Alberto en la serie “Victoria” como rey consorte de la reina que interpreta Jenna Coleman.
Curiosamente Coleman también aparece en esta serie como la ayudante del periodista en un papel pequeño, pero que le permitió ascender a ser una popular ayudante en Doctor Who y en la actualidad a su papel mas importante como la reina Victoria, convirtiéndose en un personaje tan popular que incluso han realizado un vídeo con su actuación en “Dancing on The Edge”, que pueden ver a continuación
Final:
La serie cierra sus historias con el quinto episodio, pero como gran innovación el genio de Stephen Poliakoff se sacó de la manga un episodio especial de una hora de duración, llamado “Interviewing Louie”, que consiste en una serie de entrevistas que realiza el periodista musical a diferentes miembros de la banda ,con una especial dedicación hacia la figura de Louie Lester.
Este inteligente artificio sirve principalmente para proporcionarnos mucha información del pasado de Louie y de las dos cantantes que no había sido revelado en la miniserie, completando de esta forma tan elegante el desarrollo de los personajes añadiendo en el tramo final un pequeño misterio a través de un personaje que enlaza con una de las tramas secundarias de la miniserie y que podía haber dado a una posible 2T que nunca se llegó a materializar por falta de interés del propio autor.
Si tras todo lo que he escrito no he conseguido interesarles para que puedan invertir unas escasas siete horas de su vida televisiva para adentrarse en una historia fascinante que demuestra que el talento televisivo abunda en Inglaterra, no he cumplido mi objetivo de llamarles la atención sobre joyas televisivas que han pasado mucho mas desapercibidas de lo que merecen, espero no haberles fallado.
Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestra cuenta de twitter (@lmejino). Hasta la próxima
Lorenzo Mejino