El análisis en profundidad de sucesos trágicos recientes es uno de los subgéneros audiovisuales que suele atraer a muchos de los mejores talentos de Hollywood, por esa voluntad de dar su propia versión sobre unos hechos históricos impactantes, como pueden ser el asesinato de Kennedy, el caso Watergate o en el caso de ‘The Looming Tower’ los atentados del 11 de Septiembre de 2001 que derribaron las torres gemelas de Nueva York.
‘The Looming Tower’ disecciona la actuación de las agencias gubernamentales encargadas de la seguridad de los EEUU los años anteriores a los atentados, para buscar errores y apuntar responsables con un estilo a medio camino entre el documental dramatizado y la ficción pura y dura, mezclando personajes reales con otros ficticios, en búsqueda de una expiación de la sociedad a través de apuntar a los culpables de esa falta de prevención y control.
‘The Looming Tower’ es una de esas series que hará las delicias de los amantes de las series de espionaje en la retaguardia como ‘Rubicon’ o la francesa ‘Oficina de Infiltrados’, donde el análisis y la interpretación correcta de la multitud de datos que recopilan esas agencias es mucho más importante que la acción o el trabajo sobre el campo, aunque en mi caso me ha dejado algo más frio por las razones que explicaremos a continuidad, todo y ser una serie muy interesante.
Ficha: The Looming Tower 10 episodios. 50 m Feb 2018- Abr 2018 Hulu (USA)- Amazon (E)
Sinopsis:
La llegada del agente de origen libanés Ali Soufan a la unidad contraterrorista del FBI a finales del siglo XX, permite a su director Jim O’Neill estrechar el cerco sobre Osama Bin-Laden al que consideran la persona que se encuentra detrás de la ola de terrorismo islámico mundial de esa época y el enemigo público numero 1.
La tarea de la lucha contraterrorista se ve obstaculizada por las querellas internas competenciales entre la CIA y el FBI, en especial a lo que hace referencia a compartir y cruzar informaciones que pueden ser relevantes para la lucha antiterrorista, esa falta de colaboración tuvo como consecuencia ser cogidos por sorpresa por los atentados del 11-S, con las trágicas consecuencias que todos conocemos.
El inicio: Lawrence Wright es un prestigioso periodista estadounidense que ha desarrollado casi toda su carrera en ‘The New Yorker’ que iba alternando con la escritura de libros de investigación periodística sobre sucesos acaecidos en su país. Su consagración llegó en 2006 con la publicación de su aclamado libro ‘The Looming Tower’ que le valió el premio Pulitzer ese mismo año, con muchas ofertas para adaptar la historia al cine o la televisión.
Wright renunció en principio a vender sus derechos, pero cuando apareció el libro de Ali Soufan que explicaba los mismos hechos desde su propia perspectiva interna de agente del FBI, creyó interesante aunar sus fuerzas para vender el proyecto de forma más o menos conjunta.
Ambos contactaron con el gran documentalista Alex Gibney, con el que Wright había colaborado en la adaptación de dos de sus libros para la HBO, como la persona ideal para enfocar el proyecto y su posible adaptación audiovisual con Wright ( izq) y Gibney ( cent) como productores ejecutivos y Soufan como consultor.
El siguiente paso fue encontrar a un showrunner en el que pudieran confiar para dejarle llevar todo el proyecto y el elegido fue Dan Futterman ( der), un actor bastante mediocre (Judging Amy) durante el siglo XX, que vio la luz al pasarse a la escritura, revelándose como un buen guionista en películas como ‘Capote’ o ‘Foxcatcher’.
Futterman convenció a los creadores al proponerles expandir la importancia del personaje del agente Ali Soufan como un musulmán que quiere rescatar a su religión de la gente que se la ha apropiado para sus propios intereses sembrando el terror por doquier para dar otro punto de vista del conflicto que no fuera el generalista estadounidense.
La siguiente fase fue la venta del proyecto que empezaron por los sospechosos habituales, HBO, Amazon y Netflix, yendo a Hulu por mera cortesía y para cubrir todas las bases. Para su sorpresa Hulu fue la que estuvo más entusiasmada por el proyecto desde el principio, con la mejor oferta tanto a nivel de presupuesto como de libertad creativa, ademas de hacerles el encargo directo de la miniserie completa en ese mismo instante.
El rodaje se hizo por medio mundo con Sudáfrica y Marruecos como las bases para reproducir las escenas en el mundo islámico y su estreno se realizó en pleno invierno de este año con el siguiente trailer promocional.
La trama: ‘The Looming Tower’ no empieza con el recurso fácil que habrían seguido muchos guionistas que es mostrar imágenes de los atentados del 11-S para luego ir hacia atrás en el tiempo para reconstruir los hechos hasta llegar a esa situación.
En su lugar prefiere que sean dos personajes, nuestros guías cronológicos por esos cuatro años anteriores a los atentados para poder conocer todos los pormenores internos de las dos agencias, la CIA y el FBI, que tenían que haberlo evitado y fallaron de forma miserable.
Esos dos personajes son Jim O’Neill el director de la unidad antiterrorista del FBI y Ali Soufan un agente de origen libanés, al que hace su protegido y su persona de confianza poco después de su llegada a la unidad.
La historia se inicia poco antes de los salvajes atentados en las embajadas estadounidenses de Kenia y Tanzania que causaron centenares de muertos y que pusieron la cara de Osama Bin-Laden en la diana de todos los gobiernos mundiales.
Pronto la miniserie se centra en el conflicto principal que tenían las dos agencias gubernamentales sobre la gestión de la información necesaria para poder actuar en consecuencia. Dicha gestión consiste en primer lugar en obtener y recopilar toda la información sobre posibles sospechosos, cribarla y seleccionar los datos más relevantes y por último compartirla con sus aliados para confirmar o refutar esas posibles amenazas.
La miniserie no tarda mucho tiempo en cargar las culpas sobre la CIA por su tendencia a funcionar como organismo estanco, sin compartir mucha de su información recopilada en el extranjero con la gente del FBI, para que estos estuvieran sobre aviso de peligros potenciales interiores de procedencia exterior.
Esa falta de coordinación por no llamarla animadversión entre sus responsables, queda establecida en todo momento como el mayor error del gobierno de los EEUU . El único momento en que abandonan la cronología temporal para dar un paso adelante, es para mostrarnos unas comparecencias parlamentarias posteriores a los atentados para poner en evidencia los fallos cometidos de boca de sus responsables, como explican sus creadores en el siguiente vídeo
La elevada carga política de toda la miniserie solo se ve aligerada con las historias personales de los dos protagonistas, en especial con la azarosa vida personal de Jim O’Neill, mujeriego impenitente y malgastador compulsivo que permite un cierto alivio a la trama de espionaje, aunque a brochazos gordos y sin entrar demasiado en sus razones, quedándose en las consecuencias que tiene para su trabajo.
La trama personal de Ali Soufan no es mucho mejor, con sus intentos de establecer una relación personal con una maestra en una trama completamente de relleno, que si no estuviera, nadie se habría percatado por lo insustancial de la misma.
Otro problema es la unidimensionalidad de muchos de los personajes secundarios que tienen un objetivo concreto en el desarrollo de la historia, saliendo por la puerta falsa o desapareciendo de la escena una vez cumplida su misión, con una acentuada división entre buenos y malos, a la que un poco más de matices no le habría venido mal.
Por suerte la trama central es lo suficientemente potente para sostener toda la serie, con el añadido de estar basada en hechos reales que vamos descubriendo en los diferentes hitos parciales históricos que sirven de puntos de inflexión en la investigación, por lo que su interés es innegable desde el punto de vista político-histórico.
‘The Looming Tower’ me ha dejado algo desconcertado en el momento de hacer su valoración global, ya que al lado de una gran historia con dos protagonistas muy interesantes, en especial el agente musulmán, me encontraba con tramas y personajes de relleno completamente prescindibles que perjudicaban el ritmo de la serie al estorbar más que aportar a la historia fundamental de la misma.
En general me ha gustado bastante, pero esas salvedades que he comentado me impiden compartir el entusiasmo que muchas personas suelen tener con este tipo de productos de conspiraciones políticas, Tampoco me ayuda ese concepto subyacente de ‘ Todo lo que no te habían explicado nunca sobre…’ con la presunción de que esa versión es la verdadera y hasta entonces nos habían ocultado la verdad, como explicaban en el siguiente video de la cadena publica PBS
De todas formas, ‘The Looming Tower’ es una serie que por su temática patriótica y por la fama de algunos de sus actores, podría haber aspirado a muchas nominaciones importantes en los Emmy de este verano, pero finalmente solo ha conseguido la de Jeff Daniels.
Los actores: Jeff Daniels lleva casi cuatro décadas como una estrella importante en Hollywood, nunca en la primera fila de famoseo, pero siempre demostrando su solvencia desde su despegue con películas como ‘La Fuerza del Cariño’ o ‘La Rosa Purpura del Cairo’. Con el paso del tiempo ha ido demostrando una gran versatilidad, destacando incluso en papeles de comedía bufa y pasada de rosca como en ‘Dos tontos muy tontos’ .
Tras una carrera casi exclusiva en el cine, dio el paso a la televisión de la mano de Aaron Sorkin protagonizando la irregular ‘The Newsroom’, pero donde Daniels destacaba sobre todos, lo que le valió el Emmy al mejor actor en 2013.
Daniels es una gran elección para el protagonista Jim O’Neill, porque ese tono socarrón que puede dar de forma natural a sus personajes es el ideal para un personaje que es mucho mejor profesional que persona, pero que no duda en enfrentarse con la ironía y el sarcasmo a sus enemigos internos dentro del gobierno estadounidense.
La gran revelación de la serie ha sido el actor francés de origen tunecino Tahar Rahim que da vida al agente Ali Soufan un musulmán profundamente creyente que lucha contra las personas que quieren convertir su religión en un arma militar propagando el odio contra las creencias que el considera que suponen los valores del Islam.
Encontrarse en medio de ambas sociedades le genera muchos inconvenientes en ambos bandos al no ser plenamente aceptado por ninguno de ellos y Rahim consigue transmitir a la perfección esa discriminación y desconfianza que tiene que sufrir en todos los ámbitos de su vida.
Rahim ha desarrollado casi toda su carrera en Francia, donde se destapó como un gran actor en 2009 con su fabulosa interpretación de un delincuente corso-argelino en el drama carcelario ‘Un profeta’ que arrasó en Cannes y en los premios Cesar . Tras una incursión en la fallida ‘The Last Panthers’, su elección vino dada cuando los creadores le vieron en ‘Un Profeta’ e inmediatamente preguntaron si hablaba inglés porque era el actor perfecto para el papel.
Por suerte Rahim tiene un gran oído para los idiomas ( le he escuchado incluso hablar gaélico en una película) y su impecable ingles le ha abierto las puertas de par en par para seguir trabajando en series estadounidenses con su gran actuación.
La estirpe de los actores camaleónicos que cambian completamente de fisonomía en todos sus personajes tiene dos de sus mejores exponentes en Peter Sarsgaard y Michael Stuhlbarg dos enormes secundarios que interpretan respectivamente a Martin Schmidt, el jefe antiterrorista de la CIA y a Michael Clarke el responsable de coordinación antiterrorista de la Agencia de Seguridad Nacional.
Ambos se presentan como los principales responsables de la descoordinación reinante entre las agencias y como cabezas de turco para el espectador.
Sarsgaard se mimetiza tanto en todos sus papeles que se hace difícil reconocerlo, pero esa capacidad le permite trabajar en todo tipo de películas al no poder encasillarle en ningún tipo de personaje, saliendo tanto en películas de superhéroes como ‘Green Lantern’ como en ‘Blue Jasmine’ de Woody Allen, pero seguro que sigue yendo por la calle sin que nadie le reconozca.
Michael Stuhlbarg es un caso similar y ver a los dos juntos en pantalla ha sido un gran acierto de casting. Su carrera no empezó a despuntar hasta 2009 cuando protagonizó ‘A Serious Man’ de los hermanos Coen. Últimamente se ha prodigado más en televisión en grandes series como ‘Boardwalk Empire’ , ‘Fargo’ y ahora en ‘The Looming Tower’.
Los personajes femeninos de ‘The Looming Tower’ están mucho mas desdibujados que los masculinos, supeditadas siempre a su relación con un hombre que sea jefe, marido o amante y sin entidad propia como mujer. El mejor ejemplo es la pobre Wrenn Schmidt que interpreta a la agente de la CIA Diana Marsh una analista que sigue fielmente a su jefe Martin Schmidt y no duda en ocultar al FBI toda la información relevante que pasa por sus manos, siguiendo las instrucciones del mismo.
Schmidt poco puede hacer para salvar un personaje bastante abofeteable en todos los sentidos con decisiones de lealtad muy cuestionables, en especial de la forma que son presentadas. Su carrera no acabó de arrancar hasta un papel recurrente en ‘Boardwalk Empire’ a los que siguieron otros similares en ‘Person of Interest’ y ‘The Americans’ hasta llegar a su primer personaje regular en la irregular ‘Outcast’, pero creo que todavía está por llegar su mejor papel.
Final : En estos tiempos en que la caducidad de las noticias es cada vez más pequeña, a algunos les puede parecer que los atentados del 11-S que fueron hace menos de veinte años, es un suceso de hace muchas décadas. En ese contexto el ejercicio de reconstrucción que realiza ‘The Looming Tower’ es muy interesante para conocer todas las razones por las que se puede llevar a cabo un atentado de semejante magnitud sin que el país mas poderoso del mundo ni se lo pudiera imaginar y en ello radica su principal interés.
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Lorenzo Mejino