A diferencia de los inicios de la programación televisiva, el western es un género que cada vez se prodiga menos en nuestras pantallas, por lo que cualquier nueva propuesta como es el caso de ‘El Pájaro Carpintero’ suele intentar un enfoque original y novedoso para llamar la atención entre la abundante y abrumadora oferta de series que tenemos.
‘El Pájaro Carpintero’ hace una versión bastante libre de la biografía del celebre abolicionista estadounidense John Brown, una de las primeras figuras que luchó abiertamente por abolir la esclavitud antes de la Guerra Civil que asoló el país, a partir de 1860.
La diferencia principal es el tono abiertamente paródico con el que tratan la figura de John Brown, a medio camino entre el excéntrico y el lunático, gracias a una desatada interpretación de Ethan Hawke, un poco como si estuviera en permanente estado de embriaguez con esa absenta que he mencionado en el titulo del articulo.
El resultado es bastante inclasificable y dependerá de tus ganas de jugar con el tono tan arriesgado con el que retratan la figura de John Brown, aunque en mi caso te puedo avanzar que me ha convencido bastante, pero son sensaciones muy personales y difícilmente extrapolables, como te voy a analizar a continuación.
Ficha: El Pájaro Carpintero/ The Good Lord Bird 7 ep 50 m Oct-Nov 2020 Cadena: Showtime (USA)/ Movistar (E)
Sinopsis: La biografía del celebre abolicionista estadounidense John Brown, contada a través de los ojos de Henry Shackleford, un joven adolescente negro que es obligado a unirse a esa banda, al ser tomado por una chica desvalida por John Brown, que decide acogerla y protegerla en su grupo.
Los ojos de Cebollita, que es como llaman al pobre Henry, nos ayudan a recorrer la azarosa vida de John Brown, con una atención especial a los momentos históricos más especiales como el ataque al depósito del ejercito en Harper’s Ferry que selló un destino que nos muestran en la primera escena de la serie, para que tengamos claro su final desde el principio, en caso de desconocer la historia.
El inicio: El escritor James McBride ha dedicado toda su obra literaria a estudiar la historia y la cultura negra, con una atención especial a la importancia de los colectivos negros en lugares como la II Guerra Mundial o la lucha contra el esclavismo.
En 2013 publicó la novela ‘The Good Lord Bird’ que aquí fue traducida como ‘El Pájaro Carpintero’ que ganó el premio nacional literario de ficción en 2013 y le valió ser condecorado con la Medalla Nacional de Humanidades por el presidente Barack Obama.
Dos años después, el actor Ethan Hawke estaba rodando la película ‘Los Siete Magníficos’ en el estado de Louisiana y un cámara le llamó la atención sobre el libro de ‘El Pájaro Carpintero’ con el comentario de que sería un magnífico John Brown.
Tras devorar el libro, Hawke no dejó de recomendarlo a todo el mundo que conocía, como un evangelizador predicando la biblia y no cejó hasta comprar los derechos televisivos junto al poderoso productor Jason Blum y su productora Blumhouse.
A pesar de ser un proyecto muy personal de Ethan Hawke ( izq) , no dudó en contratar a un guionista curtido y experimentado en westerns históricos como Mark Richard ( der, Hell on Wheels) para crear conjuntamente la adaptación televisiva de la novela, con el propio autor James McBride involucrado como productor ejecutivo del proyecto.
La implicación tan directa de Ethan Hawke en calidad de productor ejecutivo, protagonista y guionista del piloto hizo que la cadena Showtime comprará el proyecto de miniserie con la idea de estrenarla en marzo de este año, pero la pandemia obligó a diversos retrasos hasta su estreno este mes de octubre precedido del siguiente tráiler que dejaba a las claras el tono irreverente de ‘El Pájaro Carpintero’.
Su estreno tuvo buenas críticas y unas audiencias más que aceptables para Showtime, en especial en su primer episodio, para ir perdiendo algo de público al no entrar en la arriesgada propuesta de ‘El Pájaro Carpintero’
La trama: ‘El Pájaro Carpintero’ empieza con una escena donde nos muestran el desenlace de la historia de John Brown, con la presencia como testigo de Cebollita, que es consciente que a partir de ese momento podrá volver a adoptar su apariencia masculina como Henry.
Tras esa introducción, vamos atrás en el tiempo hasta el momento en que por primera vez se cruzan por primera vez las vidas de Henry y John Brown, como el punto cero narrativo de la historia y casi siempre con muertos y asesinatos por delante.
El recurso de utilizar a Henry, un adolescente ficticio para mostrarnos la realidad de John Brown un personaje histórico real, permite que el tono de la historia sea distanciado e incluso dotado de una cierta ingenuidad frente a todos los hechos y personajes históricos que van desfilando frente a Cebollita, el alter ego femenino de Henry .
John Brown se nos muestra desde el primer momento en que aparece en escena como un personaje completamente descontrolado, testarudo y cabezón que con la excusa de ser el brazo ejecutor del señor para finalizar con la esclavitud, utiliza esa coartada religiosa para convertirse en juez, jurado y verdugo de todas las personas que se cruzan en su camino y no comulgan con sus radicales ideas religiosas.
Sus seguidores forman un grupo de lo más heterogéneo, donde se mezclan su numerosa prole con negros liberados y personas que se van uniendo a su causa abolicionista, sin saber muy bien donde se están metiendo, como le acaba sucediendo al propio Cebollita. El pobre se convierte, a su pesar, en la mascota del grupo, sin osar decirle a John Brown, que es un chico y no la chica con vestidos que le obligan a llevar.
Ese tono de farsa rebaja bastante los abundantes momentos dramáticos que las numerosas muertes sufren en todos los bandos, aunque dejando bastante claro que John Brown a nivel estratégico no era precisamente un genio, actuando principalmente por impulsos primarios e instinto básico, sin que permitiera ninguna desobediencia por mínima que fuera, como pueden ver en el segundo tráiler de la serie.
Esa desmitificación del personaje de John Brown se extiende a otros personajes históricos como es el caso de Frederick Douglass (un divertido Daveed Diggs) , uno de los primeros activistas negros pro abolición de la esclavitud, que se nos presenta como un dandy presumido y completamente obsesionado por salir en el máximo numero de fotografías posibles y con una vida privada bastante curiosa para estar en 1856.
El siguiente video muestra la presentación de su personaje en el episodio tercero.
El tramo final de ‘El Pájaro Carpintero’ se dedica a reseñar con todo tipo de detalles el desastre que fue el ataque de su banda al deposito del ejercito de Harper’s Ferry, que para muchos historiadores fue un poco la espoleta de la Guerra Civil que se inició pocos meses después.
Todos los defectos de la personalidad de John Brown se combinaron en su liderazgo de esa acción militar que ha llenado numerosos libros de historia, pero nunca había sido explicada con el desenfado y desfachatez con la que se hace en ‘El Pájaro Carpintero’ a pesar de los acontecimientos tan trágicos que narra.
El problema principal de ‘El pájaro carpintero ‘ es su irreverencia a la hora de tratar la historia de John Brown que entiendo perfectamente que pueda echar para atrás a aquellos de ustedes que prefieran seriedad y rigor en los relatos históricos.
En mi caso suelo ser bastante abierto a este tipo de narrativas más canallas y en ese sentido debo reconocer que me ha gustado bastante el enfoque tanto narrativo como estético de la miniserie.
En algunas ocasiones se les iba la mano con las excentricidades del protagonista, pero incluso esos excesos son comprensibles para delimitar el grado de descontrol de John Brown, un buen ejemplo de que el fin, por muy noble que sea, no siempre justifica los medios, en especial si arrastra a muchas personas a su pozo particular.
Al ser una miniserie corta y donde suceden con buen ritmo muchos hechos históricos, si consigue entrar en el juego propuesto por Ethan Hawke y su forma de encarnar a John Brown, seguramente puede acabar pasándoselo tan bien como ha sido mi experiencia personal o en caso contrario acabar indignado tras ver el primer episodio.
Una buena muestra de ese tono extraño e irreverente lo tienen en la curiosa cabecera animada de la serie.
Los actores :
Ethan Hawke es una estrella cinematográfica que cuenta con cuatro nominaciones al Oscar pero que apenas se ha prodigado en el terreno televisivo, hasta que la lectura del libro le hizo liderar su proyecto más personal en el que aparece incluso su hija Maya Hawke, interpretando a una de las hijas de John Brown.
La obsesión de Ethan Hawke por el personaje de John Brown le llevó a estudiar al personaje hasta extremos enfermizos empezando por su propia caracterización con una poblada barba, intentando imitar los retratos del personaje histórico hasta el más mínimo detalle.
Los excesos del personaje son una consecuencia del concepto de Ethan Hawke para representar a John Brown, en toda una exhibición de pasadas de rosca que me han encantado, incluso cuando se pasaba de frenada.
La gran revelación de la serie ha sido el joven adolescente Joshua Caleb Johnson ( izq) que ha salido airoso de la complicada tarea de aparecer con una bestia escénica como Ethan Hawke en casi todas las escenas y encima vestido de chica.
Los ojos de su personaje son nuestra guía por la miniserie y a pesar de su escasa experiencia en cine y televisión, el responsable de elegirlo para ese papel tan complicado puede darse por más que satisfecho por el resultado obtenido, que presagia una interesante carrera si consigue hacer el difícil paso de actor juvenil a la madurez.
Final : Siempre suelo recomendar salir de vez en cuando de nuestra zona de confort televisiva para probar nuevas experiencias como sucede en el caso de ‘El Pájaro Carpintero’ que si empieza a verla sin ideas preconcebidas como en mi caso, a lo mejor le puede acabar sorprendiendo tanto como a mi. Para finalizar les dejo con el video sobre la trastienda del rodaje de una historia narrada en un tono muy diferente al habitual.
Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestra cuenta de twitter (@lmejino). Hasta la próxima
Lorenzo Mejino