La televisión del siglo XX produjo series impresi0nantes, originales y arriesgadas, pero que sin embargo a diferencia de sus primos cinematográficos con el cine clásico, en muchos casos y salvo contadas excepciones, los seriéfilos ignoran o incluso desprecian por considerarlas viejas o anticuadas.

En este campo la figura del británico Dennis Potter debería estar enmarcada como un genio televisivo de las décadas de los setenta y ochenta a un nivel similar al que ahora tiene Charlie Brooker, por la brillantez y riesgo de sus propuestas innovadoras para esa época y que abrieron nuevos campos en la expresión audiovisual.

Tras presentarles hace tiempo las dos primeras partes de su celebrada trilogía televisiva con dos artículos sobre “Pennies from Heaven” y “The Singing Detective” vamos a cerrar el triángulo para hablarles de “Lipstick on your collar”, la última y menos conocida pieza de su trilogia y que se emitió un año antes de su prematura muerte en 1994 a causa de un cáncer fulminante.

Totalmente fiel a su estilo onírico, introduciendo temas musicales en medio de la trama para subrayar determinados aspectos, la miniserie sirvió para descubrir en su primer papel profesional a un desconocido actor escocés Ewan McGregor que con solo 22 años, se reveló como la estrella que sigue siendo en la actualidad, como les vamos a mostrar en el presente análisis de una de las series que deberían ser visionadas por todo seriéfilo que se precie.

Ficha: Lipstick on your collar ( Carmín en el cuello de tu camisa) 6 episodios. 60 min    Feb 1993- Mar 1993 Channel 4 (UK) – Autonómicas-Album tv (E)

Sinopsis: La “sala de guerra” de la Inteligencia Militar Británica es el lugar donde un grupo de selectos militares estudian las mejores estrategias en los posibles conflictos armados que implican al Imperio Británico. En realidad son un grupo bastante variopinto de chupatintas al que es enviado un joven soldado galés Francis Francis en vísperas de la crisis internacional anglo-egipcia del Canal de Suez en 1956.
Francis hace buenas migas con Mick Hopper, un soldado raso que espera finalizar su servicio militar para salir de la sala donde realiza traducciones de documentos rusos, pero su vida se complica cuando cae perdidamente enamorado de la mujer del cabo chusquero que le hace la vida imposible en la “sala de guerra”

El inicio: Dennis Potter fue un personaje con una infancia atormentada, marcada por los abusos sexuales que sufrió de su tío y que marcaron profundamente una personalidad introvertida, creándose sus propios mundos, empezó su carrera simultaneando la crítica televisiva en los tabloides ingleses, con la escritura de películas para la televisión, llegando incluso a ser candidato laborista al parlamento de Londres.
Su precaria salud, aquejado de artritis psoriatica, ( una rara enfermedad de la piel y articulaciones) desde su juventud, era otro elemento importante presente en obras como “The Singing Detective”.

Su primera serie importante fue Casanova en 1971 y su primera gran controversia llegó con su película televisiva Brimstone & Treacle que tuvo el dudoso honor de que su emisión fuera prohibida por la BBC durante once años, por una durísima escena de violación a una mujer discapacitada.

Tras esta polémica, Potter decidió suavizar un poco el contenido sexual y se basó en recuerdos de su infancia para escribir el guión de Pennies from Heaven, ambientada en parte en su pueblo natal, Forest of Dean, con mineros como su padre, integrados en la trama, integrando elementos dramáticos con canciones de su infancia de los años 30 que perduraban en su memoria a la que siguió diez años después la sublime “The Singing Detective”.

Tras escribir algunas obras que tuvieron poca repercusión incluyendo una miniserie “Blackeyes” ,la primera vez que dirigía una serie, pero que fue masacrada por la crítica de los tabloides por el alto contenido sexual de la misma, tuvo  una depresión  aguday un abandono de la televisión durante varios años.

Su vuelta se produjo con esta miniserie “Lipstick on your collar”, que se basaba en uno de sus primeros trabajos “Lay down your arms” de 1970, que cogió como base para desarrollar la historia con mas profundidad.

Esta obra fue la última que pudo ver con vida y no reedito el éxito de sus dos obras precedentes de la trilogía, aunque todo el mundo reconocía que tenía momentos absolutamente brillantes, pero no llegaba al nivel de sus dos obras mas celebradas.

A pesar de ello no fue su último trabajo porque tras su muerte en 1994 se estrenaron dos obras póstumas “Karaoke” y “Cold Lazarus”, que dejaron de nuevo su nombre en el pedestal donde sigue para los amantes de las series arriesgadas y originales.

La trama: Las historias de Dennis Potter tienen una trama fácilmente resumible en pocas frases, en este caso tenemos el enfrentamiento entre el viejo régimen británico representado por los funcionarios de toda la vida que habitan en Whitehall, frente a las nuevas generaciones rebeldes y con ganas de cambiar el status quo, que tienen el rock and roll como una de sus principales armas diferenciales.

Ambientada en una época histórica interesante en 1956 donde coincidían los albores del rock and roll y la crisis internacional del canal de Suez, Potter elabora una historia a diferentes niveles desde el enfrentamiento generacional a las historias amorosas de los dos soldados jóvenes con algunos triángulos algo peligrosos.

La serie tiene dos protagonistas principales, el recién llegado Francis Francis, un soldado galés intelectual, pero mas bien tirando a tontorrón, que es objeto de escarnio por los oficiales de mas rango- Su compañero es Mick Hopper, un chico muy listo de la calle, pero que se aburre tanto en la oficina que no para de imaginar números musicales con canciones del periodo, donde sus estirados compañeros, cantan y bailan de forma sincronizada como pueden comprobar en este primer vídeo donde actúan al ritmo del “Don’t be cruel¨del rey Elvis Presley

En este caso las canciones no respetaban exactamente la cronología histórica ya que muchas de las canciones utilizadas eran posteriores al año 1956, donde sucedían los hechos, como es el caso de “Lipstick on your collar”, la canción que da titulo a la serie y que suena en la cabecera de la misma, cantada por Connie Francis y publicada en 1959. Les aviso que la cabecera de la serie, ha envejecido bastante mal y es un claro síntoma de lo que luego veremos con la serie, que a pesar de ser la mas moderna, es la que peor ha llevado el paso del tiempo.

El tercer personaje en importancia es el de Sylvia Berry, una mujer muy atractiva y que le encanta ser el centro de las miradas, infelizmente casada con un cabo violento y que la maltrata, y que no duda en tener escarceos y aventuras amorosas con otras personas en busca de su felicidad personal, maquinando siempre las cosas en su beneficio personal.

Entre la crisis internacional que tiene desbordados a los funcionarios y las aventuras románticas, va discurriendo la trama, donde para ser sinceros no suceden demasiadas cosas, pero  en cuanto salía el jovencísimo Ewan McGregor elevaba la serie a las mejores alturas de Dennis Potter, con sus vigorosos números musicales, como el siguiente, que es el mejor ejemplo de lo que nos ofrecía la serie.

El estilo es fiel al estilo Potter, donde los sueños y las fantasías de nuestro protagonista se plasman a través de las canciones que imagina en su subconsciente, o simplemente como pensamientos oníricos que reflejan tanto sus deseos como aspiraciones, pero que chocan una y otra vez con la cruda realidad, como en este caso con el trío protagonista es un universo paralelo con música de “The Platters”

Cualquier momento podía ser valido, para tener una fantasía musical, como uno de sus numeros mas celebrados que discurría en medio de un cementerio con una coreografía muy divertida con Ewan McGregor desatado.

Ya he comentado que “Lipstick on your collar” está algún escalón por debajo de las dos obras maestras, y la razón fue el casting de los protagonistas, con el actor que encarnaba a Francis Francis, Giles Thomas y la actriz que era Sylvia Berry, Louise Germaine, que fueron dos errores descomunales porque estaban muy lejos del nivel de sus compañeros, tanto del debutante McGregor como de los veteranos actores secundarios británicos que daban vida a los funcionarios, que hacían las comparaciones todavía mas sangrantes.

La presencia de Giles Thomas era un lastre insuperable con una cara de pánfilo redomado que no despertaba la mas mínima simpatía, al que deseábamos que todo le fuera mal, por lo atontado que llegaba a ser. El caso de Louise Germaine es más de limitaciones de la propia actriz, elegida por su indudable belleza y atractivo pero sin las armas gestuales necesarias para convertirse en la mujer fatal que requería el guión, mas preocupada de hacer la posturita que de transmitir nada con su actuación, no pasando de ser una belleza glacial y sin alma.

Esos graves errores de casting son los que en mi opinión le han impedido brillar con el mismo fulgor que sus dos compañeras de trilogía, pero a cambio el descubrimiento de Ewan McGregor y ver de lo que era capaz con solo veintidós años, justifica plenamente adentrarse de nuevo en los mundos peculiares de Dennis Potter, y ver una televisión arriesgada y original de hace más de veinte años.

Los actores:
Muchas veces las sensaciones que tenemos al ver unos actores en una serie antigua, nos vienen refrendadas por la importancia de sus carreras posteriores y eso suele pasar con cierta frecuencia con actores que han tenido la gran oportunidad de su vida con un papel muy importante al principio de su carrera y que lo han desaprovechado de forma lastimosa.

Un ejemplo evidente lo tenemos en el dúo protagonista Giles Thomas y Louise Germaine que han tenido unas carreras posteriores entre inexistentes y discretas, lo que es mas sangrante si consideramos que seguían los pasos de Anthony Hopkins o Michael Gambon, que habían protagonizado las otras dos obras de la trilogía.

El gales Thomas malgasta por completo la gran oportunidad de su vida, y toda su discretita carrera posterior ha sido influenciada por su papel de paleto gales, que era tan ridículo que no se lo creía nadie. Este siglo, ya  entrado en la cuarentena, ha sacado algo la cabeza con un pequeño papel secundario en “Skins”, pero donde tampoco acababa de sobresalir.

Mucho mas insignificante ha sido la carrera de Louise Germaine, un claro ejemplo del denominado síndrome de la pagina 3 de “The Sun”, donde cada día aparecen chicas despampanantes en cuidados desnudos, para alegrar la vistas de sus lectores británicos, pero sin que tengan mas cualidades mas allá de su evidente belleza. A Germaine el papel le venia enorme y excepto cuando posaba, era incapaz de soltar una frase de forma algo creíble, no debo de ser el único que pensaba lo mismo, porque su carrera se desvaneció tras esta miniserie a la velocidad de la luz.

En las antípodas tenemos el caso de Ewan McGregor, un escoces que se trasladó a estudiar arte dramático a Londres, donde seis meses antes de graduarse, consiguió el papel que iba a cambiar su carrera para siempre, el del soldado Mick Hopper. Como han podido comprobar en los vídeos, McGregor está deslumbrante para un debutante, cantando, bailando e interpretando con un desparpajo que le puso en las listas de todos los cazatalentos británicos.

Por ello a nadie le extrañó cuando un año despues,  un joven director Danny Boyle, lo eligió para el papel principal de Trainspotting, donde alcanzó una fama de la que no se ha bajado hasta la actualidad, con participaciones en multitud de películas como la saga de “Star Wars”, próximamente va a protagonizar la 3T de Fargo.

Otra de las sorpresas del reparto es descubrir a otro gran actor escoces Douglas Henshall, en uno de sus primeros papeles como el cabo Berry el maltratador marido de Sylvia, la mujer fatal.

Henshall ha tenido una carrera muy solida, donde ha ido creciendo poco a poco, hasta protagonizar la serie de ciencia-ficción “Primeval”, la maravillosa miniserie “Collision”, en la actualidad lo tenemos como el taciturno detective Jimmy Peres, en esa delicia de serie que es “Shetland”.

Por último no puedo dejar de comentar la coralidad del excelente grupo de actores secundarios veteranos y completamente solventes, que encarnaban a los funcionarios de Ministerio de Defensa, capaces de dejar su bombin, su levita y su paraguas de lado, para arrancarse con unas canciones y unas coreografías atrevidas.

Ese logrado  contraste  entre el dandy ingles, con alguien que era capaz de arrancarse a bailar por cualquier motivo, hacen que caras como las de Nicholas Farrell, Nicholas Jones, Peter Jeffrey y Clive Francis, sean unos rostros conocidos de verlos en mil y un lugares siempre a un magnifico nivel.

Epilogo:
“Lipstick on your collar” como sus dos compañeras de trilogía no son series para todos los públicos porque tienen un esquema narrativo muy poco convencional y que exige una cierta complicidad por parte del espectador para entrar en los mundos particulares de Dennis Potter. Una gran muestra es el numero musical que cierra la serie “Lay down your arms”, donde a modo de un final espectacular cierra la última escena  que pudo ver con vida de su obra.

Con este articulo cerramos la trilogía de series del recuerdo dedicadas a Dennis Potter, pero no descartamos volver para analizarles algunas de sus obras menos conocidas, pero que siempre serán mejores que la mayor parte de la producción del siglo pasado. Si son curiosos no lo duden y déjense llevar de la mano de uno de los genios televisivos del siglo XX

Esperamos sus opiniones y comentarios, aquí o en nuestra cuenta de twitter (@lmejino). Hasta la próxima

Lorenzo Mejino