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Carlos Elorza

Sesión Continua

Mis problemas con el fauno

La crítica ha dicho  “genial”, “inquietante, extraordinaria”, “fascinante y cruel”, “debería ganar el Oscar”, “imaginativa e inquietante·, “debería haber ganado la Palma de Oro de Cannes”, “Hollywood debería hacer más películas así”, “imaginería deslumbrante”, “es un prodigio”… Casi, casi hay unanimidad entre la crítica guipuzcoana, estatal e internacional en poner por las nubes a “El laberinto del Fauno” la nueva película del mexicano Guillermo del Toro, que concursó en Cannes e inauguró Sitges.

Pero a mí, no me parece para tanto. No me aburrí ni un segundo, pero este cuento sobre una niña que se va a vivir al campo con su madre y su malvado padrastro militar franquista en la España de 1944 y  el mundo imaginario que se inventa para tratar de escapar de una vida que odia no me entusiasmó.


¡Y mira que tenía ganas de que me encantara esta peli! Porque aunque no sea un fan loco del género fantástico de esos de abono de todas las sesiones de la Semana de Cine Fantástico del Principal, me encantan “Criaturas Celestiales” o la trilogía de “El Señor de los Anillos” de Peter Jackson, “Eduardo Manostijeras”, “Pesadilla antes de Navidad“, “Big Fish” o “La Novia Cadáver” de Tim Burton o “El viaje de Chihiro” o “El Castillo Ambulante” de Miyazaki y si hace falta remontarse a otra peli con niños, padrastros malvados y toques fantásticos “La noche del cazador” de Charles Laughton. Éstas si me fascinaron.

Ese supuestamente “fascinante mundo imaginario” de “El laberinto del Fauno” se reduce a poco más que un fauno de extraños ademanes y poco carisma, un asqueroso sapo gigante come insectos, un viejo deforme con ojos en las manos, unas haditas que revoletean por ahí como las de “La Bella Durmiente” de Disney y a una raíz de mandrágora que bebe leche regidos todos por unas normas tan simples como el mecanismo de un videojuego de esos de pasar pantallitas: si superas esta prueba te daré las pistas para que puedas continuar con tu búsqueda y pasar a la siguiente prueba. Más que un mundo, son cuatro personajes, buena dosis de talento visual y poco más. Pero el problema no es de cantidad, sino de calidad. Y no me extiendo más que no es cuestión de chafar la peli al que no la haya visto.



El mundo real es una casa perdida en el bosque en la España de 1944 acosada por los maquis en la que vive el malvado y violento capitán, su nueva familia y el resto de los componentes del destacamento. Todo bastante previsible y tópico. Pero, en este aspecto, sí que me llega el horror que pretende transmitir Guillermo del Toro.

Las interpretaciones me parecieron justitas. Ariadna Gil está mal (como casi siempre últimamente), Sergi López tampoco me lo creo (es aplicable el mismo comentario que en el caso anterior) y la niña protagonista tampoco me pareció nada del otro del mundo. Sólo Maribel Verdú a pesar de su acento norteño intermitente y Alex Angulo me parecen estar a un buen nivel.

A lo mejor es que estaba en un mal día, son cosas que a veces pasan, ¿y debería volverla a ver? A lo mejor es que al leer tanto y tan bueno sobre la peli, ¿coloqué el listón demasiado alto (algo que siempre trato de evitar)? Porque hoy por hoy, y no es por ir contracorriente, pero “El laberinto del Fauno” me gusta y me entretiene, pero no me fascina.






octubre 2006
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