… no se mantiene el nivel (no, no, no hablo de la Real, ni del Bruesa, ni del Bidasoa). Sigo hablando del Zinemaldi, pero tras el espectacular arranque, llegó la cruda realidad.

Hasta ahora me habían gustado todas las películas dirigidas por Icíar Bollaín. Hasta ahora nunca me había gustado Najwa Nimri en ninguna de las suyas. Y por lo que a mí respecta, en esta “pugna” que me he inventado se ha impuesto la actriz. “Mataharis” me ha recordado a un episodio piloto de una de tantas series españolas mediocres que llenan la televisión. El guión toca demasiados palos, se dispersa en multitud de temas en los que no puede profundizar por falta de metraje, algunas situaciones parecen sacadas de las campañas publicitarias de “Emakunde” por tópicas, pero ni aún así Najwa consigue estar creíble. Desde este momento, la propongo como máxima candidata a llevarse el Mejillón de Hojalata (premio que me acabo de inventar) a la peor actriz. La peli no aburre, pero parece que la Bollaín no ha sabido encontrar el tono que quería para la película y ésta a menudo avanza a bandazos. Neus, Latxeno, espero no haberme cebado demasiado con la peli, y además me temo que soy minoría, así que al menos dejadme meter un poco de ruido.

Tampoco la otra peli de la Sección Oficial, “Battle for Haditha”, me ha gustado especialmente. Me da la impresión de que Nick Broomfield, su director, no está seguro, no se fía, de su capacidad narrativa. Sabe colocar la cámara, sabe moverla para atrapar al espectador, pero su guión se empeña en que sus personajes expresen sus pensamientos en voz alta, por lo que los diálogos acaban siendo forzados y poco naturales. Si a esto añadimos unos intérpretes no profesionales que a menudo no dan la talla, hay demasiados momentos en los que todo resulta demasiado artificial. Broomfield juega a ser el Paul Greengrass de “Bloody Sunday” o “United 93” para este episodio de la Guerra de Iraq, pero el tiro no le sale tan atinado como a su modelo. La película funciona bien en los momentos épicos, pero cuando se centra en la vida de los personajes, chirría demasiado. Y la blandengue escena final no le hace tampoco ningún favor.

También he podido ver “Les Fourmis Rouges” en Zabaltegi. Si “Mataharis” pedía más metraje, a ésta le sobra. No sé por qué eran necesarios 90 minutos para contar esta historia. El planteamiento puede interesar, pero a medida que avanza la película comienza a resultar repetitiva y machacona.

Y finalmente una recomendación: si te gustan los fados, intenta ver “Fados” (valga la redundancia). A mí me encantan, por lo que he disfrutado como un enano viéndola. ¡Viva Mariza! Un recital de lujo, una sucesión de sobresalientes actuaciones de algunos de los grandes del fado, rodadas con la elegancia y el buen gusto que se gasta Saura en este tipo de proyectos. Sólo siento que por obligaciones de agenda no pueda ir al concierto de Victoria Eugenia. ¡Ah! Si no te va este tipo de música, te diría que ni te molestes…