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Carlos Elorza

Sesión Continua

Desde Sevilla. Il Divo y algo más

Sigo luchando con la tecnología. Y con el Wifi de este hotel al que le encanta comerse mis artículos y hacer que acaben en un limbo virtual.

No sé si es casualidad, una racha, una moda o hay algo más. O si simplemente como dice Giulio en la película es ‘la voluntad de Dios’. Pero este año a los italianos les ha dado por hacer cine excelente. Tras Gomorra, Il Divo. Ambas premiadas en Cannes, ambas pentanominadas en los Premios de Cine Europeo y ambas presentes en el Festival de Sevilla. Nada que ver con el cuarteto vocal perpetrador de todo tipo de crímenes contra el buen gusto musical. Il Divo es Giulio Andreotti, el político italiano que fuera 7 veces primer ministro y 25 ministro. Dirige Paolo Sorrentino, que progresa muy adecuadamente desde su Las consecuencias del amor.

Y no se lo pone fácil. Porque puestos a hacer un retrato sobre semejante político, lo más sencillo habría sido recurrir a un cine de denuncia en tono casi documental. Pero Il Divo sorprende desde el minuto uno. Retrata a Andreotti desde la caricatura y el sarcasmo, en un tono irónico y demoledor. Un potente esperpento a la italiana, que atrapa. Tan exagerada, como eficaz en la crítica.

Pero Il Divo no está en la Sección Oficial. Y de momento no hay nada que se le acerque en calidad cinematográfica a Gomorra que se encargó de inaugurar el Festival y que llega hoy a las pantallas donostiarras.

No está mal Katyn del maestro polaco Andrezj Wajda. Cine clásico y académico, hecho con medios, rodado de manera irreprochable y con momentos inspirados, pero al que le falta un guión con garra. Al drama de los 15.000 oficiales polacos asesinados por los soviéticos en la II Guerra Mundial y de la lucha por sus familiares por el recuerdo le falta carácter y le sobran personajes.

El problema de En el séptimo de cielo, la nueva de Andreas Dressen, el director de Verano en Berlín es que es poco más de lo que promete su sinopsis. Una mujer casada de más de sesenta vive un romance con un caballero de más de setenta. Sensibilidad, delicadeza y mucho desnudo maduro. Pero no cuenta nada que no nos esperemos desde el minuto uno de película. Y verla con los gritos y ánimos de la afición del Sevilla en su victoria contra la Ponferradina fue toda una experiencia.

La israelí My father, my lord es una historia sobre una familia ultraortodoxa judía demasiado alargada a pesar de sus 73 minutos por culpa de una atención excesiva e innecesaria al detalle, la finlandesa Black Ice un delirante y morboso triángulo amoroso y la francesa Espías en la sombra una de tantas películas basadas en hechos reales que resultan completamente increíbles desde el minuto uno.


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