… sigo hablando de la presidenta de la Academia Española de Cine, si bien esta vez en su vertiente de coguionista de ese despropósito titulado “Todos estamos invitados”.

Hay películas que a uno le provocan la risa, el llanto, le emocionan, le conciencian, le enriquecen… pues “Todos estamos invitados” me puso de muy mala leche.

Me recordó a un circo: si allí se anuncia el más difícil todavía, en esta peli me venía continuamente a la cabeza el más absurdo todavía, más increíble todavía, más ridículo todavía, más simple todavía, mayor agujero de guión todavía, peor rodado todavía, peor interpretado todavía, peor utilizada la música todavía… una inmensa espiral de despropósitos que no provoca ni vergüenza ajena. 

Y pretendo hablar sólo de cine. Este blog no es para hablar de política. Pero los amenazados por el terrorismo no se merecen una película tan inverosímil, tan superficial, tan tópica, tan poco coherente, tan esquemática, tan poco rigurosa…

Las escenas oníricas, las de la sociedad, las del atentado, las de la cárcel, la del “Love Story” en la playa con surfers, castillos de arena y revolcón en la ídem incluido, la del autobús, esa tamborrada mezclada con fuegos artificiales pero sin música de Sarriegi, ese increíble Jaenada como etarra amnésico, ese Coronado que nos hace añorar sus anuncios de bífidus, esa manifa en la que se nota la falta de medios a la legua… no sé qué es lo que menos me gusta de “Todos estáis invitados”.

Y finalmente otra cosa que me acabó de cabrear de esta peli, aunque no por su culpa: ¿por qué el ayuntamiento y la Donostia Film Commission colaboraron con una película que da una imagen tan negativa de Donosti y de los donostiarras?

Pero atentos que la peli se ha llevado un par de premios en Málaga: el especial del Jurado y el de actor secundario para Jaenada… O es una gracieta de Jurado o miedo me da el resto de la cosecha de Málaga’08.