Es curioso esto del cine. Y sobre todo durante el Zinemaldi. El único tema de conversación para muchos de los que vivimos el Festival son las películas. Y discutimos y debatimos sobre ellas hasta no llegar nunca a ponernos de acuerdo. Como con ‘Take this Waltz’ de Sarah Polley. Para algunos es una sensible y romántica historia sobre la naturaleza del amor de pareja. Para otros, entre los que me encuentro, es una empalagosa y bastante pija historia de amor con estética de anuncio de Nescafé y excesos de tópicos y tics del cine independiente estadounidense. Curiosamente, las mismas razones que a los primeros llevan a defenderla, son las que provocan el rechazo en los segundos.
O como con ‘Shame’ de Steve McQueen que se ha presentado en Zabaltegi Perlas tras llevarse su protagonista la Copa Volpi al mejor actor en el último Festival del Venecia. Y seguramente éste es uno de los aspectos de la película que menos discusiones provoca: Michael Fassbender está fantástico en la película. Sobre todo lo demás, división de opiniones: para algunos fría, sosa, aburrida, demasiado pulcra, calculada. Para otros perturbadora, desasosegante, atrevida, sutil, narrativamente brillante. Era la segunda vez que la veía, así que es fácil imaginar en qué bando me encuentro.
Y para completar la división de opiniones ‘The Deep Blue Sea’ de Terence Davies. Hubo aplausos y pataleo en su pase de prensa. El director al que el Zinemaldi dedicó una retrospectiva en 2009, adapta un excelente texto de Terence Rattigan, sin disimular en ningún momento su origen teatral. Con una cadencia parsimoniosa y una fotografía tenebrosa, poco a poco va desgranando el conflicto de Hester Collyer, interpretada tan bien como en ella es habitual por Rachel Weisz, que a pesar de tener a un marido que le da seguridad y cariño, se enamora de un ex piloto de la RAF que le da caña. Aunque no se trata de una de esas películas tan personales y/o documentales de su director, se reconocen gran parte de los elementos característicos de su obra: la música popular, el tratamiento del tiempo, los ambientes de la Inglaterra de los años 50… Me costó que me atrapara, pero al final me ha dejado un buen sabor de boca.
Por problemas ‘técnicos’ y de ‘censura’ ayer no se actualizó el blog. A modo de resumen, éstas son las píldoras del artículo que no se pudo publicar:
‘Amén’ de Kim Ki-duk. No tiene ni la magia, ni la capacidad de sugestión de las grandes películas de su director y tiene algunos momentos totalmente fallidos, pero también algunos puntos interesantes.
‘Albert Nobbs’ de Rodrigo García con Glenn Close. Demasiado políticamente correcta, encorsetada, cobarde. Aroma de telefilme con el ánimo de no ofender a nadie.
‘Silver Tongues’ de Simon Arthur. Enganchan estos perversos juegos para adultos. Original, bizarra, sugerente. Una agradable sorpresa.
‘Martha Marcy May Marlene’ de Sean Durkin. Suave y delicada en la forma, pero con gran pegada en el fondo. Inquietante y el descubrimiento de Elizabeth Olsen, la hermana pequeña de las gemelas Olsen. Sí las de ‘Padres Forzosos’.
‘Entre la noche y el día’ de Bernardo Arellano. Tiene algo de reunión de friquis. Algún toque de culebrón. Pero también sensibilidad para contar la historia de este autista que busca su lugar en el mundo.