En nuestro último, post os dejamos esta imagen para que reflexionaseis. Os pedíamos que adjudicaseis cada adjetivo a un género (femenino o masculino).
Seguro que habéis reflexionado mucho sobre ello y habéis pasado un rato entretenido.
En este siguiente post nos gustaría acercaros un poco más al mundo del género. ¿Preparad@s?…
Desde que el espermatozoide se fusiona con el óvulo y empieza la “lentejita” a florecer se comienza a educar.
Durante el embarazo, vamos indicando al feto como deseamos que sea según el género (mujer u hombre), ejemplos:
– Si va a ser niña (genital femenino): “la habitación para ella va ser como en los cuentos de hadas”, “¡Ay, mi niña que guapa va a estar con los vestiditos!”, “me la imagino jugando con sus muñecas, que bonito”, “mi niña va ser una princesita, la vamos a tener entre algodones” (¿y si es niño va a ser un lacayo que va a estar entre zarzas?).
– Si va ser niño (genital masculino): “Menudo hombretón” “Mira que patadas da, este va para futbolista” “Los nenes tienen menos surtido de ropa que las nenas” “mira la ecografía, ya se le ve la pilila” (desde antes de nacer el pene es el centro de atención del hombre).
Citando a Félix López y Antonio Fuertes, en su libro “Para comprender la sexualidad”:
“Desde el nacimiento asignamos nombre, vestidos, juguetes, actividades, etc., sexuados. Incluso se nos supone una manera de ser, sentimientos, aficiones, pensamientos y deseos sexuados. Antes de que el niño o la niña tomen conciencia de su identidad sexual, le asignamos un rol sexuado que afecta a, prácticamente, todas las dimensiones y actividades de la vida”
Como podéis observar desde antes de nacer la influencia de género ya esta presente, sin darnos cuenta influenciamos al feto e indicamos, según la genitalidad, su identidad masculina o femenina, su personalidad femenina o masculina, sus valores masculinos o femeninos, sus hábitos masculinos o femeninos, comportamientos femeninos o masculinos, sus actitudes masculinas o femeninas, e incluso l@s dirigimos hacia la heterosexualidad.
Si, es cierto que las diferencias biológicas se decantan en dos[i] , pero… ¿Por qué jerarquizamos y etiquetamos en valores y derechos a los diferente géneros?
Nosotras encontramos algunas diferencias, culturales y sociales, dirigidas a hombre y mujer, las cuales hemos interiorizado, sin darnos cuenta, y se han convertido en hábitos y costumbres inconscientes que utilizamos diariamente. Algunos ejemplos son:
– “Soy mujer y tengo que ser madre, es instinto maternal”
– “Soy hombre y tengo que trabajar para sacar a mi familia adelante”.
– “Las mujeres somos más sensibles y cariñosas que los hombres”.
– “Como hombre que soy, tengo que mostrarme fuerte y no decir lo que siento”.
Para concluir con este post, pero no con el tema, os dejamos la solución de la foto anterior:
Aquí os dejamos un pequeño unos videos donde podéis ver, muy claramente, las diferencias estereotipadas que interiorizamos inconscientemente tanto hombres como mujeres:
Muchos abrazos a tod@s
P.D. Según una extendida leyenda, al salir de Granada camino de su exilio, Boabdil volvió la cabeza para ver su ciudad por última vez y lloró, escuchando de su madre decir:
“Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre…”
[i] La biología muchas veces no determina emocional o sentimentalmente el género al que pertenezco, puedo nacer con genitales masculino y sentirme mujer o viceversa. ¿Por qué no?