Hoy traemos un tema muy amoroso, calentito y rico- rico, como es el poliamor.
Un día soleado de verano, decidimos ir a la playa de San Juan de Luz (Francia) y por el camino paramos en una gasolinera, que tienen de todo, para comprar algo para beber y observamos la portada de una revista MUY INTERESANTE (mes de agosto en el que hablaban sobre el poliamor). Decidimos echarle un vistazo al artículo. Hoy, tras informarnos sobre el poliamor hemos decidido que podría ser un buen tema para hablar en nuestro blog y compartirlo con vosotras y vosotros.
¿Qué es el poliamor[i]? ¿En qué consiste?
Esta palabra comenzó su andadura hacia los años 20, gracias a personas como William Moulton Marston, un auténtico personaje del mundo de la psicología moderna y creador entre otros inventos del origen del polígrafo y del comic Wonder Woman (Mujer Maravilla).
Sencillamente, significa amarse entre muchas personas, es decir, tener una relación íntima, amorosa, sexual y duradera de manera simultánea con varias personas, llegando a acuerdos, negociaciones y consentimiento de todas las personas involucradas.
Puede confundirse poliamor con intercambio de parejas, orgías, infidelidades, amantes, poligamia,… Sin embargo, nada tiene que ver con alguno de estos términos, ya que el poliamor está basado en la aceptación de amarse de entre dos o más personas, sin importar el género, ni la identidad, ni orientación sexual, basta con tener el consentimiento de todas las personas participantes. Considerando a todas las personas por igual. Las personas poliamorosas comprenden que las personas pueden amar y sentir atracción hacia varias a la vez, es lo natural.
En las investigaciones del matrimonio Eve Lipton y David Barash, psiquiatra del Swedish Medical Center de Washington y psicólogo de la Universidad de la misma ciudad, observan que: de las 185 sociedades humanas estudiadas, solo 29 practicaban la monogamia y apenas un tercio desaprueban la infidelidad. También existen más de 4000 especies de mamíferos y menos del 50% viven en pareja. En este caso convendría aclarar que según Félix López y su libro “Amores y desamores”, nos explica las diferencias entre las personas humanas y los animales. Nos dice: “como animales tenemos instintos y motivaciones que funcionan como pulsión a hacer o buscar lo que necesitamos para sobrevivir (como individuos y como especie), desarrollamos de manera optima y alcanzar el bienestar. Todo animal es un proyecto de vida, motivado para determinadas conductas y programado con determinadas capacidades y patrones de conducta. Es decir, el animal sabe básicamente lo que le conviene hacer y cómo hacerlo, (…) En el caso de los humanos, sus capacidades cerebrales les permiten además vivir de una forma mucho más rica esta dimensión: percibimos, damos nombre, concienciamos, reelaboramos, mantenemos en la memoria, recuperamos lo recuerdos, enriquecemos los significados con simbolismos y creaciones culturales, tomamos decisiones y compromisos sobre nuestra vida, etc.”. Es decir, que aunque nos parezcamos en muchas ocasiones a los animales, en otras tantas, hemos adquirido unas capacidades cerebrales de razonamiento y demás, que han hecho a la vez, crear limitaciones, así como crear libertades e infinidad de cosas más.
Por lo que podríamos decir que las personas también a diferencia de los animales tenemos una tradición y una cultura que en algunas ocasiones marca la diferencia. Lo común, hoy en día y en muchos casos, la libertad de elección.
Por ejemplo y en el caso de la monogamia, se trata más de una excepción natural que de una elección natural.
Por lo tanto, ¿por qué en parejas y no en relaciones poliamorosas? ¿qué ha ocurrido en el camino para que de una elección natural se haya creado una limitación amorosa?
En la investigación de Lipton y de Barash, nos hacen ver que los animales demuestran que en la naturaleza, la exclusividad sexual es casi inexistente.
Por tanto, se podría afirmar que la cultura y la tradición, en este caso, también juegan un papel importante en las formas de amar.
Dentro de las parejas monógamas y/o comprometidas, en nuestra cultura está muy unida a la fidelidad y a los celos. ¿Quién no ha oído hablar de ello? Dentro de una pareja constituida como tal, las infidelidades pueden ser un gran bache en sus vidas o recorrido, siendo una causa de pérdida de confianza y de sinceridad en la pareja. Pero…, cuando se sabe que es algo natural sentir atracción, querer o estar enamorados/as de varias personas a la vez ¿Puede cambiar nuestra percepción? ¿O es que alguna vez no os han gustado dos o más personas a la vez? ¿O es aquellas personas que han tenido pareja no han sentido atracción por otras personas? Parece ser que los animales son “infieles” por naturaleza, pero…. ¿y qué pasa con las personas? ¿También somos infieles por naturaleza?
La filosofía del poliamor elimina esa creencia de encontrar a la “media naranja” que sea capaz de cubrir mis necesidades, ya que opta porque cubras tus propias necesidades. Cuando las personas se junten sea porque quieran y así, sean constituidas en naranjas enteras y diferentes.
Si cambio de perspectiva, como cambio de canal de televisión y veo, siento, pienso, que lo natural es ser libres de amar a varias personas si así lo deseo, entonces, ¿por qué vamos en contra natura y nos enfadamos y/ o sentimos inseguros/as cuando existe alguna infidelidad? Si viese, sintiese, pensase y/o me dijese que esa infidelidad, es creada y así se crea como algo que limita, se podría crear el antídoto, como por ejemplo, “amar a las personas que elijas, como a ti mismo”, como algo que elijes con libertad.
Un hándicap importante en la infidelidad también son los celos, lo famosos celos, de los que ya estuvimos hablando en uno de nuestros post anteriores.
En una encuesta realizada por la universidad complutense de Madrid dirigida por el profesor de psicología Florencio Jiménez Burillo, el 40% de las personas entrevistadas confesaban sentir muchos celos, el 30% bastantes, el 20% decía sentir algunos celos y sólo uno de cada diez decía no tener celos.
“Los celos no es una reacción al ver a tu pareja con alguien más, si no una reacción a tus propios sentimientos. Hablan más de tu propia seguridad y/o inseguridad que de las acciones de tu pareja” (www.poliamoria.com)
Por lo tanto, si existen celos, estaría bien cuestionar o darse cuenta de lo que pasa por la cabeza en ese momento en el que se sienten celos.
Por lo que, podríamos llegar a la conclusión, que la posesión, en este caso, es un obstáculo para una relación poliamorosa.
También puede ocurrir que algunos poliamoristas, experimenten celos. Si ocurre, estaría bien trabajar en ello dentro de la relación, dialogando, intentando aprender y venciendo las inseguridades que inundan.
En cambio, si estas en una relación de pareja habitual (monógama) y tu pareja tienen algún encuentro sexual o emocional como una tercera persona, habitualmente se puede vivir como una “traición” (infidelidad), ya que constituye una violación de las normas establecidas, directa o indirectamente, de la relación. La pareja puede que codifique esto como una mentira y/u omisión de información, durante un cierto tiempo y puede ser causante de una pérdida de confianza.
Una vez dicho esto citamos una frase del filósofo ingles Bertranrd Russel acerca de la contradicción que suponía para él los celos, con sus ideas progresistas:
“Una vida no puede fundarse en el miedo, la prohibición y la mutua interferencia de la libertad. No hay duda de que los celos mutuos generan más infortunio en la pareja que la confianza en la fuerza última de un afecto profundo y permanente”
¿En qué se basa una relación poliamorosa?
– Relaciones amorosas con más de una persona / concepto de fidelidad no existe.
– Todas las partes tienen que estar de acuerdo y se tienen que respetar.
– Tener una comunicación eficaz, confiar y ser sinceros/as (asertividad, empatía, escucha activa, comprensión…) Es decir, ser honesto/a, tener autoconciencia y comunicación.
Existen varios formatos de una pareja poliamorosa:
– Personas que marcan los días para estar juntas.
– Algunas se alternan para vivir en parejas de forma igualitaria.
– Otras viven juntas y duermen separadas y/o juntas.
– Otras formas de familia.
– Otras viven en casas separadas.
– Algunas solo están juntas para viajar.
– Otras tienen dos personas estables y no tienen a nadie más.
– Otras tienen varias estables.
– Otras formas más que, posiblemente, desconozcamos.
¿Monogamia? ¿Poliamor? Que cada persona decida libremente, respetando y respetándose.
Muchos Abrazos
Rakel y Paky
PD: Os recomendamos algunas películas y libros en los que os podéis informar y/o curiosear sobre el poliamor:
Libros:
Corredor, Paloma. Yo y tú y todas las demás. (Mandala Ediciones)
Yves-Alexandre Thalmann. Las virtudes del Poliamor. (Plataforma Editorial)
Películas:
Corazones: Una película postmoderna (Susan Kaplan)
Mujeres enamoradas (Karen Everest)