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La Edad de Oro de la Sexualidad

Parece ser que a medida que pasa el tiempo y nos hacemos mayores, vamos observando cambios físicos, mentales… entre otros.  Dicho de otra forma, cada vez nuestro proceso vital va siendo más rico.

La palabra “vejez” viene de veclus, vetulum, persona de mucha edad y aunque tendríamos que determinar que es mucho o poco, supuestamente, el comienzo de la vejez se situaría en los 65 -70 años aproximadamente.

En ocasiones, podemos tener una concepción de la vejez un tanto estereotipada: “están más enfermos y dependen de otras personas, tienen algún tipo de deterioro cognitivo,…” o “las personas de la tercera edad no tienen sexualidad” o la creencia de “soy mayor de 65 años, tengo arrugas y ya estoy fea/o”. Estas creencias reflejan la preocupación de una sociedad por hacerse mayor. Esto lo que hemos aprendido a través de los diferentes cambios sociales, económicos, tecnológicos y culturales, y en consecuencia, hace que socialmente creemos una discriminación por edad y una auto-discriminación por parte de las propias personas mayores, que interiorizan estas representaciones de la vejez. Como por ejemplo:

Joven= Bonito/ Viejo= Feo

Joven= Activo / Viejo= Pasivo

Joven = Rápido / Viejo = Lento…

Y un sinfín de comparaciones más.

“Si variamos la manera en la que se mira, solo así podremos ver la belleza real.” “Algo no es bonito o feo en sí mismo, lo que lo hace feo o bonito son los ojos que lo miran”.

En definitiva, necesitamos un cambio de perspectiva.

Como hemos visto, la vejez conlleva un proceso vital lleno de cambios, dentro de estos una de los que más “preocupan” es el relacionado con la sexualidad. ¿Qué pasa con las relaciones afectivas? ¿Qué pasa con las relaciones sexuales? ¿Ya no existen?

Los seres humanos, somos una unidad psicosomática, cuerpo, vida emocional y mental. Somos tres dimensiones: Corporal, emocional-afectiva y mental. Un cuerpo, un anima con sentimientos y capacidad de representación mental. Además, tenemos un programa genético sexuado, gónadas sexuadas, hormonas sexuadas, genitales internos y externos sexuados, cuerpo sexuado, cerebro sexuado,… En definitiva somos seres sexuados.

Cuando dan comienzo las relaciones sexuales en la vida de cada una de las personas, pueden comenzar con un beso, una caricia, hetero-masturbaciones, masturbaciones, coito,… y algunas personas siguen probando diferentes prácticas a lo largo de su proceso vital. Al mismo tiempo, posiblemente vayan variando los tipos de prácticas sexuales, los tiempos, la forma,… Llegado el momento de la vejez, no son pocas las personas que varían la forma en la que mantienen las relaciones sexuales.

 

 

Está claro que son muchos los cambios físicos en mujeres: Finaliza la capacidad reproductiva, disminuye la tasa de estrógenos y progesterona (menopausia), Cambios en la figura corporal y en la distribución de la grasa, dificultades en la excitación y la lubricación… en el caso de los hombres, pasa igual: Disminución gradual del nivel de testosterona, los testículos se hacen más pequeños, hay una menor producción de espermatozoides-Reducción de la viscosidad y volumen, el orgasmo pierde calidad fisiológica pero gana a nivel psicológico y emocional. Pero son solo cambios físicos, los cuales deben aceptarse. Hay que tener en cuenta que ni el interés, ni la actividad sexual desaparecen en las persona mayores, la sexualidad con la edad se trasforma, pero siempre en base de la vivencia tenida en otras etapas de la vida.

Es por ello, que este tipo de relaciones están más enfocadas a las caricias y al abrazo, aunque en muchas otras ocasiones siguen manteniendo relaciones coitales. El camino hacia la excitación y el orgasmo, es un proceso más táctil, es decir, va dirigido hacia las caricias, hacia el encuentro interpersonal. También es cierto, que las relaciones sexuales también son muy distintas dependiendo de cómo veo, siento o pienso que es la sexualidad, la edad, si se tienen o no pareja, el tipo de relación que mantenga, la historia sexual que nos acompaña, las actitudes y creencias, los problemas de salud (si los hubiese), el sexo y género,…

En realidad, sabemos que algunos aspectos fisiológicos, están sujetos a involución, sin embargo, no se pierde complejidad, ni riqueza en la sexualidad, lo que si es cierto que varía según en la etapa de la vida en la que te encuentres. Pero lo que no puede cambiar es:

– Sentir el propio cuerpo.

– Respetar la orientación sexual.

– Mantener al máximo la integridad física para un mejor goce y disfrute de su sexualidad.

– Respetar la propia intimidad, especialmente cuando la consideren importante para ejercer su sexualidad.

– Entender que la expresión de la sexualidad no es necesaria y exclusivamente el coito.

– Vivir la sexualidad a través de su fantasía.

– Conservar la valoración positiva de los cambios físicos y fisiológicos que se suscitan en su cuerpo.

Podrán cambiar las etapas, las formas de hacer, y demás cosas que se os ocurran, pero lo que sí son ciertas, dos cosas:

–          Somos seres sexuados hasta que desaparecemos del planeta tierra.

–          La actividad sexual en todas las etapas de la vida es una muy buena receta para la salud y el bienestar.

 

Muchas gracias.

 

Raquel y Paky

 

 

Bibliografía:

LOPEZ SANCHEZ, FELIX. Sexualidad y afectos en la vejez. Pirámide.2012.

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Desde este blog queremos acercarte al amplio mundo de la sexualidad, entendido como una fuente básica de salud, bienestar y placer para las personas.

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Además dispondrás de un espacio donde poder expresarte y preguntar todas las dudas que tengas, sin ser juzgad@ y respetando a tod@s por igual.

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