Para concluir, por el momento, con el tema del género, la semana pasada os dejamos con una reflexión y una fotografía
Para comprender todo esto, no podemos dejar pasar varios factores que nos influyeron y nos influyen:
– La tradición cultural, que pasa de generación en generación, nos sigue transmitiendo, de una manera inconsciente, muchos patrones del ayer. No obstante, esto no quiere decir que este factor vaya cambiando acorde con las necesidades de la sociedad.
– Los modelos sexuales[i] nos han influido y nos influyen en la construcción de roles genero, ya que son una manera de control e imposición de unas normas sociales y comportamentales.
– Todavía, hoy en día, existen relaciones de poder (dominación/sumisión). Nuestra sociedad occidental tiene una estructura patriarcal, donde existe una jerarquía de poder en la cual no todas las personas son igualmente reconocidas, no sólo en el terreno económico si no en el social, y esto constituye la base de un sistema de dominación/sumisión, donde el poder es representado simbólicamente por el varón.
Por lo tanto, hoy hablaremos de las dos grandes subculturas que nos dividen en géneros: la femenina y la masculina[ii]
“La biología es un determinante básico que nos hace felizmente diferentes, pero interrelacionada con este hecho está la estructura de roles que existe en la sociedad occidental y que se aprende a través de agentes socializadores (familia, instituciones, medios de comunicación, etc.) durante un proceso educativo distinto para varones y para mujeres” (Sanz, Fina. Psicoerotismo masculino y femenino. Editorial: Kairós)
SUBCULTURA FEMENINA
– A las mujeres se les enseña a ser receptivas, maternales, y cuidadoras, a través de juegos domésticos, como pueden ser: las muñecas, las cocinitas, las bañeras,…
– La mujer expresa con su cuerpo y con la palabra, dotadas ambas de gran contenido emocional, y también desde el silencio.
– Se les ha enseñado a escuchar, aceptar, acatar, empatizar y a cultivar emociones femeninas como el amor. En definitiva ser dulce, romántica, tierna y sumisa.
– Se les permite expresar emociones como la tristeza y la pena mediante el llanto, pero no se les permite la ira y la agresividad.
– Se les ha dejado en un segundo lugar restando importancia a lo que se dice o se hace por ser mujer. Esto ha llevado a la mujer a la autocensura, que la interioriza de forma inconsciente y se ve visible en frases como “es una tontería” “no tiene importancia” “no pasa nada”
– Se les permite movimientos suaves y flexibles a la hora de expresar el cariño, como con un beso y un abrazo, pero en ciertas ocasiones como puede ocurrir en una comida común entre géneros, el espacio femenino es mas limitado y no se le permite “tumbarse” en la silla estirando y abriendo las piernas. Frase: “tienes que guardar la compostura”.
– La belleza y el poder de la imagen, pueden llegar a causar en la mujer la inseguridad de no ser la elegida, no ser atractiva o deseada. Esto hace que la mujer tenga una gran presión social por ser femenina, tanto en el terreno físico como emocional.
– Corporalmente muestran placer y emociones, pero muchas veces no verbalizan. A la hora de la seducción y para expresar que otra persona le gusta se lo muestran con el cuerpo mediante gestos, caricias, miradas, sonrisa, tonteo,…pero no lo expresa directamente. En las relaciones sexuales siente y expresa el placer, pero puede que no lo verbalice diciendo donde y como le gusta que le toque.
– Les han educado a vivir en pareja y a formar una familia.
SUBCULTURA MASCULINA
– Los juegos utilizados por el género masculino, habitualmente, suelen tener contenidos agresivos y competitivos. Por ejemplo, juegos de guerra, muñecos de forma fuerte, agresivos y feos, superhéroes, coches con los que ganaran las carreras.
– Los hombres tienen la fortaleza como valor positivo. Deben ser valientes, duros, protectores y NO les estas permitido llorar, ni mostrar sus debilidades e inseguridades, porque si no “eres un calzonazos”. Debe aguantar el dolor todo lo posible para no pedir ayuda.
– Problemas de expresión de emociones, tales como la ternura, el amor y la tristeza. Debe ser emocionalmente duro e inexpresivo.
– Los movimientos bruscos y agresivos forman parte de la identidad masculina, lo que lleva a problemas de expresión corporal, como por ejemplo el “abrazo de orangután”.
– “El poder de la palabra, la palabra es poder”. Al tener problemas de expresión corporal utilizan la palabra como medio de expresión de temas superficiales, pero no de emociones o sentimientos propios.
– Aparentar que sabes todo lo que necesitas y lo que ignoras no es de tu incumbencia.
– Su identidad: los genitales. El pene es un símbolo de virilidad.
– Heterosexualidad compulsiva: se asocia el ser hombre con ser heterosexual. Si eres homosexual no eres hombres, sino un afeminado mas parecido a la mujer.
– Para ser hombre tienes que tener un carácter de dominación y demostrar constantemente lo que eres.
Como hemos podido ver existen muchas diferencias estereotipadas, pero interiorizadas, entre lo masculino y lo femenino, esto no quiere decir que cumplamos estos patrones totalmente, pero sí muchos o algunos de ellos.
Por otro lado, comunicaros que aunque seamos o nos sintamos hombres o mujeres los adjetivos segur@s/insegur@s, débiles/fuertes, activ@s/pasiv@s, … no definen, ni dividen a los sexos como valores positivos o negativos, las diferencias las hacemos nosotr@s mism@s, la sociedad.
Os dejamos con una reflexión de Julián Fernández de Quero, de su libro “Hombres sin temor al cambio” (editorial Bubok).
“Apostar por ser cada día más persona, es apostar por un mayor bienestar personal, por el desarrollo de tareas creativas, por la humanización del trabajo social necesarios, por el cultivo de relaciones humanas y del erotismo como el arte de vivir. Es, ni más ni menos, que apostar por la libertad, la justicia y la fraternidad…”
Hasta la semana que viene que volveremos con un nuevo tema
Muchos abrazos para tod@s
P.D. Date permiso para ser y sentir, sin dañarte tú, ni dañar a las demás personas, sin importar el género, porque ante todo somos personas humanas compartiendo un mismo mundo. Sé feliz y quiérete.
[i] Son modelos impuestos a lo largo de la historia por la sociedad occidental. Se reconocen tres etapas: clerical-represivo, burgués-tradicional y capitalista-permisivo. Hoy en día existe un cuarto modelo llamado fármaco-pornográfico, aunque no dejan de influirnos los anteriores.
[ii] Tened en cuenta que lo expresado se basa en una construcción heterosexual, aunque esto no quiere decir que estos mismos roles no existan en parejas homosexuales.